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Comparativa

iPhone XS frente al Samsung Galaxy Note 9

Ambos terminales ofrecen un gran desempeño y compiten con cámaras de resultados solventes

J.M.SÁNCHEZ

Aunque una de las tendencias más calientes en el último año en la competitiva industria de la telefonía móvil ha sido la de los móviles «todo pantalla», estos terminales no se parecen en nada. Su llegada coincide a todos los efectos en el tiempo, pero separados al nacer no fueron. Cada uno tiene su propia personalidad. Mientras Samsung ha mantenido su filosofía de paneles con los laterales curvados y sin rastro de la pestaña superior («notch»), Apple ha agarrado fuerte el diseño inaugurado el pasado año en el iPhone X.

Diseño diferente

Esta decisión de la firma de la manzana no implica problema alguno puesto que sigue teniendo una estética vanguardista, pero tampoco supone abandonar ninguna revolución. Eso sí, ambos terminales han construido sobre una base que venía muy sólida. Similares más o menos en tamaño, el iPhone XS, es cierto, es tremendamente grande, de 6.5 pulgadas que se corre el riesgo de escaparse de la mano. Es una superficie muy amplia y, en conjunto, es ligeramente algo mayor que el iPhone 8 Plus del pasado año, pero es bastante monstruoso.

En cambio, con sus 6.4 pulgadas, el Note 9 también es grande, pero al ser más delgado da la sensación de ser más transportable . Es más rectangular y alargado gracias, en parte, a su relación de aspecto de 18.5:9. Lo más probable es que asome la cabeza en el bolsillo del pantalón, si eres de aquellos usuarios que lo llevan guardado en el vaquero. Ambos modelos, no obstante, tienen una semejanza; el tipo de panel escogido.

Aunque cada cual tiene su propia tecnología, las pantallas OLED se aprecian aquí muy perfeccionadas y conseguidas. Tanto la reproducción de los colores, la calibración y la representación de las secuencias se aprecian con notable calidad, y más si se consumen contenidos audiovisuales con una cierta definición. Pero como el diablo se oculta en los detalles, si analizamos su resolución nos encontramos con pequeños cambios.

Este nuevo iPhone, que se diferencia básicamente en tamaño respecto a su hermano pequeño iPhone XS, logra una resolución de 2.436 x 1.125 píxeles con una densidad de 458 ppp, mientras que el Galaxy Note 9 se extiende hasta 2.960 x 1.440 píxeles, con 516 ppp. En cualquier caso, ver películas y series por algún servicio de «streaming» es una gozada. En cuanto al peso, más o menos igual, se queda en 177 gramos para el iPhone y 202 gramos para el Note.

Potencia a raudales

Si tan son distintos por fuera también lo son en su interior. Porque forman parte de mundos distintos, no necesariamente mejores. Ninguno le pasa la apisonadora a su rival, pero es cierto que pasados los test y pruebas de resistencia se observa cómo la maquinaria del iPhone XS Max funciona de una manera más rápida y potente. El motor escogido, el A12 Bionic con procesamiento neural, es una auténtica bestia que lleva al terminal a exprimirse al máximo.

Pero, por contra, el Note 9 le lleva a la zaga con una combinación técnica apabullante que supone el dispositivo de Samsung más potente que ha fabricado hasta la fecha. Dispone en sus versiones para Europa el microchip Exynos 9810, de fabricación propia, que le hace cabalgar a un ritmo veloz. Además, viene impulsado por 6 u 8 GB de memoria RAM, que resulta una base útil para las tareas más complicadas y complejas que este modelo de «smartphone» ofrece al usuario.

Cámara distinta

Aquí sí se encuentran cambios profundos y diferenciales. Ninguna de las dos ha supuesto una verdadera revolución técnica. Vienen precedidas de dos lanzamientos anteriores que habían ofrecido buenos rendimientos. Así que, claro, sus novedades son son grandes en comparación con sus predecesores, pero sí se encuentran en un gran nivel. Por lo pronto, la nueva configuración fotográfica de Apple ha permitido sacar algo más de partido a sus dos lentes de 12 megapíxeles, estabilizadas ópticamente.

En este caso, su gran angular tiene un mayor tamaño y su diafragma se encuentra en valores de F1.8, mientras que su teleobjetivo alcanza una apertura focal de F2.4. Pero esta temporada se ha mejorado bastante el software. El sistema cuenta, además, con un HDR inteligente, algo que se traduce en que la cámara potencia de manera automática contrastes o colores. Eso sí, bajo criterios dispares que el usuario, a veces, no acierta a entender.

En cambio, Samsung ha llevado prácticamente la misma cámara del Galaxy S9 Plus al Note 9. ¿Qué quiere decir esto? Que cuenta con dos sensores de 12 megapíxeles, pero con un objetivo más luminoso (F1.5) y con tecnología Dual Pixel, que admite un procesamiento más rápido. La «magia» de esta cámara se encuentra en su apertura dual, de F1.5 a F2.4, que se adapta de manera automática a las condiciones lumínicas de las escenas. También incorpora modelos de aprendizaje automático que se aplica a las escenas y avisa, incluso, si está desenfocado.

Ambos han sacado provecho del aclamado modo retrato por el cual los usuarios pueden jugar con la profundidad de campo y lograr fotografías más espectaculares cuando se realza la figura del primer plano sobre fondos desenfocados . El sistema que «recorta» la silueta está bien conseguido, pero tienen otras particularidades: el Note 9 permite adaptar el desenfoque, mientras que el iPhone XS Max también pero en modo edición, es decir, a posteriori.

Otras sorpresas

Uno de los aspectos más distintivos del Galaxy Note 9 es el lápiz óptico S Pen. Es su valor añadido y uno de los elementos distinguibles que le dan sentido. Porque este accesorio imprescindible para lograr una experiencia agradable ha ganado peso en esta versión. Es más sensible y cuenta con varias funciones adicionales para convertirlo en una especie de «mando a distancia».

Así, un usuario puede tomar fotografías a distancia o controlar algunas funciones externas como pasar páginas en una presentación. Algo único que viene aderezado de una serie de prestaciones muy orientadas a un público exigente que desea tener una herramienta de trabajo. El iPhone XS Max no tiene esa facultad, aunque se rumoreó que Apple iba a hacerlo compatible con el Apple Pencil del iPad Pro.

Otra diferencia se encuentra en su batería, de 4.000 mAh en el caso del Note 9, aunque se desconoce la del iPhone 8se habla de 3.300 mAh), pero dura una hora más que el su «hermano» pequeño. Hay que tener en cuenta, además, que los dos dispositivos son archienemigos en el sentido que a nivel de software no tienen nada que ver el uno del otro.

Aunque Android e iOS han acercado posturas y se parecen cada vez más, son planteamientos distintos, y eso debe suponer una reflexión en el consumidor interesado por alguno de estos modelos que superan los mil euros de precio. Aunque su costo es elevado, es cierto que ambos vienen preparados para albergar mucha munición en su interior: el Note 9 tiene una versión de 512 GB de memoria interna y admite tarjetas microSD de la misma cantidad, mientras que el iPhone XS se mantiene con 512 GB igualmente, aunque fiel a su estilo; sin posibilidad alguna de meter tarjetas microSD. Otro aspecto diferencial es que el terminal de Samsung está preparado para conectarse (y utilizarse) desde un teclado y monitor gracias a su función DeX.

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