Riesgo de ruptura en las negociaciones de la Cumbre del Clima

A la UE le preocupa que esté en peligro un objetivo climático clave, el que llama a mantener los esfuerzos para intentar limitar la temperatura del planeta en 1,5 grados de calentamiento, un umbral a partir del cual los impactos del cambio climático se multiplican. La presidencia egipcia de la cumbre es la que se está encargando de la publicación de los textos de negociación.

«Todos los ministros están preparados para marcharse si no conseguimos un buen resultado», ha alertado Timmermans a la prensa, rodeado de otros ministros, entre ellos la de Transición Ecológica, Teresa Ribera. «No debemos ser cómplices de una decisión en la que se acepte reducir la ambición, o que países con grandes emisiones no tengan por qué contribuir. Eso se entiende claramente», ha dicho la misnistra española. Todo el bloque europeo está mandando las mismas señales y también otros países como Nueva Zelanda se han unido.

Sin embargo, el presidente de la COP27 y ministro de Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry, quien guía el proceso de negociación, ha rechazado las críticas a la ambición del texto y ha asegurado que una «amplia mayoría» de los países le han asegurado que el último borrador es «equilibrado». «La cuestión ahora recae en la voluntad de las partes. Son las partes las que deben estar a la altura de las circunstancias y asumir la responsabilidad de encontrar las áreas de convergencia», ha dicho.

Sobre el mediodía, la presidencia de la cumbre ha publicado finalmente los textos base de la negociación sobre los que los países expresarán sus opiniones en una reunión a lo largo de la tarde de este sábado. La propuesta incluye menciones a intentar mantener la temperatura global en 1,5 grados y mantiene el lenguaje de la declaración del año pasado, pese a que había partes como la UE que querían que se endureciera: se pide acelerar la eliminación del carbón, pero no la petróleo o el gas.

Sin embargo, en cuanto al programa de trabajo para el recorte de emisiones, el texto no hace un llamamiento a que los países sigan aumentando sus objetivos. El problema radica en que, para poder mantener al alcance el objetivo de 1,5 grados de calentamiento global, los países deberían multiplicar sus recortes de emisiones en los próximos ocho años. Hoy las promesas de los países conducen el planeta a unos 2,5 grados de calentamiento, por ello, ya el año pasado en la Cumbre del Clima de Glasgow, los países acordaron presentar nuevos planes de recortes de emisiones. Algo que, sin embargo, solo han hecho en torno a una treintena de ellos.

Aunque es habitual que estas cumbres se vayan al tiempo de descuento, algunos observadores expertos ya apuntan a que a estas alturas nunca han visto tanto desacuerdo, ha explicado David Tong, de Oil Change International. «Las negociaciones están al borde de la ruptura aún más que en otros años», dijo.

Las negociaciones sí que han avanzado en cuanto a la financiación, en especial en una partida bautizada como 'pérdidas y daños'. Era una reclamación histórica de los países más vulnerables: quién paga la factura creciente de los estragos que ya está causando el cambio climático, y los que vendrán después. Hasta ahora, EE.UU. y la UE se mostraban reticentes, hasta que este viernes la UE se abrió a la creación de este fondo, aunque con condiciones.

«Hemos presionado mucho hasta el último minuto para obtener un fondo de pérdidas y daños en la COP27. Un resultado positivo está cerca. No perfecto ni óptimo, pero uno que aborde la demanda básica de las naciones en desarrollo«, ha dicho Sherry Rehman, ministra de Medio Ambiente de Pakistán.