EE.UU. crea la IA, China la copia y Europa se limita a regularla
Las startups de la UE no cuentan con la inversión suficiente, y la regulación dificulta la competencia
Los expertos esperan que el éxito de DeepSeek motive cambios de calado en la inteligencia artificial americana
Los valores socialistas de DeepSeek: «¿Qué ocurrió en Tiananmén? Eso está fuera de mi alcance»
Y, de repente, DeepSeek. Cuando parecía que las aplicaciones estadounidenses de inteligencia artificial (IA) como ChatGPT serían las grandes e indiscutibles ganadoras dentro del negocio de las máquinas que responden a casi cualquier pregunta, China ha conseguido meter dentro del grupo a un ... nuevo competidor capaz de hacer lo mismo. Pero mejor, porque ofrece resultados similares a un coste muy inferior, y sin necesidad de recurrir a la tecnología más puntera que hay en el mercado.
Ayer, después de la estruendosa caída en bolsa de la flor y la nata de la inteligencia artificial estadounidense a causa de la irrupción de DeepSeek, el presidente Donald Trump señalaba que el éxito de la app china debe servir como «una llamada de atención» para la industria del país, que está en la obligación de «competir para ganar» porque cuenta con «los mejores científicos del mundo». Y también con el dinero y con la experiencia atesorada por las tecnológicas que pusieron de moda eso de pedirle ayuda por escrito a las máquinas. La que no se espera que tome nota, de acuerdo con los expertos consultados, es Europa, que cada vez se queda más rezagada en la carrera por conseguir el mejor robot conversacional.
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«En Europa no podemos tener un jugador como DeepSeek. No es posible porque tenemos una presión regulatoria que imposibilita totalmente la creación de un modelo de inteligencia artificial como este chino o los de los estadounidenses», explica en conversación con ABC Luis Martín, director de influencia digital en Llorente y Cuenca y experto de la firma en inteligencia artificial generativa.
El ejecutivo hace referencia a la reciente Ley de IA aprobada por la UE en la primavera del año pasado. Esta establece que soluciones del tipo de DeepSeek y ChatGPT deben cumplir con estrictas normas de transparencia, seguridad y de respeto a los derechos de autor. «Para entrenar una IA en Europa hacen falta muchos datos, y en términos operativos para las empresas de aquí no es viable porque no tenemos tanta manga ancha. Lo único que nos queda es jugar un papel de meros observadores», remata Martín.
A años luz en inversión
Mientras la UE cuenta con su Ley de IA, más enfocada a respetar los derechos fundamentales y a evitar los malos usos de los algoritmos, Estados Unidos permite a sus empresas realizar desarrollos sin, prácticamente, ninguna restricción. A Pekín, mientras tanto, le importa tanto que los desarrollos de sus tecnológicas sean respetuosos «con los valores socialista» como que creen soluciones punteras a nivel internacional.
En 2017, el país asiático ya compartió un plan de desarrollo de la IA para invertir fondos públicos y convertirse en líder mundial en 2030. China también se apoya en la inversión privada de gigantes tecnológicos como Alibaba, Baidu y Tencent, que están enfocados, en buena medida, en crear cada vez mejores soluciones inteligentes. «Nosotros en Europa no tenemos empresas como Alibaba y Baidu, y así atraer inversión es mucho más complicado en la Unión Europea», explica a este diario Pablo Haya Coll, investigador del Laboratorio de Lingüística Informática de la Universidad Autónoma de Madrid.
El Tribunal de Cuentas de la UE ya alertaba el pasado mayo de que «la inversión privada en IA ha sido menor (en Europa) que en otras regiones mundiales que lideran este campo desde 2015». Asimismo, destacaba que la brecha global de inversión en esta tecnología entre los Estados Unidos y la UE «se duplicó con creces entre 2018 y 2020», en concreto, en unos 10.000 millones de euros. Pero a día de hoy, sin duda, será mayor. De acuerdo con datos de la OCDE, las dos grandes potencias en suelo comunitario en el desarrollo de esta tecnología, como son Alemania y Francia, tendrían que invertir cada una más de 160.000 millones en la materia para ponerse al día con el país norteamericano en 2030.

Gasto en IA para alcanzar
el nivel de EE.UU.
En millones de dólares
Ponerse al día en
2030
2040
2050
China
94.237
99.242
117.915
Reino Unido
157.923
157.408
182.527
India
162.589
161.996
187.814
Israel
163.436
163.180
189.369
Alemania
163.821
163.483
189.676
Canadá
164.441
164.243
190.634
Corea del S.
165.430
165.066
191.502
Francia
165.637
165.342
191.858
Suecia
166.289
165.715
192.143
Singapur
167.118
166.934
193.766
Fuente: AIPRM vía OCDE y Banco Mundial
ABC

Gasto en IA para alcanzar el nivel de EE.UU.
En millones de dólares
Ponerse al día en
2030
2040
2050
China
94.237
99.242
117.915
Reino Unido
157.923
157.408
182.527
India
162.589
161.996
187.814
Israel
163.436
163.180
189.369
Alemania
163.821
163.483
189.676
Canadá
164.441
164.243
190.634
Corea del S.
165.430
165.066
191.502
Francia
165.637
165.342
191.858
Suecia
166.289
165.715
192.143
Singapur
167.118
166.934
193.766
Fuente: AIPRM vía OCDE y Banco Mundial
ABC
«El dinero es una barrera muy grande, pero no el cerebro, el criterio o la habilidad, que en Europa la tenemos», señala Sergio Álvarez-Teleña, CEO de la empresa de inteligencia artificial española SciTheWorld. De acuerdo con el experto, a estas alturas las empresas de la UE deben intentar convertirse en «los aliados que China y EE. UU. quieren», y eso pasa por «crear tecnología corporativa» con IA más que por el desarrollo de chatbots. «No podemos medirnos en fuerza bruta, es absurdo. Tenemos el ejemplo de la francesa Mistral, que también tiene su herramienta tipo ChatGPT pero no ha sido capaz de conseguir la inversión de otras, como OpenAI», remata el experto.
Haga lo que haga la UE, de lo que no cabe duda es de que Silicon Valley realizará cambios importantes para ofrecer soluciones capaces y económicas, igual que la china DeepSeek. De acuerdo con Álvarez-Teleña, que conoce bien el funcionamiento de la gran empresa estadounidense, lo más probable es que compañías como OpenAI y Google comiencen a dejar de operar como si se encontrasen en un oligopolio: «Había cuatro empresas muy poderosas haciendo cosas muy ineficientes. Ahora entra otro jugador y el objetivo va a ser comenzar a hacer cosas más baratas que den resultados óptimos. Se van a ver ahorros muy grandes».
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