MODA
Alpargatas: manual de uso del calzado del verano
Son, con permiso de las sandalias, las grandes reinas de la época estival y como tal hay que darles el hueco que merecen en el armario
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Iniciar sesiónHay prendas, accesorios y también calzado que son auténticas señas de identidad culturales. La historia y las condiciones geográficas, tanto físicas como climáticas, tienen mucho que ver en ello, de igual forma que ocurre en la gastronomía, por ejemplo. Es lo que pasa con ... las alpargatas , un calzado eminentemente mediterráneo por lo bien que se adapta a las condiciones de vida en esta zona del globo, un mar que influencia de lleno a buena parte de España.
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Este calzado de origen popular nunca se fue del todo, pero ahora ha recuperado su brío gracias a que ha encontrado su espacio dentro de la moda actual por su carácter artesanal dentro de un universo muy mecanizado.
Un clásico estacional
La esparteña , que es como también se conoce a la alpargata porque en origen era un calzado fabricado con esparto (ahora se utiliza mayormente el yute, una fibra vegetal que prefieren la mayoría de los productores, entre otras cosas porque hay más cantidad, aunque también hay razones de rendimiento para ello), es un símbolo de la cultura mediterránea en buena medida gracias al auge de la industria del calzado nacional, que sigue produciendo auténticas maravillas que hoy visten los pies de los hombres más elegantes durante los meses de verano.
Solo tienen un problema la alpargatas: su utilidad limitada en el tiempo porque es un calzado estacional , como le pasa a las sandalias, y sobre todo que su uso ideal colapsa con el de los mocasines y los náuticos, los grandes clásicos del zapatero masculino en verano. Sin embargo, en cuestión de estilo, no tienen nada que envidiar a ambos las alpargatas.
El manual de estilo, teniendo en cuenta la comparativa expuesta, no dista mucho del de náuticos y mocasines. En todo caso, eso sí, importa más la calidad que el diseño. Puedes optar por un estampado llamativo, algo poco habitual en un calzado de líneas sencillas y clásicas, casi espartanas, o por un diseño clásico, pero siempre que sea de calidad. Lo agradecerá tu armario, pero más lo harán tus pies, porque una alpargata de mala calidad no es apta para pies delicados.
Cómodas, frescas y desenfadadas
Dicho esto, la alpargata tiene dos objetivos: aportar comodidad y frescura al pie, que cuando va tapado en un clima caluroso y húmedo corre el riesgo de acabar cocido, y aportar informalidad a un armario casual, donde lo deportivo tiene escasa cabida.
Y es que es quizá en ese contexto, el deportivo, en el que no se mueven demasiado bien las alpargatas. Solventan casi cualquier combinación con éxito , pero donde estén las camisas, los polos o las camisetas lisas; tejidos como el lino o la seda; y los pantalones que se alejen del tejido denim, que se quiten estos a la hora de acompañarlos por unas alpargatas.
Y en cuanto a tendencias actuales, ahora que tanto se lleva lo preppy de nuevo, nada mejor que “mediterraneizar” un poco este estilo tan yankee con un par de esparteñas. Cuestión de gustos, de todos modos. Al fin y al cabo, hay quien las lleva con bañador cuando el agua es la criptonita particular de este calzado . A priori, no parece lo más indicado, pero si no te importa que la vida de tus alpargatas se reduzca por ello, adelante.
También es cuestión si darle prioridad a un modelo liso en tonos tierra o neutros, o apostar por alguno más alegre. En principio, la versatilidad y el buen gusto que aportan las primeras parece difícilmente superables por las segundas, pero todo depende del estilo personal de cada uno. Parece, por tanto, más acertado jugar con las texturas que con la paleta de colores . Sobre todo si buscas polivalencia en el diseño que escojas, ya que unas alpargatas de líneas y colores más tradicionales pueden combinar hasta con un traje. Ya lo demostró hace tres años en la pasarela Dolce&Gabbana, sin ir más lejos.
En cualquier caso, da gusto ver como un calzado tan arraigado a nuestra cultura y que tantas alegrías le ha dado y le sigue dando a la industria del calzado nacional, no solo pervive en el tiempo, sino que lo hace sin apenas modificaciones de sus inconfundibles características . Es como si las alpargatas le hubieran mandado un mensaje a la moda contemporánea para que esta fuera la que se adaptara a ellas y no al revés, como ocurre con tantas y tantas prendas y complementos. Y es todo un orgullo y una alegría que las esparteñas hayan ganado el órdago hasta el punto de ser referencia de estilo tanto en el vestidor femenino como en el masculino.
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