'PilotDennis': la travesía del hijo del millonario alemán que acabó en tragedia

«Oí los gritos desde el agua«, describió un pescador que acudió a auxiliarlos y encontró al hombre sujetando el cadáver del chico «para que la mar no se lo llevara». Nadie de 'La Luna' paró a auxiliarlos.

A bordo de la lujosa embarcación de 20 metros de eslora, valorada en cuatro millones de euros, se encontraba Dennis Viehof, miembro de una de las familias más ricas de Alemania. Dennis, piloto de aviación germano de 35 años, estaba celebrando una fiesta con amigos y habían salido a navegar ese día desde la Costa de los Pinos hasta Portocristo, en el municipio mallorquín de Manacor, donde su padre tiene una lujosa finca.

Ni el golpe ni los gritos inmutaron a la tripulación, que siguió su rumbo sin prestar ayuda a las víctimas. El tío de Guillem declaró a Última Hora que el yate «no frenó en ningún momento» y que trataron de alertar a la embarcación cuando se aproximaba «a toda velocidad»: «Gritamos como locos», recordó abatido.

Poco después, las cámaras del puerto grabaron a Viehof y a sus amigos abandonando el puerto con total normalidad. A la mañana siguiente, el yate se limpió minuciosamente, y los vecinos de la zona grabaron a varias personas limpiando los restos de la fiesta y tirando al muelle botellas de alcohol.

La Guardia Civil inició una búsqueda del barco huido con dos pistas: «era de color negro y grande». Se movilizaron las alertas en todos los puertos hasta que 'La Luna' fue localizada en el Club Náutico de Porto Cristo, donde permanece desde entonces precintada y amarrada.

El pasado miércoles, cinco días después del accidente, Viehof fue citado por la Guardia Civil y se presentó ante la Comandancia de Palma con su letrado y un traductor. El acusado se negó a declarar por recomendación de su abogado tras conocer que se le investiga por un delito de homicidio imprudente.

Su defensa mantiene que en ningún momento se dio cuenta de haber arrollado a la víctima, una tesis que los investigadores no se creen; aseguró que tampoco notó el impacto cuando chocaron. El presunto homicida, que ha colaborado en todo momento con la justicia, ha regresado a su país a la espera de prestar declaración en el juzgado número 1 de Manacor mientras continúa la investigación.

Piloto de aviación y con una empresa de aviones chárter, se hace llamar 'PilotDennis' en una de sus redes sociales, aunque ha cerrado todas sus cuentas nada más trascender el caso para evitar la difusión de las imágenes que colgaba. En ellas se le puede ver sonriente en la cabina de un avión, en un coche de coleccionista o posando en una barbacoa.

El acusado procede de una familia rica procedente de Colonia. Su padre, Klaus Viehof es propietario de la mayor sala de esquí cubierta de Europa y posee negocios inmobiliarios y de construcción en Mallorca. Su abuelo, Eugen Viehof, fundó los grandes almacenes Allkauf, por cuya venta su familia recibió una fortuna en 1998 para repartir entre cuatro hermanos.

La víctima se llamaba Guillem Comamala Fiol. Era una promesa del voleibol y un genio de las matemáticas, que se proclamó campeón de la 58ª Olimpiada Balear de Matemáticas hace dos años. «Nos ha dejado un ex alumno brillante y una persona excepcional. Fue un alumno querido, siempre lo recordaremos y formará parte de nosotros», recordaron en el IES Sant Marçal, su instituto, con un crespón negro. En la hemeroteca del centro, Guillem aparece en una foto de febrero de 2022, por entonces era alumno de 2º de bachillerato, posando con mascarilla tras quedar ganador de la fase local del concurso de matemáticas.

La facultad de Matemáticas y Estadísticas de la Universitat Politécnica de Catalunya (UPC), en Barcelona, donde estudiaba, le rendirá un homenaje el próximo 9 de septiembre. «Lo echaremos en falta siempre en nuestras aulas, pero lo tendremos en nuestro corazón», publicó en sus redes sociales.

El domingo por la mañana, unas 200 personas se reunieron en el puerto de Cala Bona para despedir al joven. Jaume Servera, alcalde del municipio de Son Servera, ofreció toda la ayuda a la familia y aseguró que «siempre estará ahí para ella».

La muerte de este joven ha conmocionado a la sociedad mallorquina, que se ha lanzado a las redes sociales para pedir que esta familia no vuelva a pisar la isla. La defensa asegura que el patrón del barco está conmocionado.

La geolocalización del yate no dejó dudas de que se encontraba en el mismo lugar del siniestro donde pescaba Guillem Comamala el viernes por la noche. La policía está comprobando la velocidad a la que viajaba 'La Luna' en el momento del accidente. Los testigos presenciales aseguran que iba muy rápido y sin tener en cuenta la proximidad al puerto.

La investigación trata de esclarecer si el patrón del yate y sus amigos ocultaron pruebas de forma intencionada y si se dieron cuenta del accidente. En tal caso podrían ser imputados por eludir su deber de socorro a la víctima. La persona que limpió la embarcación horas después del accidente fue interrogada y negó que se hubiera hecho una limpieza para eliminar pruebas. La Guardia Civil también tomó declaración al responsable del mantenimiento del barco.

Otra incógnita es quién pilotaba el yate en el momento del accidente —no está claro que fuera el hijo del dueño de la embarcación— y se está investigando si la pequeña barca que recibió el impacto estaba señalizada con luces, como es obligatorio. Ambos datos serán claves para determinar la responsabilidad de las partes. La defensa espera el atestado para saber en qué se basa la acusación. Si no se aclara quién tripulaba el yate, al acusado se le imputaría por responsabilidad civil y evitaría la vía penal.

Los dos mujeres y tres hombres que acompañaban a Dennis Viehof han reconocido que consumieron bebidas alcohólicas a bordo, pero negaron que estuvieran borrachos. En su declaración, apoyaron la versión de la defensa asegurando que ninguno de ellos se percató del accidente y por eso regresaron al puerto de Porto Cristo.

La Policía también investiga un incidente que se produjo poco antes de que 'La Luna' arrollara el bote en Cala Bona cuando un tripulante del yate se puso a pilotar de forma temeraria la lancha auxiliar del yate acosando a otra pequeña embarcación con dos menores a bordo. Cuando los padres de los chicos les recriminaron su comportamiento, pudieron apreciar que «todos estaban muy borrachos».

Fuentes del sector náutico consultadas por ABC advierten de que las titulaciones de los barcos extranjeros en Baleares «no tienen control ninguno» al estar están abanderados en otro país y que la «Autoridad Portuaria no tiene personal suficiente para controlar tal cantidad de barcos».