EL PIONERo de los MICROCHIPs

Carver Mead, premio Fronteras del Conocimiento de Tecnología

Leyenda viva de Silicon Valley, convirtió los ordenadores en una herramienta omnipresente en nuestras vidas, según el jurado

Carver Mead, premio Fronteras del Conocimiento de Tecnología Wikimedia

ABC

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ha sido concedido en su cuarta edición al ingeniero electrónico estadounidense Carver Mead , por ser «el pensador y el pionero más influyente» de ... la tecnología del silicio, y hacer posible «la construcción de los microchips con miles de millones de transistores que rigen el funcionamiento de los dispositivos electrónicos –ordenadores portátiles, tabletas, móviles, DVDs, automóviles híbridos- hoy omnipresentes en nuestra vida diaria», señala el acta del jurado.

Carver Mead (California, 1934), catedrático emérito Gordon y Betty Moore de Ingeniería y Ciencias Aplicadas en el Instituto Tecnológico de California (Caltech), fue el primero en predecir, a principios de los años setenta, que los chips integrarían millones de transistores , y que con ello la industria crecería de forma exponencial.

Fue un pronóstico basado en una comprensión profunda de la física de los semiconductores, que él mismo ha contribuido a hacer realidad: Mead es el creador de los dispositivos VLSI (siglas en inglés de Sistemas Integrados a Muy Gran Escala), constituidos por miles de millones de componentes.

«Sus contribuciones han sido fundamentales y de una enorme amplitud y significado», dice el acta. «Sus aportaciones han impulsado la industria de semiconductores, y han hecho posible la creación de la gran variedad de dispositivos informáticos que permean nuestra vida cotidiana».

El fallo se ha dado a conocer esta mañana en el Palacio del Marqués de Salamanca, sede madrileña de la Fundación BBVA, en un acto en el que han intervenido, junto a la presidenta del jurado, Andrea Goldsmith, Catedrática de Ingenieria Electrica de la Universidad de Stanford, y el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo.

Nadie creía que fuera posible

«En aquélla época (inicio de los 70) la gente no creía que los chips pudieran hacerse muy pequeños», explicó Mead ayer por teléfono tras conocer el fallo. «Fue un reto en varias etapas. Lo primero fue demostrar que físicamente era posible, y saber cómo de pequeños podían llegar a ser. Luego había que ver cómo conseguirlo. Fuimos paso a paso».

El trabajo de Mead permitió entender porqué se da la que él mismo bautizó como ley de Moore, que indica que la potencia de los procesadores (chips) se duplica más o menos cada año y medio .

Según el acta, «Carver Mead no sólo acuñó el término ley de Moore, sino que, a través de su investigación de leyes físicas fundamentales, también desarrolló los fundamentos científicos de esta observación empírica, y se basó en ellos para predecir los límites en la miniaturización de los chips».

Demostrando en la teoría y en la práctica que estos límites estaban todavía lejos de alcanzarse, Mead se dedicó a estimular el desarrollo exponencial del área. Su trabajo fue además clave a la hora de sistematizar el diseño de los nuevos y potentes chips, y lograr así que incluso quienes desconocían los principios físicos de partida pudieran dedicarse a esta tarea. Mead tradujo estos principios «a reglas básicas que podía aplicar mucha más gente, aun sin conocimientos especializados en física, para diseñar chips mucho más complejos. Ya no era necesario que en cada empresa hubiera un físico teórico, bastaba un ingeniero electrónico que siguiera las pautas de Mead», explica el arquitecto de hardware Ronald Ho, miembro del jurado.

Otro de los desarrollos de Mead ha sido el de los transistores HEMT , los amplificadores estándar hoy más usados en los teléfonos móviles, el radar y las comunicaciones satélite de microondas.

Empresario e inventor

Mead ha sido uno de los principales actores en el desarrollo de Silicon Valley, una etapa que recuerda como «muy emocionante», dijo ayer. «Sabíamos ya entonces que los chips tendrían un amplio rango de aplicaciones, pero ha habido desarrollos que nadie hubiera podido predecir». También ha hecho aportaciones en el plano empresarial con consecuencias en los procesos de innovación. En concreto, introdujo los métodos que permitieron separar el diseño de los chips de su manufactura; de esta forma «las compañías han podido concentrarse en la investigación y el desarrollo, sin tener que construir y mantener fábricas de chips», indica el acta. Sin este modelo simplemente «no hubiera sido posible» el desarrollo de la industria de las tecnologías de la información.

El propio Mead, creador de una veintena de empresas, es uno de los emprendedores de base tecnológica de Silicon Valley. Entre sus más de ochenta inventos patentados hay sensores que hoy emplean las cámaras digitales; sistemas que han permitido el desarrollo de dispositivos táctiles –como el touch pad que en los portátiles sustituye el ratón-; o sistemas de procesamiento de señales en audífonos.

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