El Supremo de Estados Unidos respalda el veto a los tratamientos trans para menores
Apoya a una veintena de estados que han impulsado barreras con algunas terapias
Una juez de EE.UU. bloquea la orden de Trump que obligaba a todas las personas a identificarse por su género de nacimiento
Corresponsal en Nueva York
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Iniciar sesiónEl Tribunal Supremo de EE.UU. ha respaldado a los estados que han vetado los tratamientos de asignación de género para menores transgénero, una decisión de gran transcendencia para una de las grandes batallas ideológicas en la primera potencia mundial.
El alto tribunal tenía ... entre sus manos la ley que aprobó el estado de Tennessee en 2023 y que prohibía a los profesionales médicas ofrecer tratamientos como medicación para el retraso de la pubertad, terapia hormonal o cirugía para tratar la disforia, el malestar por la falta de correspondencia entre el sexo biológico y la identidad de género. Los tratamientos que sí permiten son los de terapia psicológica para los menores.
El Supremo mantuvo en pie la ley, por una mayoría de 6-3, con todos los jueces elegidos por presidentes republicanos con voto favorable y con la oposición de las tres magistradas nominadas por presidentes demócratas.
El magistrado principal del Supremo, John Roberts, perteneciente a la mayoría conservadora, redactó la sentencia y reconoció las dificultades del asunto. «El caso viene acompañado del peso de debates científicos y políticos feroces sobre la seguridad, la eficacia y la conveniencia de tratamientos médicos en un campo en evolución», escribió. «Las voces en estos debates elevan preocupaciones sinceras y las implicaciones para todos son profundas».
Pero Roberts defendió que es algo en lo que el Supremo no debe meterse y que debe ser resuelto «por el pueblo, sus representantes y el proceso democrático», es decir, que los estados son libres de aprobar vetos en este sentido.
La cuestión central era si la ley de Tennessee vulnera la 14ª enmienda de la Constitución de EE.UU., que impone a los estados la protección igualitaria a todos los ciudadanos de su territorio. Según Roberts, la llamada Cláusula de Protección Igualitaria «no resuelve» esos debates entre quienes están a favor y en contra de dar tratamiento médico a menores trans y no da al tribunal «licencia para decidir lo que creamos mejor».
Por su parte, una de las juezas del sector liberal, Sonia Sotomayor, escribió en su opinión contraria que el tribunal está «abandonando a los niños transgénero y a sus familias frente a caprichos políticos» y que su decisión les provoca un «daño incalculable». «Con tristeza, disiento de la sentencia», dijo.
La sentencia, una de las más esperadas en el recién inaugurado periodo de decisiones del Supremo, permitirá a Tennessee y a la veintena de estados que han impuesto prohibiciones o limitaciones en el tratamiento de los menores trans a mantener sus regulaciones. Y supone una sacudida fenomenal al debate sobre los derechos trans en EE.UU., que ha ganado gran fuerza en los últimos años y, en especial, con el regreso al poder de Donald Trump.
El actual presidente de EE.UU. ha impulsado un asedio a los derechos trans: desde su veto en el ejército, su lucha contra la presencia de personas trans en competiciones deportivas o el bloqueo de fondos federales a los estados que permitan el tratamiento de género para menores trans.
300.000 menores
Se estima que hay unos 300.000 menores de entre 13 y 17 años y cerca de 1,3 millones de adultos que se identifican como transgénero, según la estimación del Instituto Williams de la Universidad de California en Los ñAngeles (UCLA).
La decisión va en el sentido opuesto a la que el mismo tribunal tomó hace cinco años, cuando impuso que no se puede discriminar a los transgénero en el lugar de trabajo por su orientación sexual y de género.
El fiscal general de Tennessee, Jonathan Skrmetti que ha liderado la lucha judicial a favor de mantener la ley de su estado, celebró la sentencia como una «victoria monumental» en la «protección de los menores estadounidenses», mientras que la Alianza para la Defensa de la Libertad, un grupo conservador a favor de restringir la transición de género para menores, celebró que ahora los estados «tienen libertad para proteger a los niños del mayor escándalo médico en generaciones».
Por su parte, la sentencia fue criticada por varias asociaciones médicas como la Asociación Psiquiátrica Americana, la Sociedad Endocrinológica o la Academia Americana de Pediatría. Esta última defendió que «con independencia de esta decisión, la ciencia sigue apoyando los tratamientos de asignación de género», que los menores «los seguirán necesitando» y que el Supremo «sienta un precedente peligroso de interferencia legislativa en la práctica de la medicina».
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