Una semana con el Pixel 4, el móvil de Google que le sitúa cerca de Apple

Tras varias generaciones, en nuevo modelo, el Pixel 4 , ha supuesto un gran cambio en la trayectoria de la serie, tanto en diseño como en su estrategia con su cámara, creando un antes y un después para su trayectoria. Pero empecemos con el diseño. Aquí se ha sumado a las corrientes actuales y ha abandonado la doble tonalidad que caracterizaba el Pixel.

Es una pena, la verdad, porque ahora su aspecto es muy similar al resto de teléfonos del mercado, de un sólo color, y parte trasera en cristal Gorila Glass 5, que garantiza una cierta robustez. No es que sea visualmente desagradable, pero es cierto que ha perdido su diseño único y diferenciador . Además, la integración de las dos cámaras, el flash y el sensor de profundidad en un módulo de estética cuadrada en la esquina superior izquierda le da un aspecto muy cercano al iPhone 11. En más de una ocasión la gente pregunta si se trata de un «nuevo iPhone» , refiriéndose al Pixel 4.

Google ha añadido una banda de aluminio en el borde del teléfono para mejorar el agarre, pero lamentablemente en las pruebas no ha resistido muy bien, y a los pocos días muestra algo de desgaste, sin que haya recibido un golpe directo, causado, por ejemplo, en una caída. La pantalla del Pixel 4 XL es un panel QHD Oled de 6.3 pulgadas que destaca por s u refresco de pantalla dinámico, ésto se traduce en que se adapta al contenido reproducido y mejora la experiencia sin perjudicar por ello la duración de la batería. Por ejemplo, en juegos la frecuencia subiría y bajaría cuando estamos revisando notificaciones.

Hablemos del notch, aquí Google ha dado un paso atrás. Después de las críticas que recibió el anterior Pixel 3 con su enorme «notch», ahora se ha decidido directamente prescindir de él y dejar en el borde superior la barra negra que ocupan las dos cámaras superiores. Desde el lanzamiento del iPhone X en 2017 todos los fabricantes de teléfonos han integrado esa pestaña para aprovechar más el tamaño de la pantalla. La empresa lo probó, pero no le gustó. Ahora un teléfono sin esa pestaña se ve raro, siendo uno de los pocos en la gama alta que no lo lleva, pero, la verdad, es que no afecta a la experiencia con el teléfono. Te olvidas al segundo de ello.

El radar, por el que sentía un gran escepticismo, ha resultado ser el gran acierto , y no es por los gestos que ya vimos en teléfonos como el LG G8 , porque no veo por qué agitar la mano en frente del teléfono puede ayudar en su manejo, sino porque gracias al radar el teléfono hace lo que parece casi magia , se anticipa a tus acciones. Antes de tocar un botón, el Pixel se prepara para ello, por lo que la respuesta del teléfono es casi inmediata. A Google le gusta experimentar con sus Pixel. Para «guiar» la tendencia de la industria, y en este caso ha acertado de pleno. Por ejemplo, en el desbloqueo por reconocimiento facial, el teléfono ya se prepara para ello cuando vamos cogerlo, y la autentificación ocurre antes de que nos demos cuenta, convirtiéndose en el desbloqueo más rápido del mercado.

La cámara que ha hecho famoso al Pixel sigue siendo una maravilla, recordando que Google confía más en su software de procesamiento de imagen y la inteligencia artificial que en el hardware como tal. Más que una llamativa mejora en la calidad respecto al Pixel 3 en la fotografía, en Pixel 4 lo que podemos encontrar es una mejora en otros aspectos donde éste último flaqueaba. Por ejemplo en el zoom, donde la pérdida de calidad era muy notoria, el Pixel 4 añade un objetivo con un zoom óptico de 1,8x aumentos y 12.2 megapíxeles que es capaz de realizar fotos muy nítidas, incluso si le añadimos algo de aumento digital.

Está muy lejos del Huawei P30 Pro, pero el resultado sigue siendo muy bueno. El modo nocturno también ha mejorado con la llamativa función de astrofotografía que resalta claramente las estrellas en la noche, y deja unos resultados espectaculares. La aplicación de fotografía ha cambiado considerablemente, y ha añadido un útil selector de brillo y sombras, para dar más control en la fotografía a contraluz, donde el Pixel 4 sigue siendo el rey. En definitiva se ha mejorado una cámara que ya era casi perfecta, obteniendo buenas imágenes allí donde es más complicado, eso sí, hemos echado de menos un gran angular, que tan popular se ha vuelto en las cámaras de los teléfonos móviles actuales que añade versatilidad a la fotografía.

La cámara frontal para el selfie es el gran angular que tan buenos resultados dio en el Pixel 3, pero está vez es fijo, no se puede regular. Han sacrificado la doble cámara frontal por la cámara infraroja para el desbloqueo por reconocimiento facial, sin sufrir en la calidad de la imagen. La duración de la batería , de 3.700 mAh del modelo que hemos probado, ha resultado suficiente para aguantar un día completo de uso intensivo. Aunque hay que recordar que estamos usando una versión del software pre-lanzamiento que puede impactar en su rendimiento.

Concluyendo, el diseño de Pixel 4 ha perdido la personalidad de Google acercándose más al resto de teléfonos del mercado . Algunos lo pueden considerar positivo, para otros, entre los que me incluyo, era la nota discordante en un mercado muy homogéneo. El radar que equipa el Pixel 4 es una maravilla tecnológica que seguramente creará un precedente y veremos en más terminales en poco tiempo, y junto a que sigue siendo una de las mejores cámaras del mercado y la garantía de tener siempre el último sofrware de Google, ya justifican la compra de un Google Pixel 4, que además tiene un precio más contenido que el anterior modelo.