La SEMG alerta sobre el auge de estas 'nuevas' sustancias de abuso en España

A estos factores se suma «la rapidez con la que cambian diferentes sustancias y los riesgos que conllevan», mencionan los expertos. También hacen un llamamiento a los consumidores para que contengan su uso o al menos conozcan su composición y las consecuencias de las prácticas a las que están asociadas «que están provocando un aumento de las infecciones de transmisión sexual».

Es una droga alucinógena, nacida en las calles de Marruecos, que ha llegado a imponerse en diversos puntos de España. Agentes y médicos vienen avisando del aumento de su presencia en nuestro país. El hachís se mezcla con clonazepam o fenobarbital, ambos son medicamentos disponibles en farmacia. El resultado puede tener distintos formatos, desde pastillas hasta esnifado con pegamento. Y tiene efectos inmediatos a nivel neuronal. «Es un cóctel tremendo» explicaba el presidente de la Federación Galega contra el Narcotráfico, Fernando Alonso.

Puede provocar alucinaciones, amnesia, mayor agresividad hasta llegar a También es conocida como 'cartucho', 'Guadalupe', 'recarga' o 'ampolla roja'. Las bandas organizadas lo consiguen mediante recetas ilegales y su precio ronda los 3 euros por dosis, por lo que el karkubi también se le llama la «droga de los pobres».

Alonso llegó a explicar a ABC anteriormente que sus compradores pueden ser muy jóvenes, algunos pueden tener 14 años y buscan nuevas sensaciones. Llegó a destacar las facilidades que encuentran las mafias a la hora de diseñar una sustancia que usa unos medicamentos que pueden ser recetados a los adictos para ayudarlos en su proceso de reinserción.

«Se han dado casos de consumidores que venden sus recetas de ansiolíticos a cambio de una dosis o de dinero, por lo que nos encontramos que se está traficando con fármacos que están permitidos y que después se usan para mezclarlos con hachís», afirma Alonso. Lo que confirman las voces autorizadas es que es una droga que está incrementando su presencia en la Península.

Es un estimulante popular entre la juventud, similar a la anfetamina que deriva de un arbusto cultivado en el este de África y en la península arábiga, Catha edulis (khat). Esta droga se conoce como 'cocaína africana'. Sus derivados pueden ser muy peligrosos.

El khat lleva detectándose desde 2014. En el puerto de Barcelona, en 2022, se llegaron a incautar 3,2 toneladas valoradas en 61 millones de euros. Las versiones sintéticas del khat pueden llegar a producir paranoia extrema, tendencias suicidas y un impulso incontrolable de morder. Además, se pueden dar casos de taquicardia, edema cerebral, colapso respiratorio, infarto de miocardio y, en el peor de los casos, muerte. En países como Alemania se ha extendido como la pólvora.

SEMG también resalta el crecimiento de las drogas empleadas para el Chemsex, que no es otra cosa que el consumo de estupefacientes para intensificar o facilitar la actividad sexual. Entre ellas resalta la mefedrona (mefe), el GHB/GBL (G) o la metanfetamina, y los derivados del éxtasis que se combinan con la cocaína y el consumo de alcohol. Los doctores detallaron que «una característica de las sustancias de abuso es llevar al consumidor a conductas de riesgo, entre ellas las sexuales».

La psilocibina es una sustancia presente en los hongos alucinógenos de las regiones tropicales y subtropicales de Sudamérica. Bajo control clínico se han estudiado extensamente sus efectos eficaces en la lucha contra la depresión, la ansiedad o las adicciones. Pero sin supervisión profesional, los expertos advierten de su peligrosidad porque, al principio, no se siente nada y es fácil creer que no generó ningún efecto y consumir más. Todo empieza, explican, al cabo de una hora, con un ataque de náuseas de intensidad variable, alterando la percepción de la realidad.

Los doctores también han incidido en el abuso de las 'nuevas benzodiacepinas' que no pasan por el sistema farmacéutico, sino que se venden de contrabando y por internet. Su abuso es rampante y más teniendo en cuenta que en los últimos 10 años, la venta de ansiolíticos y antidepresivos en farmacias se ha incrementado un 30%, y las benzodiacepinas son, después del alcohol y el tabaco, la sustancia con mayor consumo adictivo de España. De ahí la creciente preocupación.

Asimismo, destacan otras sustancias de uso cotidiano de las que se excede su consumo como los anestésicos, los anticatarrales y jarabes para la tos o la ketamina. Muchos de estos fármacos pueden ser recetados para el dolor y su consumo en ascenso está causando estragos en otros países.

Frente a este auge de sustancias especialmente circulando por internet, los profesionales sanitarios instan a la urgencia de intensificar los controles y sistemas de vigilancia sanitarios por parte de las administraciones de los cuerpos de seguridad del Estado. Porque como recuerdan «en ocasiones se va por detrás de la realidad».