Giro en el caso Mati: la Policía de Lombok recibe pruebas e indicios que podrían incriminar a más miembros del hotel
Los agentes indonesios se han comprometido, ante la embajada de España y la familia de Mati Muñoz, a enviar el informe a la Fiscalía
La autopsia de Mati Muñoz revela que murió asfixiada tras recibir una brutal paliza
Lombok (Indonesia)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónTras la reunión producida este lunes entre la Embajada de España, la policía de Yakarta, sus homónimos de la comisaría central de Lombok Occidental –isla donde se produjeron los macabros hechos– y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Indonesia, los agentes indonesios se han ... comprometido la semana que viene a enviar a la Fiscalíatodas las pruebas e indicios que se han ido recopilando desde que este caso comenzó y que podrían incriminar a dos empleados del hotel Bumi Aditya, Mala y Abby: la primera la encargada y contable, y el segundo su mano derecha. Cuando la Fiscalía tenga en sus manos el informe decidirá si procede o no para una investigación paralela. De cualquier forma, las dudas asoman porque será la propia comisaría central de Lombok Occidental, que es la que lleva la investigación del caso, la que ha accedido a enviar ese informe a la Fiscalía.
Hasta la fecha, la policía de Lombok, y tras realizar en su día un par de interrogatorios a los dos empleados en cuestión, decidió que no existían indicios suficientes para incriminarlos por lo que los dejó en libertad. A su vez, confirmaron que donde sí participarían sería en el juicio como testigos dada su influencia durante esas seis semanas que el cuerpo de Mati Muñoz estuvo descomponiendo dentro del hotel y que de manera incomprensible, nadie vio ni olió.
El caso Mati destapa la parálisis de la diplomacia española en Indonesia
Joaquín CamposLa Embajada en Yakarta se justifica ante las críticas: «Hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano»
Desde que la investigación comenzó, la policía de Lombok ha sido señalada por su, primero, inacción inicial, habiendo asumido que lo que en realidad le había ocurrido a Mati era sólo que había desaparecido, insinuándose desde un primer momento el ahogamiento en el mar, y luego por haber asumido que el resto del personal no podía estar incriminado. Las dudas brotaron de manera absoluta cuando se descubrió que Mala había reconocido públicamente que un familiar suyo trabaja en la policía de Lombok. Investigaciones posteriores situaron a esta persona en el departamento de inteligencia.
Hay que recordar que el pasado 1 de julio se le perdía la pista en ese mismo hotel a María Matilde Muñoz Cazorla, Mati, ciudadana española de 72 años que pasaba largas temporadas en ese establecimiento. Casi dos meses después, el 30 de agosto, un empleado del hotel y otro ex trabajador reconocieron ante los agentes de la comisaría de Senggigi, en la isla de Lombok, ser los autores materiales del asesinato, que se produjo en la madrugada del 2 de julio, que además vino acompañado del robo de tres millones de rupias indonesias, algo así como 153 euros al cambio. El resultado de la autopsia confirmó la enorme violencia que emplearon los presuntos asesinos, golpeándola en el pecho, cabeza y costado derecho, asfixiándola, y produciéndole varias fracturas: una en el cráneo, otra en el tabique nasal y varias en las costillas.
La familia de Mati Muñoz, representada por Ignacio Vilariño, sobrino de la víctima, asegura que alberga «un halo de esperanza» tras este presunto avance aunque recuerda todas las promesas anteriores que jamás se realizaron: que la Interpol tomara cartas en el asunto y que la policía de Yakarta, la capital del país, realizará otra investigación paralela ante las dudas generadas por los agentes de la isla de Lombok.
Preguntas sin respuesta
Lo que sí ha dejado un agrio tufo a sinrazón han sido la cantidad de preguntas sin respuesta que proyectan cerrar el caso en falso. Por ejemplo, se desconoce por qué ningún empleado del hotel no vio el cadáver de Mati, que según los detenidos, estuvo seis semanas dentro del único cuarto común junto a la recepción, donde se almacena la ropa de cama, toallas, y donde está el 'router' de internet y el cuadro de luces, que cada tarde hay que manipular para que la instalación hotelera disponga de iluminación al caer la noche.
A su vez, no se explica que Mati pagara por transferencia bancariaveinte noches de hotel y que guardara consigo una alta cantidad de efectivo cuando esa misma madrugada se sucedieron los hechos. Que la asesinada saliera del libro de registro del hotel el día 3 y regresara el 5 de julio, donde se añadió que acababa de abonar esas veinte noches de hotel, pero en efectivo, tampoco se entiende, así como que en la primera versión de Mala a la policía esta dijera que Mati salió el día 2 de julio a nadar a la playa de Mangsit, como hacía casi todas las mañanas, y que no regresó.
Que los detenidos hayan asegurado que la muerte se la produjeron en la noche del 1 de julio, ya madrugada del día siguiente, compromete y muy mucho aquella declaración. Cuando el sentido común tampoco permite comprender cómo Suhaily, en aquellos días empleados del hotel Bumi Aditya, pudo haber dejado su puesto de trabajo a las 8 de la mañana dejando el cadáver de Mati en el cuarto de almacenaje, del cuadro eléctrico e internet sin avisar al turno que comenzaba en ese mismo instante, conformado por Mala y Abby.
Tras la autopsia, que reflejó la paliza que los dos acusados dieron a Mati para luego asfixiarla hasta la muerte, la familia espera la cremación de sus restos mortales con la idea de, en una ceremonia privada, esparcir sus cenizas en su playa favorita de la isla de Lombok.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete