Un Corvette Callaway con récord de velocidad vendido por 420.000 euros

Fue a finales de la década de los setenta cuando Reeves Callaway fundó Callaways Cars, pero no fue hasta diez años después cuando alcanzó la fama mundial gracias a sus modificaciones del Chevrolet Corvette C4 . Entre sus múltiples creaciones una destacó por encima del resto, el ya mencionado SledgeHammer, un coche que consiguió un hito para la época: romper el récord de velocidad máxima para un vehículo de producción.

Este exclusivo modelo logró alcanzar los 410 km/h (254.76 mph) en la pista oval del Transportation Research Center de Ohio, en 1988, gracias a sus diferentes modificaciones. Un kit aerodinámico , que le daba una forma mucho más afilada y le permitía reducir su resistencia al aire -un trabajo de diseño de Paul Deutschman- y un motor V8 de 5.7 litros que fue modificado con un cigüeñal, pistones forjados y un par de turbocompresores intercoolers gemelos, características que le brindan una potencia de 892 CV y 1.047 Nm.

Para poder mantener ese título de vehículo de producción, la compañía mantuvo la mayoría de características de fábrica , como asientos de cuero y ajuste eléctrico, climatizador automático, elevalunas eléctricos y un equipo de sonido Bose. Como extras para garantizar la seguridad se añadieron arneses de competición, un sistema de extinción de incendios y una jaula antivuelco .

El precio inicial que buscaba el propietario por este clásico era de 750.000 dólares (unos 630.000 euros), pero ni su historia, ni sus modificaciones, ni el récord batido hicieron que alcanzase esta cifra , quizás por su antigüedad o por la posibilidad de adquirir modelos más nuevos que alcanzan dicha velocidad por un poco más. El Corvette fue subastado, el pasado 24 de mayo, por el mismísimo Callaway en la plataforma Bring a Trailer, pero solo consiguió llegar a los 500.000 dólares (unos 420.000 euros), una cifra que no está nada mal tampoco .

Este diseño en gris metalizado está en unas condiciones más que aceptables. Su pintura brilla como el primer día, Callaway actualizó los manguitos y las correas de accesorio en 2018, pero los motores que elevan los faros delanteros no funcionan y el motor no tiene catalizador que controle las emisiones contaminantes , quizás estos sean otros de los motivos por los que no alcanzó su cifra máxima. Aún así, el comprador se ha llevado a casa un pedazo de historia digno de museo.