Cómo y por qué se forma una bola de granizo de 10 centímetros
La 'supercélula tormentosa' formó un ciclón de pedrisco que cayó a 200 km/h
Según los expertos, la de Gerona fue una combinación explosiva de calor y corrientes de viento
¿Qué ocurrió el martes en las comarcas orientales de Gerona? ¿Cómo se formó pedrisco de esa envergadura en apenas diez minutos? ¿Qué convierte a la piedra en una precipitación tan compleja de predecir? Al aluvión de preguntas que ayer asaltaban a los ... 11.000 habitantes de La Bisbal d'Empordà, la localidad más castigada por la tormenta de granizo, responden los meteorólogos especialistas.
En primer lugar, señalan que para que el granizo sea considerado tal, cada unidad debe superar los cinco milímetros de diámetro. Este tipo de precipitación ocurre en épocas de grandes contrastes térmicos como son el final del verano o la primavera. Se forma en el interior de las grandes nubes de tormenta, cuando una masa de aire frío se coloca sobre una caliente, de menor densidad.
Cuando algo así ocurre, el aire caliente sube a gran velocidad y las corrientes ascendentes elevan gotas de agua hacia altas capas de la atmósfera, donde se congelan y se convierten en cristales de hielo. Si la corriente es sostenida e intensa, no existe un límite físico para el tamaño de las piedras. «Todo depende de la fuerza del viento y hasta cuándo es capaz de aguantarlas», explica a ABC el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo.
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Según datos ofrecidos ayer por el Servicio meteorológico catalán (Meteocat), la granizada del martes fue consecuencia de la convergencia de viento originado por un frente de racha de una tormenta del sur de Francia y el viento del sureste de origen marítimo. Con un «crecimiento explosivo de gran rapidez» -diez kilómetros de altura en apenas 18 minutos- la tormenta alcanzó los 20.000 metros de altitud con una temperatura de -64 grados en su punto más alto. Fue la tormenta perfecta.
Calentamiento global
Para José Antonio Maldonado, director de Meteorología en Meteored, ocurrió lo que tipifica como «supercélula tormentosa, una especie de ciclón o columna de aire formada por corrientes ascendentes y descendentes». La gran variación de viento en esta «cizalladura vertical» provocó que «el granizo llegase a batir los 200 kilómetros de hora en su caída, según las mediciones», apunta. El director en Meteored adelanta, a falta de unos pocos datos que quedan por contrastar con el también muy caluroso verano de 2003, que estamos cerrando el estío más cálido desde que la Aemet empezó la serie histórica en 1961, asistiendo a fenómenos tan imprevisibles e inéditos como esta granizada virulenta en Gerona.
En relación con el vínculo de lo ocurrido el martes con el calentamiento global, Meteocat señala que «no hay evidencia sólida» que permita vincularlo por falta de datos. Las granizadas siguen siendo uno de los fenómenos meteorológicos más inciertos.
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