Seis consejos básicos por si la lluvia fuerte te pilla conduciendo: ¿Qué debes hacer?

Lluvias como las vividas este fin de semana en Baleares o Cataluña pueden pillarnos en el interior de nuestro vehículo

La Aemet da la fecha de la llegada del otoño a España: frío y lluvias intensas en estas zonas

Lluvias torrenciales P.F.

J. M.

Después de un verano marcado por las altas temperaturas y las asfixiantes olas de calor, este fin de semana el clima ha dado un respiro a España con fuertes chubascos y tormentas en la zona norte de la península. Las regiones más afectadas han ... sido Baleares y Cataluña, donde el granizo y la lluvia han causado grandes destrozos y han estado apunto de costarle la vida a un vecino de Vilassar de Mar (Barcelona) que quedó atrapado en el interior de su vehículo y fue arrastrado más de dos kilómetros por el agua.

Este tipo de episodios, aunque predecibles, suelen pillar por sorpresa a quien los sufre. Una lluvia torrencial puede suponer un peligro extremosi nos pilla al volante, haciendo que perdamos el control de nuestro vehículo. ¿Qué podemos hacer para evitarlo? Estos son algunos consejos:

Reducir la velocidad y vigilar cuándo empieza a llover

Los primeros minutos al empezar la lluvia son los más peligrosos. El asfalto resbala por la mezcla de las primeras gotas con la suciedad, y son pocos los conductores que de entrada reducen la velocidad. esto último es un factor clave que, además de asegurar un mejor control del volante, permite visualizar mejor el entorno y prevenir movimientos inesperados del resto de vehículos de la calzada.

Nunca frenar de golpe y respetar la distancia de seguridad

Al hilo del punto anterior, está, por supuesto, la distancia de seguridad. Si ya de por sí la DGT recomienda que ésta sea de 100 metros en autopista, es conveniente aumentarla bajo condiciones climáticas adversas. Del mismo modo, no es recomendable frenar de manera brusca para evitar así ser golpeados por detrás.

Tener en cuenta el aquaplaning

Cuando la calzada se humedece corremos siempre el riesgo de que se produzca el aquaplaning. Esto ocurre cuando el neumático pierde contacto con la vía y el vehículo deja de responder al volante. Si los neumáticos no pueden agarrarse debidamente a la carretera, esta falta de tracción puede acarrear consecuencias dramáticas para nuestra seguridad.

Cuidado con la falta de visibilidad

Casi siempre, la lluvia suele venir acompañada de oscuros cielos o fuertes nieblas. Este tipo de fenómenos son siempre peligrosos al volante, por lo que conviene encender los faros para ser vistos por el resto de vehículos. Además, conviene vigilar especialmente que el cristal no se empañe, ventilándolo correctamente desde el interior.

Seguir las roderas del resto de vehículos

Si nos pilla una lluvia torrencial en medio de la autopista, lo mejor es conducir sobre las roderas del resto de vehículos. Es decir, sobre las marcas que dejan en el suelo mojado las ruedas del vehículo de delante. Esto se debe a que esta parte del pavimento queda durante un momento significativamente más seca que el resto, por lo que reduce el riesgo de sufrir aquaplaning.

Detenernos si hace falta, pero nunca en una zona inundable

Finalmente, como última medida, si la lluvia es demasiado fuerte como para seguir circulando, lo mejor es detenerse en un lugar seguro fuera de la calzada y mantener las luces encendidas para ser vistos. Es importante controlar donde nos detenemos, y no hacerlo nunca en la rivera de un río o cerca de un arroyo.

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