China desvincula la polémica con Google de sus relaciones con Washington
Tras el enfrentamiento protagonizado con Google a causa de los constantes ciberataques contra el buscador, las autoridades chinas se niegan a que este incidente, que está aderezado con la censura a la que constantemente se somete la compañía californiana, empañen sus relaciones bilaterales con Washington.
«El caso de Google no debe vincularse con las relaciones entre dos gobiernos y países. Si se hace, se sobreinterpreta», ha asegurado en rueda de prensa el viceministro de Asuntos Exteriores de China para Norteamérica y Oceanía, He Yafei, quien además ha aclarado que en situaciones donde las empresas extranjeras hallan dificultades para sus operaciones deben buscar la solución de acuerdo a las leyes del país.
Por esta razón, ha afirmado el viceministro que «el Gobierno chino está dispuesto a ayudarles a solventar los problemas pertinentes». Un ofrecimiento que se produce después de que la semana pasada un portavoz de la Casa Blanca pidiera a las autoridades chinas que explicaran los pormenores del ataque informático contra Google y adoptaran las medidas pertinentes para resolverlo.
Las manifestaciones de He Yafei llegan además horas después del discurso que tiene previsto ofrecer este jeves en Washington la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, en defensa de la libertad en internet.
Hace algo más de una semana, el gigante de las búsquedas en internet amenazó a China con marcharse del país tras haber detectado varios ataques que habían puesto en peligro su seguridad y que, según explicó la propia compañía, se trató un pirateo de cuentas de correo. Esto junto a los filtros de censura que el país asiático impone constantemente a la empresa californiana (y a otras muchas más que operan en la Red) ha llevado a Google a replantearse su estrategia en China, donde lleva cuatro años operando y donde se tuvo que lanzar una versión diferente del buscador para adaptarse a la restrictiva política del país.
El Gobierno estadounidense ha apoyado a Google llegando incluso a interponer una queja formal ante el régimen comunista por los ciberataques, de los que la propia Clinton ha asegurado que «generan serias preocupaciones». En la queja, Washington ha reflejado su malestar por el incidente y ha pedido información sobre el ataque informático pirata y una explicación del Ejecutivo chino, así como una respuesta a la pregunta de qué pretende hacer con respecto a la denuncia de Google.
El asunto amenaza con sumarse a la lista de tensiones que mantienen abiertas la primera y la tercera potencias económicas mundiales y que incluyen temas como los derechos humanos, la situación del Tíbet y Taiwán y la depreciación de la moneda china.
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