Así es el Queen Elizabeth 2, el barco de lujo convertido en hotel flotante

El Q4. La reina Isabel II se subió al astillero Hull No 736 el 20 de septiembre de 1967 ante 30.000 personas para inaugurar el Q4 Bautizado por la reina de Inglaterra. El buque era el trasatlántico más moderno, rápido y elegante de la época. Haciendo gala de su carácter impetuoso, la monarca bautizó al barco: «Nombro a este barco Queen Elisabeth II. Que Dios lo bendiga a él y a quienes viajen en él» Primer viaje. Acto seguido, rompió una botella de vino australiano contra la proa y la embarcación soltó amarras Icono del lujo. El Qe2, como se le conocía popularmente, se convirtió en un icono de lujo en la época, su diseño elegante y refinado simbolizaba el renacimiento de la elegancia inglesa en los años 60. El predilecto de la aristocracia y las celebridades, fueron capitanes del barco Nelson Mandela, Elizabeth Taylor, Buzz Aldrin y David Bowie Diseño cuidado. Sus pequeñas dimensiones fueron un rasgo característico, por ser más propias de un yate que de una embarcación de su categoría. Tanto en longitud como en anchura, calado y tonelaje distaba mucho de sus predecesores, algo que le garantizaba una velocidad sin precedentes: sus nueve motores conseguían una navegación a 28.5 nudos, con una velocidad máxima de 34 nudos. Cruzaba el océano Atlántico en cinco días, unió 812 veces Reino Unido con Nueva York y Southampton Guerra de las Malvinas. Después de navío de lujo se reconvirtió en buque de tropas en la Guerra de las Malvinas de 1982. Cumpliendo su cometido completó 25 viajes por todo el mundo hasta quedar anclado para siempre en Dubai en el año 2008. Ahora, 39 años después y con demasiadas millas náuticas a sus espaldas, el viejo astillero echa amarras e inicia una nueva etapa sin alejarse del muelle Vistas. El Queen Elisabeth 2 vuelve a ofrecer experiencias premium : atracado en la capital mundial del lujo, Dubai, las mejores vistas de la ciudad desde su instalaciones, ancladas en Mina Rashid Instalaciones de lujo. La compañía PCFC Hotels posó la mirada en el buque e hizo de él un complejo de excepción: tiene 224 suites flotantes, 13 restaurantes, enormes piscinas, spa, la sala de cine, teatro y muchas tiendas de luj Museo. Conscientes de que el peso de su producto reside en su pasado, bajo el lema «Seguimos haciendo historia» invita a sus futuros huéspedes a conocer el balanceo de la experiencia. Para explotar al máximo el potencial de la embarcación se abrió un museo en una de sus salas donde se exponen imágenes de los primeros años del navío. Camarotes. Sus instalaciones son fieles, en la medida de lo posible, a la estilo de la decoración original. Sus muebles, de hecho, son en su mayoría ejemplares que vistieron al Qe2 en la época. Huelga decir que están meticulosamente restaurados Gastro. El ahora hotel presume de ofrecer una experiencia gourmet que mantiene los estándares del lujo siendo coherente con la tradición The Queens Grill. En su restaurante Then Queens Grill, se sirven numerosas recetas británicas de autor y un menú degustación con algunos de los platos más exitosos de la carta de la época dorada del buque Moderno y tecnológico. En el plano técnico, el Queen Elisabeth se abrazó a la modernidad, en sus estancias se disfruta de la tecnología más puntera. Cuenta, incluso, con su propia App para que los clientes puedan estar informados a tiempo real de cualquier novedad en el hotel Diferente a los demás. La máxima con la que en la época se definía al buque sigue vigente: «Lo único que QE2 tiene en común con otros barcos es que flota»