Luis Iván Cuende: «En España ahora se abusa del término emprendedor»

En la Campus de Londres Cuende ejerce de embajador de la iniciativa Fi-WareDe su pasión por el software libre han surgido al menos nueve aplicaciones viables, según cuenta con los dedos . Entre ellas Asturix, un sistema operativo de código abierto usado en más de 20 países que le ha convertido en mascota juvenil de la Campus Party Europe, el encuentro tecnológico de espíritu festivalero que reúne cada año a miles de jóvenes programadores con los líderes empresariales e intelectuales de la industria digital.

Cuende participa esta semana en la última edición, celebrada en la capital británica, y en la que los organizadores acaban de anunciar el regreso a España de la «fiesta» para celebrarse en Madrid en la primera mitad de 2014. El asturiano ha lanzado un «crowd-funding» para poner en marcha la primera bolsa descentralizada de Bitcoin, y ejerce además de embajador de Fi-Ware , la iniciativa europea de infraestructuras digitales nuevas apadrinada por la Comisión Europea y Telefónica, en otro otros.

«Eres alucinante. Deberíamos hablar»

Su nueva tarjeta de presentación como consejero delegado y fundador de Cardwee dice (en inglés) «Eres alucinante, deberíamos hablar». Refleja el espíritu colaborativo que mueve a la comunidad «geek» , reunida esta semana en el macroespacio O2 de Telefónica en la capital británica. Muy lejos del arrogante «Soy consejero delegado, perra» que lucía en sus tarjetas Mark Zuckerberg de Facebook .

Cuende es hijo del fracaso escolar, los maristas de Oviedo no supieron entenderleA Luis Iván Cuende le llaman, a su pesar, el «Bill Gates español». Con Cardwee , el negocio que lanzó en julio, este nieto de agricultores y mineros quiere revolucionar el uso de las tarjetas de fidelidad en marcas y comercios. Además, está poniendo en marcha el primer banco español de Bitcoin, la moneda digital alternativa al dinero de los bancos. Se siente hijo del fracaso escolar. Los maristas del colegio Auseva de Oviedo no supieron entenderle.

Sentado junto a su padre, explica a ABC sus críticas a la actual «moda» del emprendimiento. Y recuerda la importancia que tuvo en su vida que sus padres —ingeniero de software su padre y maestra su madre— le fomentaran jugar a Lego de pequeño.

–¿Por qué apuesta por Bitcoin, con lo cuestionado que está como inversión?

–Bitcoin abre un mercado muy grande en un mercado que antes no estaba abierto como es el financiero. Ahora es muy sencillo entrar a competir con los grandes bancos. El banco permitirá hacer transacciones y pagar en los establecimientos. Creo que de aquí a cinco años estará ya bastante admitido por usuarios y por comercios.

-Algunos pensarán que lo que te toca es estudiar...

-La universidad española no me ofrece nada, y he pospuesto el proceso de solicitud en las universidades de EE.UU. Estaba cansado de estar en clase, yo soy una persona a la que no le gusta que le ordenen, así que he decidido trabajar, que es la mejor forma de aprender.

–¿De mayor quieres ser empresario o desarrollador?

–La empresa es bonito porque te da medios para crecer, es escalable. Siendo solo desarrollador, el problema es que el impacto de lo que haces no escala.

–¿Te sientes emprendedor?

–El término «emprendedor» empieza a dar un poco de asco. Vas por la calle en Madrid y están llenas de carteles animando a la gente a emprender. Creo que hay un abuso del término y de lo que significa. En España, con los niveles de desempleo que hay, el Gobierno está desesperado por que la gente emprenda, pero lo pintan como algo fácil. El riesgo es que, en un par de años, el 90% se habrá dado un castañazo y habremos generado más paro juvenil, porque lo normal es que la gente deje sus trabajos para lanzarse a emprender. A mí me pasó, al principio pensaba que era muy sencillo y en mi primera empresa no llegamos ni a cerrar una inversión.

–¿No deben los gobiernos fomentar el espíritu emprendedor?

–Yo siempre me quejaba de que el Gobierno no ponía de moda el emprendimiento, y pensaba que los medios debían mostrar a emprendedores en la tele y no a los futbolistas. El problema es que ahora sólo acentúan la parte bonita... pero ocultan la más fea, que es fracasar, no conseguir ni clientes ni dinero.

–¿España no es país para emprendedores?

–Está cambiando. Ahora que he ido a vivir a Madrid me doy cuenta de que es un país mucho más avanzado de lo que podemos pensar, el sistema de comunicaciones es buenísimo, y Madrid ofrece todas las oportunidades que ofrecen las ciudades civilizadas. Además ha cambiado la sensibilidad ante la idea de emprender, la moda actual ha hecho que los que ya estábamos emprendiendo tengamos más recursos.

–¿Qué instituciones te han sido útiles?

–Públicas, ninguna. Está bien que los gobiernos hagan publicidad, pero deben dejar que el sector privado haga lo demás, que lleguen inversores privados.

–¿Encuentras inversores en España?

–Sí, pero el problema es que exigen demasiado. En Silicon Valley, un amigo mío cerró una ronda de inversión de un millón sin tener ni siquiera el producto desarrollado. En España te exigen mucho papeleo y burocracia y un producto más avanzado, y todo eso te limita.

–¿Qué falta para que haya el clima de California?

En España la infraestructura ya existe, solo falta más inversión privada-Falta inversión privada. En España ya hay start-ups, la infraestructura existe, tenemos un gobierno relativamente estable (se ríe), en el sentido de que no hemos tenido revueltas como en otros sitios, pero lo que falta es dinero.

–¿Cuál es la receta del éxito emprendedor?

–No considero que haya encontrado el éxito, eso será dentro de unos años. Siempre he sido una persona inquieta, la clave es trabajar y moverte bien, aprovechar tus recursos, tus contactos, tener una visión de conjunto y saber en qué dirección ir. Y aprovechar tu entorno para que sea tu aliado y no tu enemigo.

–¿Te ha ayudado tu entorno?

–He tenido la suerte de que mi entorno familiar me ha ayudado mucho y me han dado la libertad para hacer lo que quiera. La libertad al final es un arma de doble filo, hay gente joven que la usa para meterse coca, otras la usamos para trabajar en nuestros proyectos. La libertad que recibí yo era neutral, era la más simple, haz lo que quieras, y no hagas cosas que no quieras. Yo recuerdo que me encantaba construir cosas con Lego, y me lo fomentaron, y lo agradezco porque al largo plazo me doy cuenta de que todas esas horas construyendo me han dado una visión distinta. Cuando veo algo enseguida pienso como puedo encajar las piezas para lograr que sirva como un ente funcional.

–¿Y el entorno escolar?

–El entorno escolar ha sido el que menos me ha ayudado. Yo siempre iba a dar charlas por el mundo, y cuando volvía a clase nunca recibía ese trato que sentía fuera...

–¿Cómo ves a la universidad española?

–Está fatal, pero no creo que sea tan importante hoy día. La clave son las empresas y la gente que emprende. La universidad es algo que podría ayudar, pero tiene un modelo anticuado y un contenido anticuado. Cuando empecemos a renovarlo favorecerán el entorno, pero hasta entonces son un freno.