Semana Santa a golpe de pedal

Cinco rutas cicloturistas para disfrutar de rincones secretos y paisajes solo aptos para aventureros

Bicicleta Vintage Adriática

Los amantes de las dos ruedas y un manillar necesitan pocas excusas para subir a su bicicleta y explorar los miles de kilómetros habilitados para cicloturismo en nuestro país. ¿Merece la pena preparar las alforjas y hacer una breve escapada en Semana Santa? Indudablemente ... sí; incluso merece la pena alquilar el equipamiento en las tiendas especializadas en destino que ofrecen rutas autoguiadas o acompañadas.

Atardeceres a pie de playa, paseos en barco, montañas casi vírgenes o catas entre viñedos son algunos de los privilegios reservados a los viajeros de las endorfinas que buscan una experiencia diferente. Recomendamos cinco rutas pensadas para disfrutar en familia, en pareja o en soledad, aptas para todo tipo de público.

1

Senda del Oso Tever Astur

La Senda del Oso

Pocos escenarios naturales impresionan tanto como la Ruta de la Senda del Oso en Asturias , que sigue el antiguo recorrido de un tren minero clausurado en los años 60. Son poco más de 30 kilómetros que atraviesan tres desfiladeros, siete puentes y más de 30 túneles iluminados, todo ello con pista asfaltada y escaso desnivel.

Se puede recorrer la ruta completa o detenerse a descansar y retroceder en cualquiera de los variopintos pueblos del recorrido. La senda presenta además el aliciente de visitar a los osos Paca, Tola, Furaco y Molina, que viven en el espacio de recuperación que la Fundación Oso de Asturias tiene en Santo Adriano, a escasos metros del recorrido en bici.

A los extraordinarios paisajes de bosques y desfiladeros se añade el transcurso del río Trubia y sus afluentes , con áreas de descanso, merenderos y agencias que ofrecen paseos sencillos, alquiler de canoas y bicicletas como TeverAstur.

2

Menorca Camí de Cavalls 360º

Camí de Cavalls

Vaya por delante que la vuelta a toda Menorca por el Camí de Cavalls no es apta para los viajeros que cogen la bici una vez al año. Dicho esto, si lo que se busca son emociones fuertes y paisajes casi inexplorados por el común de los mortales, este es el destino perfecto.

El origen de este sendero se remonta al siglo XIV y se considera que fue un «camino de caballeros» que bordeaba la isla como vigilancia militar frente a posibles ataques piratas. Hoy ofrece 185 kilómetros costeros y de interior, con subidas y bajadas constantes, barrancos, huertos y acantilados rompepiernas para los aficionados a la bicicleta de montaña.

Lo mejor para adentrarse en este viaje es asesorarse con profesionales que pueden gestionar el alquiler del equipo y alojamiento, como Camí de Cavalls 360º.

3

Murcia, Bullas Entretierras

Cata de vinos sobre ruedas

La llamada Vía Verde del Noroeste de Murcia es fácil de ciclar bordeando la costa por terreno llano, apto para todos los niveles y edades que estén preparadas para varias rutas circulares de cuatro horas.

Desde la laguna del Mar Menor a la huerta bañada por acequias de origen árabe, pasando por patrimonio cultural como antiguos molinos o la Basílica de la Vera Cruz, en Caravaca de la Cruz, el paisaje murciano ofrece experiencias como un paseo en barco donde se puede subir con la bici.

La ruta por la región de Bullas, con tres denominaciones de origen en sus viñas, se puede completar con una visita y cata guiada en algunas de sus bodegas, como propone la empresa de turismo activo alternativo EntreTierras.

4

La Pedriza CArlos M. Veiga

Resistencia en Guadarrama

A pesar de las dificultades y restricciones que encuentra el colectivo ciclista para disfrutar de espacios como el Parque Nacional de la Sierra de Guardarrama en Madrid, esta ruta sigue siendo un destino imprescindible para disfrutar del aire puro entre pinares, monasterios, calzadas romanas y monumentos graníticos.

Guadarrama merece la pena no solo por la exquisita gastronomía serrana de sus pueblos, sino porque se está planteando restringir la bici de montaña en la zona. Existen 23 rutas con cuatro niveles de dificultad, desde las más sencillas como la Dehesa de los Molinos a las más técnicas como las Zetas de la Pedriza o el Embalse de Navacerrada con extraordinarias vistas al Pico de la Maliciosa.

5

La Graciosa Turismo Canarias

Pedales entre volcanes

Posiblemente uno de los destinos que garantizan sol y playa en Semana Santa sea Canarias, con temperatura suave para recorrer terrenos volcánicos y pistas de arena blanca en la Isla de la Graciosa , la mayor del archipiélago Chinijo. Se llega a este entorno casi virgen en barco desde Lanzarote, para disfrutar de un Parque Natural sin fuentes de agua ni asfalto, aspectos a tener en cuenta cuando preparemos el viaje.

En Caleta de Sebo se puede alquilar la bici si no queremos cargar con ella en el transbordador y a partir de ahí disfrutar de las tres rutas habilitadas para cicloturismo, con estrictas normas para no abandonar los senderos permitidos. Uno de los posibles paseos arranca en el Llano de La Mareta, para rodear la Montaña Amarilla y recorrer la costa noroeste.

Otra propuesta circula ida y vuelta hacia la extraordinaria playa de la Francesa , de aguas turquesas y arenales rompepiernas. La tercera ruta circula por el norte y transcurre entre la playa de las Conchas y el pueblo de Pedro Barba. Para los más aventureros existe la opción de solicitar permiso para acampar en la Bahía del Salado y disfrutar de otras actividades acuáticas en este entorno privilegiado.

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