Trump y Washington despiden al Papa Francisco pese a años de tensiones con el Vaticano
La muerte del Pontífice provoca una oleada de reacciones en Estados Unidos, donde casi 70 millones de católicos conviven con un legado marcado por choques diplomáticos, críticas a las políticas migratorias y un mensaje de compasión que desafiaba al poder político
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El presidente Donald Trump ha lamentado en un mensaje en redes sociales el fallecimiento del Pontífice. «Descanse en paz el papa Francisco. ¡Que Dios lo bendiga a él y a todos los que lo amaron!», escribió Trump en la red social Truth Social. Trump ... visitó a Francisco en el Vaticano en 2017, y después de aquel encuentro, su Administración mantuvo y ha mantenido una relación tirante por la política migratoria.
Las grandes tensiones entre la Casa Blanca de Trump, el Vaticano y la Conferencia Episcopal de Estados Unidos no han hecho más que profundizarse durante el segundo mandato del primero, marcadas por choques directos sobre migración, derechos humanos y el papel público de la Iglesia. Lejos de limitarse a un debate teológico, esas fricciones han reflejado una pugna de fondo en la política estadounidense, sobre todo por la política migratoria.
Aun así, en este momento de luto para loos católicos, ni siquiera esas diferencias han impedido que desde Washington se exprese un reconocimiento al legado espiritual de este Pontífice.
La noticia de la muerte del Papa Francisco, a los 88 años, ha provocado una ola de reacciones en el país, donde viven casi 70 millones de católicos y donde el Pontífice mantuvo una relación marcada tanto por el diálogo como por el desacuerdo con las autoridades políticas.
El vicepresidente J. D. Vance, que se vio con el Papa el domingo, fue el primero en emitir una declaración pública desde India. «Mi corazón está con los millones de cristianos en todo el mundo que lo amaban», escribió en X. «Estaba visiblemente enfermo, pero siempre recordaré la homilía que dio en los primeros días de la pandemia. Fue realmente hermosa».
Vance, que se convirtió al catolicismo en 2019, se había reunido con él el domingo en la residencia de Santa Marta para celebrar brevemente la Pascua. Diversos líderes políticos en Estados Unidos son católicos practicantes: el vicepresidente Vance, el secretario de Estado Rubio y seis de los nueve jueces del Supremo, además de destacados senadores y diputados.
Las banderas en varios edificios federales en la capital fueron colocadas a media asta como señal de duelo. En la Catedral de San Mateo en Washington, sede de la archidiócesis local, se celebró una misa especial donde el arzobispo Wilton Gregory recordó la visita del Papa Francisco en 2015 y lo definió como «un hombre humilde con profunda autoridad moral».
Críticas a las deportaciones masivas de Trump
A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco mantuvo una postura firme en temas como la defensa de los inmigrantes, el medio ambiente y la justicia social, lo que lo llevó a chocar con la agenda de ciertos grupos de poder en EE.UU., sobre todo republicanos. Mucho más fluida fue su relación con el demócrata Joe Biden, segundo presidente católico del país. Antes, visitó en Washington a Barack Obama, en 2015.
Durante aquella visita, el Papa Francisco se reunió en privado con cinco víctimas de abusos sexuales, a quienes aseguró creerles y prometió que los responsables serían sancionados. En un discurso posterior ante obispos y clérigos, expresó vergüenza por los crímenes cometidos por miembros de la Iglesia y dijo que «Dios llora» por ello. La Iglesia, dijo, ya está trabajando en reformas, incluida una comisión asesora creada por el propio Papa.
Recientemente, Francisco criticó duramente al Gobierno de Trump por sus planes de deportaciones masivas, advirtiendo que expulsar a personas solo por su estatus migratorio atenta contra su dignidad y «terminará mal».
En una carta a los obispos de EE.UU., el Pontífice también cuestionó los argumentos teológicos del vicepresidente Vance, quien defendió las deportaciones apelando al concepto de «ordo amoris» [concepto filosófico que describe el orden jerárquico del amor, según el cual cada cosa debe ser amada en la medida y forma que le corresponde].
Francisco afirmó que el amor cristiano no debe priorizarse en función del origen, sino abrirse «sin excepción», y denunció que identificar a los migrantes irregulares con criminales contradice los valores cristianos.
Aun así, tras su muerte, la Casa Blanca publicó un mensaje en la red social X: «Descanse en paz, Papa Francisco», acompañado de imágenes de su relación institucional con Estados Unidos: encuentros con Trump y con Vance. La reacción institucional refleja la relevancia que el Pontífice tuvo en EE.UU., incluso en momentos de fricción diplomática.
«Relación duradera» entre EE.UU. y el Vaticano
El jefe diplomático Rubio, también él católico practicante, recordó al Pontífice con afecto en un mensaje difundido en sus redes sociales. «Jeanette y yo estamos entristecidos por la noticia del fallecimiento del Papa Francisco… Nos unimos en oración con los católicos del mundo por el descanso de su alma y por este periodo de transición para la Iglesia», dijo.
En un mensaje difundido el 13 de marzo de 2025 por el presidente Trump con motivo del duodécimo aniversario del pontificado de Francisco, este expresó sus mejores deseos al Papa, que entonces estaba enfermo, destacando la «relación duradera» entre Estados Unidos y la Santa Sede, basada en la promoción de la paz, el diálogo interreligioso y la defensa de la libertad religiosa.
«El Papa Francisco está en el corazón y las oraciones de mi familia y de los millones de católicos en Estados Unidos, mientras deseamos su pronta y plena recuperación», afirmaba entonces el mensaje, en referencia al delicado estado de salud que el Pontífice arrastraba en sus últimos meses.
Lo cierto es que los recortes presupuestarios y la cancelación de contratos del Gobierno de Trump con agencias del Programa de Admisión de Refugiados obligaron a las organizaciones católicas a cerrar programas, despedir empleados y reducir sus operaciones.
Durante su segundo mandato, la Administración Trump suspendió de forma abrupta los contratos federales de reasentamiento de refugiados, lo que forzó a la Conferencia de Obispos a cerrar su histórica agencia de ayuda a migrantes. La decisión, que afectó directamente a los programas de asistencia a menores y refugiados, se produjo sin mecanismos alternativos de apoyo.
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