Así es la técnica del repartidor de pizza, el método cada vez más extendido entre los okupas para acceder a tu casa

Este tipo de grupos emplean diferentes tácticas para lograr acceder a la vivienda y, una vez en ella, tratar de mantenerse sin ser desahuciados, desarrollando para ello auténticos planes con los que bailar en el filo de la ley que parecen dignos de película.

Eso es precisamente lo que ha denunciado recientemente el portal inmobiliario 'Idealista', que habla del aumento de casos de okupación empleando lo que ellos han llamado la 'táctica del repartidor de pizza'.

Y no. No es que los futuros okupas se hagan pasar por repartidores de la famosa pizzería o de otros restaurantes de comida rápida. La estrategia es algo más retorcida.

Según relata el citado portal, el okupa hace un pedido a domicilio e indica que se lo lleven a la dirección en la que se encuentra el piso al que quiere acceder y recoge la comida en el portal.

Dos días después, es cuando acceden a la vivienda en cuestión y, ante la llegada de la policía, alarmados por dispositivos de seguridad o por la llamada del propietario o sus vecinos, acuden a desalojar a los okupas.

Sin embargo, estos presentan el ticket de la comida pedida 48 horas antes, por lo que tiene en su poder una prueba de que llevan, al menos, dos días en la vivienda... Algo que no es cierto pero que los agentes no pueden desmontar ni probar, por lo que, ante la duda y según la ley, no pueden proceder al desalojo y el conflicto se traslada al juzgado.

De esta forma, consiguen ganar tiempo mientras continúan su vida normal en el piso okupado. «A través del ticket, los okupas intentan demostrar que viven en esa vivienda. Y entonces no es un desalojo inmediato, porque la policía no tiene autoridad suficiente para actuar si no lo ve claro», relata a Idealista Montserrat Junyent, responsable de Asesoría Jurídica del Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de España.

El método les ampara para alargar el proceso al no poder demostrar los agentes que realmente están mintiendo; por lo que esta táctica que ya se detectó en 2018 se está extendiendo, apunta Junyent, por toda España.