¿A qué edad deberías dejar de usar pantalón corto?
Buscamos la respuesta a uno de los debates más controvertidos cuando llega el verano

Los pantalones cortos (de vestir, no entran en la ecuación los de los equipos de fútbol…), son una prenda muy asimilada por la moda masculina contemporánea. Ha llovido mucho desde que se les miraba con lupa cuando se llevaban una vez pasaba a la edad adulta y en la actualidad es raro el armario de hombre en el que no tienen su espacio reservado durante el verano.
En origen, esta prenda era infantil. Solo los pequeños de la casa los llevaban hasta bien entrado el siglo XX. El motivo: que con sus caídas habituales no los magullaran. Por este motivo se les ha considerado siempre como 'prenda para jóvenes'.
Fue en los años 30 cuando su target se amplió , y en ello tuvo que ver esa tendencia hacia la búsqueda del confort, todavía entonces centrada en actividades vinculadas al deporte y el ocio al aire libre. Ya en la segunda mitad del siglo XX, después de la II Guerra Mundial, la expansión del pantalón corto fue imparable: no se podía renunciar a una prenda cómoda, fresca, informal y con un punto todavía original en aquellos tiempos.
El viaje de la moda en los últimos 70 años no ha hecho más que ayudar a prendas informales como esta a escalar posiciones en la lista de favoritas de los hombres, en cuyo el confort es una de sus máximas inamovibles.
Por lo tanto, ya nadie duda de que los pantalones cortos sean una prenda adulta. Otra cosa muy distinta es si sabemos cómo llevarlos y cuáles son los más apropiados por estilo, material, corte… y también por lo que dice el DNI.
Estas son las claves más importantes para llevar con acierto el pantalón corto, lo que está bien y, sobre todo, lo que debes evitar:
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No hay edad
Como decíamos en la introducción, ya no hay edad para llevar un pantalón corto 'de vestir'. Solo hay que pensar en lo cómodo y feliz que va el abuelo con sus bermudas de bolsillos (a ellos les gustan más las de tipo safari, en general). ¡A ver quién le dice que se las quite! Ni falta que hace, porque es innegable que en comodidad no tienen rival .
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Prohibidos en la oficina
Ya sabemos que hay 'start ups' que permiten ir hasta en bermudas denim al trabajo y que no pasaría nada si sus empleados fueran en bañador, pero esta imagen idealizada de Sillicon Valley y de las tecnológicas choca con la realidad: no está bien visto en los códigos de estilo acudir en bermudas a la oficina. Y la verdad, tiene su lógica. Puede gustarnos más o menos, pero estaremos de acuerdo en que el pantalón corto no es el adalid de la formalidad precisamente.
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Atención al calzado
No te pongas unas chanclas de dedo con unos pantalones cortos y la primera camiseta que pilles del cajón. Esto no hace más que dañar la imagen del pantalón corto (y la tuya propia también…). A lo que vamos con este ejemplo es que en muchas ocasiones no es el pantalón corto el elemento del outfit que falla, sino cómo lo llevamos. Unos mocasines relajados si son de tu estilo; unas sandalias de piel, que pueden ser de tiras cruzadas o de pala, tipo ‘ugly sandals’ por ejemplo; unas deportivas de lona incluso dependiendo del contexto… No será que no tienes opciones para tus pies mejores que las chanclas de la playa .
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Ríndete ante los clásicos
Está muy bien querer dar rienda suelta a la alegría propia del verano y subirse al carro con ropa de colores estridentes o diseños estampados graciosos, pero un pantalón corto no es un bañador, donde hay licencia para casi todo. Los flamencos quedan bien en la playa, pero ¿de verdad son necesarios más allá de la arena y el agua? Para gustos están los colores, pero donde esté una bermuda de lino en color beis, un pantalón vaquero corto recto en azul lavado clásico, de estilo vintage, o un pantalón de algodón negro o azul marino, que se quite lo demás. Son todos ellos la base ideal sobre la que construir tus looks veraniegos .
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Adiós a los contextos formales
Si se te ha pasado por la cabeza parecerte al Barça cuando llevó (por poco tiempo) traje con bermudas de Thom Browne, piénsatelo dos veces . No porque este mal, ni mucho menos, pero sí por el contexto. No parece que sea el outfit más apropiado para la mayoría de los eventos en los que recurrimos al traje, véase una boda por ejemplo.
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Cotempla todas las opciones
Hay vida más allá del denim. Nos hemos dejado conquistar por el tejido vaquero hasta tal punto que parece que no existe otra cosa en el armario masculino dedicado al ocio. Y es justo todo lo contrario: hay tejidos mucho más apropiados para las prendas veraniegas. El lino es el mejor ejemplo. Las bermudas fabricadas en este tipo de materiales son más fresquitas, más ligeras y también más estilosas, y no hace falta complicarse la vida para combinarlas. De hecho, puedes llevarlas con una camiseta de algodón de primera calidad lisa metida por dentro y unas sandalias de piel y tienes un outfit de matrícula de honor para esta época del año.
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La elección del corte
Siempre que tenemos la oportunidad de elaborar una pequeña guía rápida de estilo en clave informal como esta y la prenda objetivo es un tipo de pantalón, advertimos de lo mismo: el skinny fit no es una opción . No lo es ni con 20 años, pero menos si tienes 40. El motivo es sencillo, no suele sentar bien a prácticamente ningún tipo de cuerpo y no garantiza la comodidad que sí aporta el resto de diseños rectos o anchos.
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