Telefónica anuncia el fin de los móviles subvencionados

Telefónica acompaña esta decisión con dos medidas destinadas a suavizar el impacto entre los consumidores. Por un lado, seguirá ofreciendo un amplio portafolio de teléfonos (que ha pasado de 300 a 100) a precios ventajosos para sus clientes. Eso sí, se tratará, desde el 1 de marzo, de teléfonos libres. Y por otro anuncia un plan de recompra para que los usuarios (de cualquier compañía), puedan deshacerse de sus viejos teléfonos y obtener por ellos hasta 245 euros para comprar uno nuevo.

Además, Telefónica ha llegado a un acuerdo con la financiera Finconsum, propiedad de la Caixa, para que sus clientes puedan financiar la compra de sus nuevos teléfonos (desde diez euros al mes, según los modelos, y por un máximo de 18 meses).Además de ofrecer un precio mejor al cliente de Movistar que al que provenga de otras compañías, Telefónica asumirá los costes de los intereses.

Vodafone, por su parte, señaló que por el momento seguirá subvencionando los terminales. Eso sí, en determinadas condiciones. La operadora dejará la decisión en manos de sus clientes, que podrán elegir entre devolver su viejo terminal y conseguir a cambio hasta un 25% de descuento en todas sus tarifas, o seguir disfrutando como hasta ahora de los terminales subvencionados. Eso sí, a cambio de ampliar la permanencia de 18 a 24 meses. Otros operadores, como Yoigo, ya avanzaron hace meses su intención de financiar los terminales de sus usuarios, con lo que también abandonan la subvención.

A la vez que las operadoras desvelaban sus estrategias, el conjunto de la industria del móvil se volcaba en el MWC, la gran feria mundial del sector que ayer inauguró Su Alteza Real el Príncipe de Asturias. Don Felipe, tras recorrer varios de los pabellones de Fira de Barcelona, señaló a la industria del móvil como clave «para contribuir a la salida de la crisis y a la creación de empleo y bienestar», en tanto que sector que apuesta por «el conocimiento, la tecnología» y la productividad con alto valor añadido.

Durante la inauguración de la feria, que reunirá hasta el jueves a más de 60.000 personas, 1.400 empresas y los principales directivos del sector, el Príncipe destacó la importancia de un salón que, además de su impacto económico, permite proyectar una imagen de bonanza y progreso de España hacia Europa y el mundo, «precisamente en un contexto tan difícil como el que vivimos».

Las palabras de Don Felipe aludían también a la designación de Barcelona no solo como sede de la feria hasta la edición de 2018, sino como Mobile World Capital, un título que la convierte en referente mundial de la industria, agrupada en la asociación GSMA.

Según los cálculos hechos, se estima que la repercusión económica de dicha capitalidad en el conjunto de la economía española rondará los 3.800 millones en los próximos seis años. La capital catalana, volcada con el acontecimiento, renueva su idilio con el móvil.