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Bautismo espacial de Galileo, el GPS de Europa

El lanzamiento de los dos primeros satélites de este sistema de navegación europeo marcará el principio del fin de la actual dependencia del sistema norteamericano GPS

Bautismo espacial de Galileo, el GPS de Europa esa

j. m. nieves

Todo está preparado en la Guayana francesa para un acontecimiento que marcará un hito en la historia espacial. En apenas unas horas (a las 12,34, hora española) , y si todo marcha como está previsto, tendrá lugar el lanzamiento de los dos primeros satélites del sistema europeo de navegación Galileo , lo que marcará el principio del fin de la actual dependencia del sistema norteamericano GPS.

Y será una nave rusa, de la clase Soyuz, la encargada de transportar la valiosa carga hasta la órbita prevista. Es la primera vez que uno de estos venerables cohetes (se trata de una versión renovada del lanzador) despega desde una base situada fuera de Rusia.

En el puerto espacial de Kurú, el Soyuz ocupa desde ayer su lugar en la rampa de lanzamiento. La nave fue transportada en posición horizontal a lo largo de un sistema de railes de 600 metros de largo, e izada después hasta ser colocada en posición de despegue.

Sólo al final se acopló, desde arriba, el módulo Fregat-MT con su valiosa carga en el interior. Tras la maniobra, la primera nave Soyuz que partirá desde un espaciopuerto europeo quedó totalmente configurada. El año que viene, una segunda pareja de satélites Galileo será puesta en órbita. Junto a los dos de ahora, quedará formado el núcleo operativo de la futura constelación de satélites.

Controlado por el sector civil

El sistema consta de 30 satélites, seis más que el Global Positioning System (GPS) norteamericano. A partir de 2014, con 14 satélites desplegados, Galileo estará en condiciones de empezar a ofrecer una amplia gama de servicios, aunque no estará totalmente operativo hasta el año 2020, cuando se hayan realizado todos los lanzamientos y la constelación de 30 satélites esté completa. Otra diferencia importante con respecto al actual GPS es que Galileo estará controlado por el sector civil, y no por el militar. En la actualidad, el uso militar del sistema GPS tiene priodirad sobre cualquier otro.

El sistema Galileo, que independizará definitivamente a Europa del sistema norteamericano, dará trabajo a cerca de 25.000 personas en el viejo continente. Además, será mucho más preciso que el actual GPS, ya que podrá ofrecer posiciones con un margen de error de apenas un metro, frente a los ocho metros del sistema actual. Cuando entre en funcionamiento, Galileo convivirá con el resto de los sistemas de posicionamiento por satélite que están en proyecto o en pleno funcionamiento: el sistema norteamericano GPS, el ruso GLONASS y el chino Compass . Galileo será compatible con el actual GPS, aunque habrá que modificar los dispositivos (teléfonos, navegadores, etc) para que funcionen correctamente bajo las nuevas especificaciones.

En cuanto a su funcionamiento, será muy parecido al del sistema GPS y se basará en un procedimiento geométrico llamado triangulación. Los satélites emiten señales sincronizadas en la banda de 1,1 GHz. Los receptores en tierra reciben esas señales y computan el tiempo que le le ha llevado a cada una de ellas realizar su breve recorrido espacial. Las pequeñas variaciones de tiempo, causadas por las diferentes distancias a las que se encuentran los satélites, hacen posible que los receptores calculen con mucha exactitud cualquier posición sobre la superficie terrestre .

Los satélites Galileo, que pesan alrededor de 700 kg. cada uno, orbitarán a mayor altura que los del sistema GPS, a 23.200 kilómetros, y estarán distribuidos en tres planos orbitales y en un ángulo de 56 grados con respecto al Ecuador. Una disposición que ayudará a mantener la cobertura incluso en las grandes ciudades, donde los edificios tienden a interrumpirla.

Cuando todos los satélites estén operativos y en sus órbitas, cualquier persona del planeta, incluidos ambos polos, tendrá hasta un 90% de posibilidades de ser «visible» por lo menos por cuatro satélites. Un número que se eleva hasta seis u ocho satélites para la mayor parte de los grandes centros urbanos, lo que hará posible localizar cualquier posición con una precisión de un metro , mucho mayor que la alcanzada por el sistema GPS (entre tres y ocho metros).

Para conseguir este grado de eficacia, Galileo se apoya en una serie de relojes atómicos de extraordinaria precisión. Baste decir que una sola billonésima de segundo de más (o de menos) en una medición es suficiente para generar un error de cerca de 30 cm. en la posición a localizar. Por eso, cada uno de los satélites Galileo contiene cuatro relojes atómicos (dos de hidrógeno y dos de rubidio) con un margen de error insignificante : un segundo cada tres millones de años.

En cuanto al coste de Galileo, la Comisión Europea actualizó la cifra prevista inicialmente (3.400 millones de euros) a 5.400 millones. Los costes operativos del sistema, cuando funcione a pleno rendimiento, rondarán los 800 millones de euros al año. Una cifra que se compensará con creces con los ingresos. En efecto, los servicios basados en el geoposicionamiento generaron, en 2010, un volumen de negocio de 130.000 millones de euros , una cantidad que se habrá casi duplicado para el año 2020.

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