Un juez detiene la tala de un árbol de 200 años protegido que iba a adornar el Vaticano en Navidad
El ejemplar seleccionado era una especie que había sobrevivido a la última glaciación
Será sustituido por un abeto de 62 años que se instalará en la plaza de San Pedro
Corresponsal en el Vaticano
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Iniciar sesiónTodo estaba listo en la plaza de San Pedro para acoger este martes un impresionante «abeto blanco» de 200 años de edad y 30 metros de altura, regalo de un pueblo de 182 habitantes, Rosello, situado en el corazón de los Abruzos. Pero Dario Rapino ... , un juez con la pasión por la fotografía de la naturaleza, ha conseguido que el árbol siga plantado en su bosque de los Apeninos.
Cuando hace dos años Dario Rapino se enteró de que el alcalde de Rosello había decidido regalar el abeto al Vaticano, escribió al ayuntamiento para señalar que los únicos ejemplares estaban en una zona de reserva y que no podían ser talados. «Se trata de una especie que ha sobrevivido a la última glaciación, de la que quedan pocos ejemplares. Por eso está en la lista de los que no pueden ser talados, no tiene permiso para 'morir'», explicaba. De nada sirvió, pues este mes de septiembre el ayuntamiento confirmó oficialmente que sería posicionado en estas fiestas junto al obelisco vaticano.
El juez y fotógrafo retomó su batalla a través de Facebook, e hizo todo lo posible para localizar el ejemplar seleccionado. Cuál fue su sorpresa cuando, al geolocalizarlo en Monte Castel Barone, descubrió que, por pocos kilómetros, no pertenecía a los Abruzos sino a otra región, Molise.
El árbol ya había sido preparado para la tala, le habían recortado las ramas bajas para facilitar el transporte. Sin embargo, cuando este lunes llegaron los bomberos para talar el imponente tronco del abeto blanco, les esperaba la policía forestal que les impidió hacerlo. Los agentes forestales les explicaron que era necesaria una autorización de la región del Molise, que no se iba a conceder.
Para no dejar al Papa sin árbol de Navidad, la región de los Abruzos regalará al Vaticano otro abeto, (no blanco) procedente de un vivero y no de un bosque natural. Se trata en cualquier caso de un espectacular árbol de 62 años.
El juez y fotógrafo Dario Rapino exultaba en Facebook. «Haber salvado un árbol tan importante es un motivo de gran alegría, aunque se vea un poco ensombrecida por la repetición de una tradición tribal a la que tarde o temprano habrá que poner fin», escribía orgulloso de haber detenido lo que llama un «albericidio».
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En unos días, el abeto del vivero llegará a la plaza de San Pedro. Viajará junto a otros 42 ejemplares mucho más pequeños, destinados a oficinas del Vaticano, que después de Navidad serán plantados en bosques de los Abruzos. Tendrán que adornarlos deprisa. La ceremonia de inauguración se ha fijado para el 3 de diciembre. En la lista de invitados no aparece por ahora Dario Rapino.
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