Las camisetas retro de fútbol que tienes guardadas en el armario pueden valer más de lo que imaginas
Las camisetas históricas futboleras se convierten además de en objeto de deseo para coleccionistas en una de las tendencias de moda más vistosas
Las camisetas de fútbol más icónicas preferidas por los coleccionistas
La moda futbolera es tendencia. De un tiempo a esta parte, sobre todo en lo que llevamos de década, desde la pandemia, pero ya desde mediados de la pasada, las camisetas retro de equipos de fútbol son un negocio en crecimiento. Las originales y ... también las nuevas versiones inspiradas en diseños antiguos. La tendencia es imparable porque se han unido ingredientes en la misma coctelera tan potentes como el fútbol, deporte de masas donde lo haya en Europa; la nostalgia, que es un motor de ventas indiscutible; y el diseño: las marcas deportivas han conseguido que las camisetas de los equipos ya no solo se utilicen el día que juega dicho equipo. Ahora se llevan como cualquier otra ropa de estilo casual.
Hace aproximadamente medio siglo, Adidas, a rebufo de la firma británica Admiral, pionera en el diseño de camisetas futboleras con una mirada comercial, revolucionó el universo de las equipaciones de fútbol al colocar su logo, el famoso trébol, en el pecho de la Mannschaft, la selección alemana.
Comenzó entonces un idilio dorado para la marca de las tres franjas con el balompié. De Adidas son camisetas icónicas de los 80, con la de Holanda en la Eurocopa del 88 como obra cumbre; y de los 90, cuando la marca alemana monopolizó (prácticamente) el Mundial de Estados Unidos 94.
De aquella competición salieron algunas de las camisetas retro más demandadas en la fiebre que vive el sector en la actualidad, como la de Alemania e incluso la de España.
Ese torneo, y toda la transformación que el fútbol experimentó en los 90 a nivel mediático y comercio, hizo que otras marcas deportivas tomaran buena nota del potencial del balompié para vender productos de moda. Los adolescentes de los dosmil recordarán aquellas diseños minimalistas y ajustados de Kappa, en la era ya de los David Beckham, Fredik Ljunberg, Francesco Totti y compañía. Los primeros «modelos futbolistas» profesionalizados.
Y esta es la época también en la que Florentino Pérez, cuando exigía a sus Galácticos que cedieran derechos de imagen al Real Madrid por contrato, puso en el mapa algo que entonces pasaba casi desapercibido: el volumen de ventas que suponía la venta de camisetas. No solo el presente le dio la razón: dos décadas después ha quedado ampliamente demostrado que ese nicho comercial para los clubes de fútbol y marcas deportivas tenía mucho margen de mejora.
En 2025, las camisetas de fútbol nuevas mantienen unas cifras de ventas astronómicas. Las cifras no engañan: según el informe European Club Finance and Investment Landscape de la UEFA, el Real Madrid alcanzó los 196 millones de euros en 2024 en ingresos por la venta de estos productos gracias a la llegada de Kylian Mbappé y al estallido mediático de Jude Bellingham.
Lo que no sabía Florentino Pérez hace 20 años es que, en paralelo al negocio de las camisetas originales de temporada, el fútbol sería capaz de generar otro negocio millonario: el de las camisetas retro. Esto es, prendas originales de hace una, dos, tres o más décadas que durante años solo han guardado coleccionistas y amantes del fútbol y que ahora son piezas codiciadas de moda.
El boom de las camisetas de fútbol retro
En su día ya te hablamos en Summum de las camisetas icónicas de fútbol favoritas de los coleccionistas. Alguna de Maradona y la citada de Holanda del año 1988 entre ellas. Pero en la actualidad, las camisetas retro de fútbol son un producto que ha dejado de interesar a un público muy concreto para convertirse en objeto de deseo de las masas.
Hay múltiples evidencias. Por ejemplo, el auge de tiendas especializadas en la venta de camisetas originales de fútbol de segunda mano y réplicas exactas. En las grandes ciudades españolas hay muchas, pero a nivel internacional seguramente la más potente sea Classic Football Shirts. Vintage Football Shirts y Casual Football son otros ejemplos.
Otro detalle es el precio que alcanzan algunas camisetas. Por seguir con el ejemplo Del Real Madrid, Oddspedia señala que en las tres tiendas mencionadas, la camiseta de Gonzalo Higuaín de la temporada 2008 se vende por casi 1.900 euros, un precio ligeramente superior a la de David Beckham del año 2005 (1.778 euros).
Otro detalle que evidencia el auge del sector de las camisetas clásicas de fútbol es que las propias firmas deportivas están potenciando ediciones especiales, generalmente utilizadas como terceras equipaciones por los clubes, inspiradas en diseños antiguos icónicos. El mejor ejemplo vuelve a ser Adidas, que tiene una línea especial (Originals) con auténticas joyas textiles futboleras. Para muestra, un botón: la tercera camiseta de la Roma de esta misma temporada.
