Los relojes de lujo que miden el tiempo del avión más rápido del mundo

Estos son solo algunos de los motivos que han llevado a dos grandes marcas como IWC Schaffhausen y Boom Supersonic a aunar fuerzas para materializar un proyecto que promete cambiar el mundo del motor y la aviación. Se trata de Overture, un avión supersónico que será capaz de alcanzar el doble de velocidad que los de pasajeros más rápidos que existen actualmente.

Desde su fundación en 1858 en IWC Schaffhausen siempre se ha palpado la pasión por la aviación. Tanto es así que en los años treinta lanzaron su primer reloj de aviador y desde aquel momento la relación con este sector ha sido una constante en su ADN.

Además, hay que recalcar que en esta asociación se respetará al medio ambiente y que dicho avión será neutro respecto a las emisiones de carbono y capaz de volar utilizando un 100 % de combustibles sostenibles para aviación. Así lo explica Kathy Savitt, presidente y director comercial de Boom Supersonic . «Boom está entusiasmada de colaborar con IWC en temas prioritarios de sostenibilidad. De hecho, como pioneros en el diseño y en la fabricación sostenible, IWC atesora un gran conocimiento que puede ofrecer a otros sectores. Gracias, además, a nuestra pasión compartida por el valor del tiempo, esperamos que la actual colaboración con IWC ayude a crear un futuro de negocios sostenibles».

La aeronave está previsto que comience a funcionar en 2026 y a transportar pasajeros en 2029, todo un desafío. Algunos de sus objetivos serán recorrer distancias como Londres-Nueva York o Madrid-Boston en tres horas y media, o San Francisco-Tokio en seis, permitiendo a sus pasajeros aprovechar mucho más el tiempo, ese valioso tesoro. Aunque todavía falte para su lanzamiento, son ya más de 70 los aviones encargados por diferentes compañías aéreas de todo el mundo que desean sumarse a esta experiencia tan revolucionaria.

Como era de esperar, un proyecto de esta envergadura es el resultado de años de exhaustivo trabajo e investigaciones, dos puntos clave en IWC y Boom, que necesitan continuamente desafiar las leyes de la física mediante ingeniería de vanguardia. Por ejemplo, IWC ha sido pionera en el uso del titanio y la cerámica allá por los años 80; mientras que hoy en día posee una división de ingeniería, IWC Experimental, que se torna imprescindible para el impulso de las acciones más innovadoras. Por su parte, Boom, en el diseño de Overture, emplea complejas simulaciones tanto a ordenador como reales para asegurarse de que el rendimiento del combustible y su eficiencia son máximos.

Ahora solo queda esperar para descubrir en profundidad los detalles de este apasionante proyecto.