Cómo ha entrado Keany West en la lista de milmillonarios del mundo

El pasado año, West protagonizó una de las portadas de la revista, pero nunca fue presentado como milmillonario por mucho que este se empeñase en asegurar que su patrimonio asciende a más de 3.000 millones de dólares , y tampoco apareció en la lista anual que recoge todas las grandes fortunas del mundo, a diferencia de su cuñada que sí aparecía.

Entre los activos del rapero están los beneficios que se embolsa con su fructífera colaboración con Adidas y sus zapatillas Yeezy, las cuales cuelgan el cartel de sold out a los pocos minutos de salir al mercado, sus múltiples propiedades y su discográfica G.O.O.D.

A sus 42 años, West puede presumir de vivir con todo tipo de lujos y comodidades, porque él no se esconde, le gusta vivir bien y, por supuesto, que todos los sepan. Entre sus muchos bienes encontramos un garaje que pondría los dientes largos a cualquier amante de los coches. En su extensa colección, que se vio enriquecida de su unión con Kim Kardashian, destacan grandes joyas como un Lamborghini Aventador, un Bugatti Veyron, un Lamborghini Gallardo y un Aston Martin DB9 , entre otros.

Y la cosa no se queda ahí en cuestión de vehículos, ya que el artista cuenta también con un jet privado con el que se traslada la familia West-Kardashian, así como su equipo de trabajo y sus amigos. El avión en cuestión es un Boeing 747 de dos pisos con capacidad para 660 personas cuyo valor estimado es de 150 millones de dólares , casi nada. En su interior destacan una increíble suite y sus baños de mármol.

En lo que a propiedades respecta, están sus viviendas en Bel Air, su apartamento de Nueva York, su rancho en Wyoming o la casa de Los Ángeles creada por el ilustre anticuario belga Axel Vervoordt .

Además de todo esto, Kanye West es conocido por los carísimos y excéntricos regalos que hace a sus familiares. Desde el increíble anillo de compromiso para Kim Kardashian con un diamante de 20 quilates valorado en 4,5 millones de dólares , hasta la isla privada del Caribe que le compró a su hija North al cumplir los dos años, una propiedad por la que pagó 12 millones de dólares y que la pequeña no podrá disfrutar hasta que cumpla los 18 años.

Solo por todo esto y por las vacaciones, comidas y los lujos entre los que vive –tiene varios cuartos de baño fabricados en oro– está más que claro que su cuenta del banco tiene muchos más ceros que la del común de los mortales. Lo de si alcanza, o no, los 3.300 millones de dólares ya es otra historia.