Las diez cosas que debes vigilar cuando tu hijo utiliza un 'smartphone'

Con ese fin, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y Unicef España, dentro del marco de la iniciativa 'Más que un móvil', ha elaborado un decálogo en el que se recogen las cosas más importantes que los más mayores deben tener en cuenta para proteger a los menores cuando utilizan tecnología.

Antes de comprarle el primer móvil a un menor, es importante que los padres tengan claro que es lo suficiente maduro para darle un buen uso. Y es que, al final, a través de un terminal el usuario tiene acceso a una amplia variedad de información y de contactos.

«Niños, niñas y adolescentes manejan la tecnología desde que son muy pequeños, pero no siempre son conscientes de los riesgos a los que pueden exponerse», se apunta en el manual. Asimismo, se recomienda que los padres establezcan un contrato familiar en el que el menor se comprometa a cumplir una serie de normar cuando utilice el 'smartphone'.

El móvil no debe robarles tiempo para la realización de sus actividades, como el estudio, la práctica de deporte o la socialización sin tecnología de por medio. Para ello, es posible recurrir, además, a alguna aplicación de control parental -que ya viene preinstalada en varios terminales, como los de Apple- que pueden ayudar a controlar las horas de uso.

«Mantén abierta la posibilidad de desbloquear contenido de interés y apropiado para su nivel de madurez, y acuerda con ellos los filtros, restricciones y tiempos», se recomienda en el decálogo.

Las redes sociales son uno de los grandes atractivos de los móviles. Para que los jóvenes no cometan errores en el uso, es importante que los padres les dejen claros los riesgos de navegar por su interior. También es recomendable que creen el perfil del joven juntos y que se establezcan una serie de medidas para intentar que la experiencia de uso sea lo más segura posible, por ejemplo, limitando el número de personas que pueden ver sus publicaciones.

Es importante que el adulto, por tanto, dedique un tiempo a enseñarle al menor cómo puede utilizar las redes sociales reduciendo al mínimo los riesgos.

El móvil es una de las máquinas más utilizadas para jugar a videojuegos. Los padres, no obstante, deben tener claro que algunos de los más populares, como es el caso de 'Fortnite', incorporan chats de voz por los que los menores pueden mantener conversaciones con extraños. Conviene por lo tanto que los padres tengan las mismas precauciones que cuando navegan por redes sociales. También es capital que se vigile que el contenido es apropiado para su edad.

«No todos los videojuegos suponen el mismo grado de exposición a contenidos inapropiados (violencia, sexo, lenguaje ofensivo, etc.). Acompañarles en su vida digital también significa supervisar a qué juegan, cuánto tiempo le dedican y cómo se comportan», se señala en el decálogo.

Interésate por las personas con las que hablan a través del móvil y déjales claro que deben tener mucho cuidado con lo que comparten. «Enséñales a no compartir información ni fotografías personales con desconocidos, ya que puede llevar a situaciones de ciberacoso, chantaje o grooming«, se recomienda.

Lo ideal, sea como fuere, es que solo mantengan conversaciones online con personas que ya conocen en el mundo real.

Los menores deben tener cuidado cuando compartan información por Internet, también cuando los datos en cuestión no les pertenecen a ellos, sino a terceros. Antes de subir o publicar nada deben ponerse en el sitio de la otra persona y tener claro que no le importa que esos datos quedan al aire.

Mantente abierto y ofrécete para guiarles en caso de que se encuentren con alguna situación molesta cuando utilizan el móvil. Especialmente cuando su información puede estar al alcance de terceros. «La AEPD dispone de un Canal prioritario para comunicar la publicación no autorizada en Internet de contenido sensible, sexual o violento (fotografías, vídeos, audios o información que identifique a personas), y solicitar su retirada de forma urgente», se apunta.

Los padres o tutores legales responden civilmente por los daños y perjuicios materiales y morales causados por las infracciones administrativas o delitos cometidos por sus hijos menores de edad. Asimismo, responden solidariamente de las multas por las infracciones a la normativa de protección de datos impuestas a sus hijos menores de edad y mayores de 14 años.

Es importante fijar momentos libres de tecnología, tanto para los padres como para los hijos. Situaciones, por tanto, en las que se realizan otras actividades en conjunto en las que las pantallas no están presentes: «Fijadlos de mutuo acuerdo para evitar el uso problemático y adictivo a las pantallas y aprovechad para generar relaciones personales positivas».

Fíjate bien para determinar si el uso de tecnología está afectando física o mentalmente al menor. En concreto, hay que vigilar sus emociones, especialmente cambios de humor o reacciones fuera de lugar tras períodos de uso intensivo.

«Estos comportamientos nos pueden revelar otros problemas que, no siendo causados por la tecnología, se manifiesten en su interacción», se explica en el decálogo.