Guía para elegir bien los zapatos en verano
Sandalias, náuticos, mocasines, alpargatas... te presentamos todas las alternativas y los usos que deberías darle a cada una de ellas
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Iniciar sesiónMantener el equilibrio entre estilo y confort se convierte en uno de los retos más difíciles de conseguir cuando llega el verano. El cuerpo nos pide abrazar todo aquello, prenda, calzado y complementos, que faciliten nuestro día a día, tanto la tolerancia al calor como ... la comodidad en lo que respecta, por ejemplo, a llevar las pertenencias básicas encima. Es inevitable no hacerlo, pero todo tiene un límite porque el riesgo de parecer un collage es alto.
Para que esto no suceda, es clave conocer muy bien a los básicos imprescindibles del armario de verano y en cuándo escogerlos. Ya les hemos dedicado tiempo a muchos de ellos en Summum, pero todavía no nos habíamos detenido en el calzado propio de los meses de calor.
Como vas a ver a continuación, hay un amplio espacio intermedio entre las chanclas de playa y las botas , dos tipos de calzado que forman buena parte de los zapateros de verano masculino cuando no deberían tener hueco en él. Las primeras son un problema por exceso: nos extralimitamos al llevarlas más allá de los espacios para los que fueron creadas; las segundas, directamente no deberíamos sacarlas de la caja hasta octubre, por lo menos.
Y dirás, bueno, si no puedo llevar chanclas por la calle, y no me gustan los zapatos clásicos de cordones -no está de más tener por lo menos unos Oxford clásicos en color negro siempre dispuestos, limpios y relucientes, en el armario por lo que pueda pasar-, ¿qué me pongo en verano en los pies? Pues mira. No tienes ni una, ni dos, ni tres, ni tampoco cuatro alternativas, ¡sino cinco!
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Sandalias
Se da la curiosidad con las sandalias de que muchos hombres las tienen manía pero luego no se quitan las chanclas de dedo. Otros directamente meten en el pack a estas últimas cuando son lo que su nombre indica, chanclas , y no sandalias. Hay quien dice incluso que de los romanos hay que copiar todo menos su gusto por las sandalias pero la realidad es que no hay calzado de verano masculino que aúne mejor confort y estilo .
Lógicamente, no estamos hablando de un contexto formal, sobre todo en el ámbito laboral, pero sí para cualquier otro plan de ocio durante el verano. Con bermudas, con vaqueros, con pantalones chinos y hasta con looks relajados y deportivos si aprovechas que se llevan las sandalias inspiradas en el trekking, con bandas de velcro.
Estas últimas igual te parecen excesivas, pero por lo menos deberías tener un par de sandalias de cuero, marrones o negras, tú eliges. Al igual que puedes elegir el estilo entre lo mucho -con tiras de cuero, tipo ugly shoes, cerradas en el talón, cruzadas, con plataforma…- que hay en el mercado con el buen gusto como elemento común.
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Mocasines
El zapato cerrado por excelencia del verano junto al náutico. A diferencia de este último, el mocasín tiene un registro mucho más amplio porque, aunque siempre será sin cordones, lo puedes encontrar de estilo informal, liso y con suela neumática, por ejemplo, hasta todo lo contrario: modelos en piel, más o menos minimalistas, pensados para llevar con traje.
Los mocasines son las nuevas zapatillas: son cómodos y se adaptan muy bien a distintas interpretaciones creativas y contextos sociales, así que es cuestión de encontrar aquellos que te gusten y explotarlos al máximo en verano.
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Náuticos
Como decíamos anteriormente, el náutico es lo que es. O te gusta o no te gusta. Ni hay más. Sí, es cierto que la gama de colores en los que se diseñan se ha visto ampliada recientemente más allá del marrón y del azul marino, pero para ser náutico tiene que cumplir unas características básicas que al mismo tiempo los hacen inconfundibles pero menos versátiles.
Sus grandes virtudes, más allá de su relación con el mar, ideal durante el verano, es que sus suelas de goma, estriada y antideslizante, y su fabricación en piel -ante o, en su defecto, lona- los convierten en zapatos extremadamente cómodos, y a la vez son más formales que unas zapatillas pero en la justa medida de lo que la mayoría de planes de verano requieren a la ropa y el calzado que lo sean. Son, en definitiva, el zapato casual de la temporada de calor, aunque ocupan un espacio similar al de los mocasines, por lo que no son imprescindibles.
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Alpargatas
Durante muchos años, a excepción de en el corredor mediterráneo, la alpargata ha estado etiquetada como calzado exclusivamente rústico, pero en las últimas temporadas esta imagen se ha roto, por fin, en mil pedazos y cada vez más hombres las llevan en toda España. Y no es para menos que así sea porque es de indudable personalidad . Estéticamente, son especiales, únicas de hecho, y además son seña de identidad de nuestra cultura, pero es un zapato en el que merece la pena invertir en calidad porque se nota la diferencia mucho tanto estéticamente como en lo que respecta a la comodidad.
Para lucirlas, basta con aplicar el sentido común: son delicadas, así que no te las pongan un día en el cual el plan puede machacar el calzado y no las incluyas en looks muy informales. Los polos y las camisas son muy buenos compañeros de baile.
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Zapatillas
Sí pueden ser un calzado de verano pero no todas. Solo las más fresquitas, que suelen ser las fabricadas en lonas sobre todo . No hace falta que te demos una lección sobre cómo llevarlas porque lo sabes de sobra, pero sí que te invitamos a limitar un poquito su uso durante el verano porque ya las llevas mucho el resto del año. Hay, como has visto, hasta cuatro opciones propias de esta época del año que, en nuestra humilde opinión, merecen muchísimo más la pena, así que dejas las deportivas de lona solo para esos días en los que te apetece llevar unas bermudas deportivas de algodón.
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