Verano negro: el calor mató a más de 60.000 personas en Europa el pasado año, con España tercera en la lista
El primer estudio que cifra la mortalidad atribuible sólo al aumento de las temperaturas constata que la mayoría de los fallecimientos se registraron en mujeres y en países del Mediterráneo
En nuestro país, las provincias con más óbitos fueron las del interior, con mayores subidas del termómetro y donde hay más población envejecida
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Calor extremo, sequía, fuegos y muertes. El verano de 2022 pasará a la historia climática como el más caluroso de Europa desde que hay registros oficiales y en el que hubo una mayor punta de mortalidad. Estudios realizados hasta la fecha reportaban un aumento ... sustancial de muertes coincidentes con la canícula de 2022 pero ninguna investigación había señalado hasta ahora los fallecimientos atribuibles directamente al aumento de las temperaturas durante esos meses de verano en Europa.
Investigadores del Instituto de Salud Global (IsGlobal) de Barcelona, centro impulsado por la Fundación La Caixa, en colaboración con el Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia (Inserm), han puesto, por primera vez, cifras a este 'verano negro' en el que los termómetros batieron récords en todas las regiones europeas.
El análisis, publicado en la revista 'Nature Medicine', estima que entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre de 2022 se produjeron un total de 61.672 muertes atribuibles al calor en Europa. La mayoría, se registraron en países del área del Mediterráneo, y el 63 por ciento en mujeres, sobre todo en las mayores de 80 años, especialmente vulnerables al calor extremo. Más allá de las cifras, los investigadores subrayan que las muertes del pasado verano constatan «la falta de eficacia» de las actuales estrategias internacionales desplegadas para evitar esta situación, por lo que urgen a «reevaluarlas y fortalecerlas». «Ya sabíamos con antelación que habría un aumento de temperaturas fruto de la progresión del cambio climático. En 2003 hubo también registros preocupantes y fue un aviso a navegantes. Que se hayan rebasado las 61.000 muertes es preocupante», señala en declaraciones a ABC el investigador del IsGlobal, Marcos Quijal.
«La oficina estadística europea, Eurostat, ya notificó un exceso de mortalidad inusualmente alto para esas fechas, pero hasta ahora no se había cuantificado la fracción de la mortalidad atribuible al calor. Es la primera vez que un estudio pone cifras al impacto en muertes ocasionadas por la subida extrema de las temperaturas durante esos meses de verano«, añade Quijal.
Para contextualizar el registro de óbitos en verano de 2022, los autores del estudio analizaron los datos de temperatura y mortalidad que se dieron en 823 regiones de 35 países europeos, cuya población total representa más de 543 millones de personas, entre los años 2015-2021. Se usaron estos datos para estimar modelos epidemiológicos y predecir la mortalidad atribuible a las temperaturas para cada región y semana del periodo estival. Después, compararon esos registros con el obtenido en el verano fatídico. «La media de muertes estivales en el período 2015-2021 fue de entre 30.000 y 40.000 muertes, mientras que en los meses de 2022 se produjeron unas 25.000 más. La diferencia es sustancial«, precisa Quijal.
«Punta fatídica»: 38.881 muertes entre el 11 y el 14 de julio
El calor no dio tregua y las temperaturas fueron «límite» durante todas las semanas del período estival. La mayor anomalía térmica se registró, sin embargo, de mediados de julio a mediados de agosto, durante la canícula. Esta coincidencia «magnificó», según los investigadores, la mortalidad por calor, causando 38.881 muertes entre el 11 de julio y el 14 de agosto. Dentro de ese periodo se produjo una intensa ola de calor paneuropea, entre el 18 y el 24 de julio, a la que se atribuyen 11.637 muertes.
En términos absolutos, es decir sin tener en cuenta el volumen de población de cada territorio, el país con mayor número de muertes atribuibles al calor a lo largo de todo el verano de 2022 fue Italia, con un total de 18.010 muertes, seguido de España (11.324) y Alemania (8.173).
Si se ordenan los datos en base a la tasa de mortalidad por calor (en la que sí se tiene en cuenta el volumen poblacional), Italia sigue encabezando la lista, con 295 muertes por millón, seguida de Grecia (280), España (237), y Portugal (211). La media europea se estimó en 114 muertes por millón. «El segundo registro es el que da más idea del impacto porque tiene en cuenta la población. En él, España baja un puesto, aunque sigue estando en las primeras posiciones del ranking», aclara el investigador del IsGlobal y uno de los autores del estudio.
