La Santa Sede nombra a Iceta comisario pontificio de los tres conventos de las clarisas cismáticas de Belorado

El nombramiento le habilita para actuar «en nombre de la Santa Sede» en los tres monasterios implicados -Belorado, Derio y Orduña- y tomar todas las decisiones tanto sobre la comunidad de religiosas, como sobre el patrimonio y los inmuebles. Como ya adelantó ABC, al tratarse de una comunidad 'sui iuris', sobre el régimen interno del monasterio no hay otra instancia jerárquica externa que ejerza su potestad que la Santa Sede.

La noticia fue anticipada esta martes por el nuncio apostólico en España, Berbardito Auza, cuando antes de una conferencia en Logroño y a preguntas de los periodistas, explicó que el lunes por la noche, recién llegado de Roma, Mario Iceta había pasado por la nunciatura para explicarle los detalles del nombramiento que traía con él. «El arzobispo tiene ahora que hablar con cada una de las hermanas para ver lo que piensan y por qué han actuado así. Estamos en vías de solución», señaló Auza. «El arzobispo es muy sereno y cuenta con la colaboración de la Conferencia Episcopal», añadió el nuncio.

Como ya anticipó ABC este domingo, la Santa Sede estaba abocada a buscar una solución urgente en la línea de la ahora tomada. Así el profesor de Derecho Canónico en Comillas, Rufino Callejo, explicaba a este diario que ante la actitud cismática mostrada, la Santa Sede «podría deponer a la abadesa y nombrar un comisario pontificio que gestionara la situación y que aclarara, una a una, la posición doctrinal del resto de las religiosas», tal como finalmente ha ocurrido. «Después de romper con la Iglesia y salir del convento, las monjas pueden hacer lo que quieran, comprar y vender lo que les venga en gana, pero no los bienes como esos tres monasterios, que pertenecen a figuras jurídicas eclesiásticas [la comunidad] cuyo último propietario absoluto es el Pontífice», añadía.

Según los expertos en derecho canónico consultados, la intervención era urgente ya que que los poderes de representación que tiene la abadesa le habilitaban para realizar acto jurídicos que no requieren la elevación a público, como venta de parte del patrimonio o firma de contratos de alquiler a terceros. Descartaban, sin embargo que pudiera llegar a vender los inmuebles ya que «ningún notario va a permitir elevar a público la compra-venta de ningún bien que pertenezca a la Iglesia, como es el caso de estos monasterios», incluso aunque la autorización de la Santa Sede no sea preceptiva por tratarse de un importe inferior. «Esa operación se podría anular, porque hay un intento de fraude evidente», explican.

Ahora, como comisario pontificio, es Iceta quien tiene la representación de cada uno de los conventos y la gestión de todo su patrimonio hasta que se resuelva la situación y la comunidad vuelva a la comunión con Roma o sea disuelta si las monjas persisten en sus posiciones cismáticas.

A las 12:30 de este miércoles, la diócesis de Burgos explicará todos los detalles en una rueda de prensa.