El «mago» de la cirugía

La habilidad especial de sus manos y una vocación paradigmática llena su currículo de misiones imposibles en el campo de la cirugía reconstructiva. El brazo de un camionero cosido a su pierna durante nueve días para salvar su vida, el primer trasplante de antebrazos, reconstrucciones de pene a dos niños africanos mutilados por la mafia o la hazaña de devolver las manos a una mujer treinta años después de haberlas perdido son algunas de las gestas de un mago del bisturí a punto de cumplir su sueño profesional: el trasplante de cara.

Altruista y mediático, si de algo se siente orgulloso Pedro Cavadas es de su trabajo en África, donde viaja varias veces al año. «Solemos estar allí unas dos semanas y en ese tiempo realizamos en torno a cien intervenciones». Allí se encarga de casos complejos, a los que tiene que hacer frente con un instrumental quirúrgico precario y de formar a los profesionales locales.