Por provincias, en España, las que registraron más muertes por millón de habitantes fueron Zamora (587), seguido de Orense (466), Cáceres (460), Ávila (436) y Palencia (425), frente a otras regiones como la registrada en la isla de El Hierro o en Fuerteventura, en las que se registraron solo 20 y 42 muertes por cada millón de habitantes, respectivamente. «Las provincias más afectadas fueron las del centro de España, donde las temperaturas son más extremas y hay población más envejecida, aunque podemos decir que el aumento de temperaturas y muertes fue homogéneo en líneas generales», apunta Marcos Quijal.
Si se atiende únicamente al incremento en la temperatura, el país que registró un valor más alto fue Francia, con 2,43ºC sobre los valores promedios del periodo 1991-2020, seguido de Suiza ( 2,30ºC), Italia ( 2,28ºC), Hungría ( 2,13ºC) y España ( 2,11ºC).
Mujeres de más de 80 años, las más afectadas
Por edad y sexo, el estudio constató un incremento muy marcado de la mortalidad en los grupos de edad más avanzada, y sobre todo en las mujeres. Así, se estima que se produjeron 4.822 muertes entre menores de 65 años, 9.226 muertes entre los 65 y los 79 años, y 36.848 entre los mayores de 79 años.
En lo que respecta al análisis por sexos, los datos apuntan a que la mortalidad prematura atribuible al calor fue un 63 por ciento superior en mujeres que en hombres, con un total de 35.406 fallecimientos prematuros (145 muertes por millón), frente a los 21.667 estimados en hombres (93 muertes por millón). Esta mayor vulnerabilidad de las mujeres al calor se observa en el conjunto de la población y, sobre todo, en mayores de 80 años, donde la tasa de mortalidad es un 27 por ciento superior a la de los hombres. En cambio, la tasa de mortalidad masculina es un 41 por ciento más elevada en menores de 65 años, y un 13 por ciento mayor entre los 65 y los 79 años.
Antecedente en 2003
Hasta la fecha, el verano con mayores registros de mortalidad en Europa fue el del año 2003, en el que se registró un exceso de mortalidad de más de 70.000 muertes. Sin embargo, los autores del estudio aclaran que esa cifra no puede compararse con la derivada del actual estudio «en el que se tienen en cuenta muchos otros parámetros». «No son cifras comparables», señala a ABC Quijal.
«El verano de 2003 fue un fenómeno excepcionalmente raro, incluso cuando se tiene en cuenta el calentamiento antropogénico observado hasta entonces. Esta naturaleza excepcional puso de manifiesto la falta de planes de prevención y la fragilidad de los sistemas de salud para hacer frente a emergencias relacionadas con el clima, algo que en cierta medida se trató de corregir en años posteriores», explica Joan Ballester Claramunt, primer autor del estudio e investigador de ISGlobal, que cuenta con una beca del European Research Council.
«En cambio, las temperaturas registradas en el verano de 2022 no pueden considerarse excepcionales, en el sentido de que podían haberse previsto siguiendo la serie de temperaturas de los años precedentes, y que muestran que durante la última década el calentamiento se ha acelerado», añade el investigador. Teniendo eso en cuenta, Ballester y Quijal coinciden en que «precisamente porque se sabía con antelación que las temperaturas seguirían subiendo los datos del estudio son especialmente preocupantes y urgen a una reflexión y un replanteamiento de las actuales estrategias«.
«El hecho de que en el verano del 2022 muriesen más de 61.600 personas en Europa por calor pese a que, a diferencia de en 2003, muchos países ya contasen con planes de prevención activos, sugiere que las estrategias de adaptación de las que disponemos en la actualidad pueden ser todavía insuficientes», sostiene Hicham Achebak, investigador del Inserm y de ISGlobal y último autor del estudio.
«La aceleración del calentamiento observada en los últimos diez años subraya la necesidad urgente de reevaluar y fortalecer de manera substancial los planes de prevención, poniendo especial atención a las diferencias entre países y regiones europeas, así como las brechas de edad y sexo, que actualmente marcan las diferencias en vulnerabilidad al calor», añade el investigador.
68.000 muertes prematuras cada verano hasta 2030
Europa es el continente que está experimentando un mayor calentamiento, hasta de 1ºC más que la media global. Las estimaciones realizadas por el equipo investigador apuntan a que, en caso de no mediar una respuesta adaptativa eficaz, el continente se enfrentará a un promedio de más de 68.000 muertes prematuras cada verano hacia 2030 y más de 94.000 hacia 2040.
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El estudio ha sido realizado en el contexto del proyecto Early-Adapt, financiado por la European Research Council, y dirigido a estudiar cómo se están adaptando las poblaciones a los retos de salud pública desencadenados por el cambio climático. «Los resultados del estudio son una alerta importante de cara a veranos venideros. Lo que hemos visto en 2022 significa que las estrategias actuales no son efectivas y deben cambiarse», concluye Marcos Quijal.
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