100.000 seguidores y 4.000 euros al mes: la IA se come a las 'influencers'

La joven sí que consiguió hace unos días su primer gran patrocinio con la firma de suplementos deportivos Big. Esta le paga una mensualidad y le ha pasado un código de descuento a su nombre para que sus más de 110.000 seguidores compren creatina, proteína en polvo o multivitamínicos.

Y no está nada mal, sobre todo si se tiene en cuenta que la 'influencer' lleva en redes desde julio y todo lo ha conseguido a golpe de foto, sin hacer bailes virales en TikTok ni directos charlando con sus seguidores. Nadie sabe cómo suena su voz. Porque no tiene. Nadie la ha visto haciendo sentadillas en vídeo durante su rutina de pierna en el gimnasio. Porque no puede. Porque, al final, no existe. Aitana es una inteligencia artificial, una IA. Pero eso no le ha impedido hacer (mucho) ruido en la red, recibir cientos de mensajes de halagos de humanos y comenzar a recaudar unos cuantos miles de euros al mes.

Solo con las fotos que sube en lencería a Fanvue, plataforma trasunto de Onlyfans, gana cerca de 4.000 euros mensuales. «En realidad es un poco menos, son unos 3.600 dólares», puntualiza en conversación con ABC Rubén Cruz, cofundador y director creativo de la empresa catalana de nuevo cuño The Clueless, que es la auténtica 'madre' de Aitana; y que ya está trabajando a destajo para que su familia de modelos creadas con IA pase a ser numerosa.

A Cruz el negocio se le vino a la cabeza el pasado junio. Él y su compañera Diana ya estaban en el mundo de la comunicación y el marketing con su propia agencia, pero justo a inicios de verano andaban con «poca faena» y se pusieron a pensar en cómo pegarle una vuelta de tuerca al negocio. Ya habían aplicado la IA y tenían experiencia con redes sociales e 'influencers'. «¿Y si inventamos las modelos 2.0 a partir de inteligencia artificial?», se preguntaron.

Lo que vino después fue trabajo a contrarreloj para crear la empresa al mismo tiempo que iban desarrollando sus dos primeras 'influencers': Aitana y la desaparecida Aisha, que acabó siendo eliminada a las semanas de su aterrizaje en redes por no conseguir los resultados esperados en Instagram.

«Era una Barbie y encajaba mucho mejor en la idea que se tiene de una 'influencer'. Salió en julio, al mismo tiempo que Aitana. No queríamos jugárnoslo todo con una chica con el pelo rosa, que estaba muy bien, pero no teníamos claro si el mercado estaría preparado para ella», explica Cruz. «Vimos un día que Aitana ya llevaba 20.000 seguidores, pero que Aisha se había quedado estancada en los 500», completa el cofundador de The Clueless.

La empresa no se rindió. Para el 5 de septiembre, Aitana ya había recibido una nueva hermana. Su nombre es Maia Lima, luce media melena platino y tiene unos grandes ojos azules. Su 'padre' dice que «es más pura e inocente», además de argentina. «Está influenciada por Nicky Nicole o por el personaje de la película 'Alita: Ángel de combate'. Es más como un personaje de 'Blade Runner'. Es argentina porque el país ahora está muy de moda. Está sonando Duki, tienen a Messi y son campeones del mundo», señala Cruz.

Por el momento, Maia está lejos de haber alcanzado la popularidad de Aitana. Ahora mismo suma 3.600 seguidores y no ha conseguido grandes acuerdos publicitarios. Tampoco cuenta con plataforma propia en la que compartir imágenes explícitas. Algo que, al final, no deja de ser el gran filón de este tipo de modelos artificiales. No hace falta escarbar demasiado en Instagram para encontrar un buen puñado de chicas IA dedicadas, en concreto, a captar clientes dispuestos a pagar a cambio de fotografías en las que aparecen, directamente, desnudas. «Me encantaría que algún día Aitana fuese portada de 'PlayBoy'. Es modelo 'fitness' y el erotismo no es malo, pero no la sacamos desnuda», dice Cruz. «Maia es una cosa distinta, no tiene la misma personalidad», remata el director creativo.

Cada publicación que la agencia sube de sus modelos a redes sociales acarrea un laborioso trabajo de selección. La empresa utiliza una plataforma de inteligencia artificial capaz de generar imágenes, como Midjourney, especializada en concreto en la generación de personas.

En un día normal, The Clueless crea unas 200 imágenes solo de Aitana, y de todas ellas puede que solo haya una buena que pueda subirse a redes sociales. Esta fotografía después pasa por las manos de varios retocadores especializados en conseguir que la imagen sea lo más realista posible y que la modelo siempre parezca ella misma. Lo que no deja de ser un desafío importante.

Actualmente, The Clueless está trabajando para ampliar la familia. Su próxima influencer generada por IA será 'curvy', y también le gustaría más pronto que tarde tener una modelo transexual y hombres. «La IA por el momento no es muy buena creando modelos masculinos», apunta Cruz. La empresa también está comenzando a crear sus propias 'influencers' para otras compañías, desarrolladas de acuerdo a los valores y los gustos de la empresa de turno, para que las utilicen en su publicidad. «De este modo las marcas se pueden ahorrar mucho dinero. No tienen que contratar fotógrafos, pagar billetes de avión ni modelos. Por mucho menos, nosotros somos capaces de darles todo eso», dice el director creativo.

Desde el punto de vista de Cruz, solo es cuestión de tiempo que la tecnología avance lo suficiente para que las modelos IA comiencen a copar el mercado de los 'influencers'. «Van a acabar conviviendo, las modelos importantes van a seguir ahí, pero la IA les va a comer terreno. ¿Qué pasará el día que Aitana baile y haga 'tiktoks'?».

Las agencias de representación de 'influencers' tradicionales siguen este nuevo fenómeno con atención, pero tienen dudas de que, realmente, suponga una amenaza para los creadores humanos. «Si hay algo que caracteriza al sector de los 'influencers' es que los fans les siguen porque les consideran 'reales'. Los 'influencers' creados por IA pueden suponer una fuente de entretenimiento o inspiración, pero no creo que puedan generar el poder de prescripción», explica a este diario Blanca Formáriz, general manager de 2btube España, una de las agencias de representación de 'influencers' más importantes del país. La ejecutiva, de todos modos, reconoce que modelos como Aitana pueden «ser interesantes» para las marcas. Que ya lo son. Y mucho.

Posiblemente, el mejor ejemplo, en términos de negocio e influencia, es el de Lil Miquela, una especie de robot que lleva pululando por redes desde hace ya siete años. La creadora artificial se presenta como una suerte de robot y tiene unos rasgos y una apariencia menos realistas que los de Aitana o Maia. Actualmente tiene más de dos millones de seguidores en Instagram y se calcula que, anualmente, ingresa más de diez millones de euros. Bueno, ella no, evidentemente; los que cobran los cheques son sus creadores. A día de hoy, el robot es capaz de anunciar el nuevo deportivo de BMW o vender chocolatinas o gominolas. Hace unos meses incluso apareció en redes en compañía de la cantante Rosalía.

Atendiendo a lo rápido que avanza la IA, es cuestión de tiempo que cualquiera sin grandes conocimientos se lance a probar suerte en este campo. La competencia se recrudecerá.