Con este acto, el Gobierno busca garantizar la seguridad de los alimentos procedentes de la prefectura de Fukushima y aumentar su reputación. «Es muy bueno», afirma Kishida frente a la cámara después de comer sashimi de pulpo y lubina, llamando a consumir estos productos del mar japoneses «seguros y deliciosos».
A la cita se ha sumado el ministro de Economía, Comercio e Industria, Yasutoshi Nishimura, responsable de la política nuclear. «Tenemos que informar a la gente, tanto dentro como fuera del país» sobre la seguridad de los alimentos pescados cerca del complejo nuclear de Fukushima, ha afirmado en una rueda de prensa tras la reunión, que ha tenido lugar a puerta cerrada, según informaciones de la agencia de noticias Kiodo.
El pasado jueves, Japón comenzó a verter al océano Pacífico el agua tratada procedente de la central nuclear de Fukushima, que sufrió graves daños tras el devastador terremoto y consiguiente tsunami registrado en 2011.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha declarado que el método de vertido de agua de Japón se ajusta a las normas de seguridad internacionales y tendría un impacto «insignificante» sobre las personas y el medio ambiente.
Sin embargo, China ha criticado duramente el vertido y ha impuesto una prohibición a la importación de productos pesqueros japoneses, una medida que ha sido duramente criticada por Tokio.
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