Cómo publicitan las marcas y clubes las camisetas, con auténticas producciones de moda, evidencia también otro de los factores que explica el boom de las camisetas de fútbol clásicas: se acabó eso de ponérselas para ir al estadio, al bar o para ver el partido delante de la televisión. Una camiseta de fútbol retro bien conservada, o una réplica de la original es tendencia en el Street style masculino… y femenino.
Y en esto último tienen mucho que decir marcas que, sin ser las oficiales de los clubes de fútbol, han sabido leer el gusto por la ropa de inspiración futbolera para diseñar sus propias colecciones. Algunas de ellas en colaboración con los clubes, como Copa o Coolligan, firma española que explota de maravilla lo mismo que tantas otras marcas, algunas de la talla de Lacoste o Polo Ralph Lauren, han hecho a lo largo de décadas de historia y éxito con el tenis.
Coolligan es el testigo ideal para explicar la explosión de la moda futbolera en la última década, puesto que tiene precisamente diez años de vida. Una década en la que se ha especializado en crear diseños propios, no réplicas, inspirados en los recuerdos audiovisuales y materiales del «primer fútbol», aquel de finales del siglo XIX —el primer partido internacional, un Escocia-Inglaterra, se disputó en en 1872—.
«En estos diez años hemos visto un cambio enorme. Al principio, hablar de camisetas de fútbol retro era casi de nicho, algo reservado para muy frikis del balón. Hoy, en cambio, la moda futbolera forma parte del día a día: la gente se pone una camiseta vintage igual que una chaqueta o unas sneakers. El mercado se ha abierto, el fútbol se ha convertido en cultura y eso ha hecho que cada vez más personas quieran llevar un pedacito de esa historia consigo», explica Juan de Dios Sánchez de Nogues, socio fundador del sello.
Sánchez de Nogues tiene claro que ha sido en esta década cuando del gusto general por la estética retro se ha pasado a una alta demanda de la estética futbolera retro. «Hace unos años ya se intuía que lo retro gustaba, pero ahora es otra liga. El fútbol se ha vuelto inspiración para diseñadores, pasarelas y, cómo no, para las propias marcas y clubes, que recurren a la estética vintage para relanzar sus equipaciones. Nosotros lo notamos especialmente en la última década: la nostalgia engancha y cada vez más gente quiere revivir los colores, las formas y hasta los tejidos de épocas que marcaron su vida futbolera», afirma.
Para el socio fundador de Coolligan, el nicho de las réplicas y camisetas originales retro es perfectamente compatible con la marca española, que busca hacer su propio camino estético siempre con el fútbol vintage como referencia de sus colecciones. «Ambas propuestas se retroalimentan. La segunda mano tiene mucho valor porque es historia pura, pero nuestro enfoque es distinto: lo que hacemos es reinterpretar el fútbol clásico con calidad y diseño actual, para que puedas vestir en tu día a día, no solo tenerlo colgado en el armario», dice. «La diferencia está en la experiencia: cuidamos los tejidos, los patrones y los detalles para que, aunque evoquen a otra época, las prendas sean cómodas, duraderas y versátiles hoy. Es decir, mezclamos la nostalgia de ayer con el confort de hoy», agrega.
En este sentido, Juan de Dios Sánchez de Nogues subraya que más que prendas concretas, los clientes —»Con el tiempo hemos visto cómo ha evolucionado el perfil: ya no es solo el aficionado nostálgico, sino también personas que buscan autenticidad, calidad y una marca que las trate de forma cercana», apunta Sánchez de Nogues— son muy exigentes con el respeto y la rigurosidad en los diseños. «Lo que de verdad nos pide el cliente es cuidado en los detalles y respeto absoluto por la historia del fútbol. No vienen solo a comprar una prenda, sino a llevarse un trocito de memoria, trabajado con pasión y con cariño. Nuestro público valora mucho esa combinación: que detrás de cada costura haya una historia contada con rigor, pero también con emoción. Eso es lo que marca la diferencia: no se trata de moda sin más, sino de prendas que transmiten sentimientos y que están hechas pensando en quienes aman el fútbol de verdad», expone el socio fundador de Coolligan.
En este sentido, Coolligan tiene claro que las colaboraciones mano a mano con clubes profesionales de fútbol, históricos de nuestro país como el Atlético de Madrid, la Real Sociedad o el RCD Espanyol, con los que ya han trabajado, aumentan la dimensión de la marca. «Colaborar oficialmente con clubes es un hito porque validan nuestro trabajo y nos permiten llegar a más gente. Para nosotros no es solo una cuestión comercial, es también un orgullo: significa que un club confía en que Coolligan sea parte de su historia y su legado», reconoce Juan de Dios Sánchez de Nogues.
Por eso, aprovechando además que la demanda por la moda retro futbolera no hace más que crecer, preparan nuevas colecciones de este tipo. «Estamos trabajando en nuevas colaboraciones que seguro harán mucha ilusión a los aficionados. No podemos desvelar nada todavía, pero pronto habrá sorpresas…», concluye el socio fundador de la marca española.
MÁS INFORMACIÓN
La moda retro futbolera ha llegado para quedarse. La dimensión real en la que permanecerá la dictará el tiempo, cuando deje de ser tendencia y alcance definitivamente lo que ya parece que es: una moda atemporal.
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