Probamos el Realme 10: ¿es el móvil de menos de 300 euros que necesitas?

En el exterior, nos encontramos una carcasa de plástico con una buena apariencia, un acabado en brillo que podría pasar perfectamente por material de alta gama. Con esto queremos decir que, aunque el material es el que es, la empresa ha hecho un esfuerzo con un diseño que aparenta ser premium.

El botón de encendido es también el lector de huella dactilar, que puede ser empleado para el desbloqueo. Aunque le hemos dado varias oportunidades, no ha funcionado bien en ningún caso, mejor usar el reconocimiento facial con la cámara delantera. Las dos lentes con el flash, de las que hablaremos más tarde, se sitúan discretamente en la esquina superior izquierda de la trasera. Además de la entrada USB-C, que dentro de poco se convertirá en el estándar europeo para la carga, cuenta con jack de audio para que se puedan conectar unos cascos, como se acostumbra en la gama media.

En el frontal nos encontramos con uno de los puntos fuertes del Realme 10: una fantástica pantalla AMOLED Full HD+ de 6,4 pulgadas de 90Hz, que nos ha sorprendido por lo bien que se ve en todas las situaciones y gracias al alto refresco con buenas sensaciones en el movimiento. La cámara frontal se encuentra bajo un agujero en pantalla, y el único punto negativo a mencionar se encuentra en el pequeño margen negro que ha quedado en la parte inferior de la misma.

Las cámaras traseras, o más bien, la cámara trasera, es el otro punto fuerte de este teléfono móvil gracias al sensor de 50 megapíxeles ISOCELL JN1 de Samsung. Realme ha querido poner toda la carne en el asador en la cámara principal, siendo una propuesta sólida que da unos buenos resultados.

El otro objetivo es casi testimonial. Se trata de un macro de 2 megapíxeles con un sensor en blanco y negro. Solo está ahí para que no haya un único objetivo en la parte trasera, en el fondo la única que cuenta es la cámara principal.

La aplicación de foto permite activar el HDR en auto y la inteligencia artificial para que la exposición se adapte a la escena. El modo profesional nos permite guardar en RAW, pero, como es habitual, no al tamaño completo de los 50 megapíxeles. La fotografía nocturna da buenos resultados, pero siempre algo distorsionados por la IA en situaciones extremas, y con algo de ruido.

La cámara frontal de 16 megapíxeles cumple, el modo retrato es correcto, pero no destaca. El video, nada sorprendente, y probablemente es donde más flaquea, 1080p a 30 fps, sin ningún tipo de estabilización.

Otro de los puntos donde Realme ha ahorrado en su terminal, es en el procesador, el MediaTek Helio G99. Todo funciona perfectamente, juegos y aplicaciones. Pero este SoC cuenta ya con casi un año de vida, y eso se nota. Aun así supera en al Realme 9 en velocidad en un 40%, pero se sitúa muy cerca del Realme 8.

Aunque el nuevo móvil no destaque en potencia, sí lo hace en autonomía, con una batería de 5.000 mah puede funcionar hasta 3 días seguidos, y pocos móviles del mercado pueden presumir de algo así. La carga por cable es de 33W, lo que significa que en 25 minutos podemos recuperar en torno al 50% de la batería, y la carga completa se realiza en menos de una hora. Contamos con 8GB de memoria RAM y 128GB de almacenamiento con posibilidad de expansión por Micro SD.

El Realme 10 es un buen teléfono por 279 euros, con un precio que se ajusta a sus prestaciones. Pero corre el peligro de ahogarse en la extensa oferta de la gama media, plagada de terminales que se mueven en precios cercanos.