Los rectores admiten que «la flexibilidad» de la EBAU ha provocado una «elevación ficticia» en las notas de corte

La presidenta de CRUE y rectora de la Universidad Jaime I, Eva Alcón, considera que es importante eliminar el modelo de optatividad que «surgió de forma extraordinaria para dar respuesta a la situación de pandemia». Asimismo, ha puntualizado que con este nuevo sistema, ni se retorna a la rigidez de la prueba prepandemia «ni se flexibiliza en exceso, como estaba ocurriendo».

La rectora ha calificado de forma «positiva» la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), tanto las características básicas de los ejercicio, como que se evalúen por competencias. Aunque, ha matizado que el ministerio competente debería establecer con la mayor rapidez posible las directrices que permiten desarrollar el nuevo formato de las pruebas. Además, los rectores afirman que valorar la coherencia, cohesión y corrección gramatical y ortográfica de todos los ejercicios que impliquen producción de texto, es una decisión acertada.

Alcón ha insistido en la importancia de avanzar hacia un calendario único «que tenga en cuenta no solo la realización de las pruebas, sino la preinscripción y la matrícula, con el objetivo de quitar tensión a las familias y a los estudiantes, que tienen que estar pendientes de los plazos que establece cada comunidad autónoma».

En lo referente a las calificaciones, los redactores han mostrado su satisfacción «al abandonar la idea de volver a la doble corrección». La PAU exige que, de ir a una tercera corrección, se realizará por dos correctores diferentes a los dos anteriores. Con este sistema la nota final se otorgará de forma consensuada «será más justa para el estudiante, aunque demande aumentar el número de correctores».

Alcón también ha agradecido que se ha agradecido que se haya aceptado de forma generalizada las alegaciones presentadas por la asociación. Entre ellas, que «la duración de la prueba sea de 90 minutos, en lugar de los 105» y que alargarían los ejercicios durante cuatro o más días.

CRUE ya está trabajando para que, como indica la norma, al inicio de cada curso escolar «se puedan hacer públicos los criterios de organización, la estructura básica de los ejercicios y los criterios generales de evaluación». Por último, los rectores han confirmado que «el artículo 10 acaba con la duda sobre el lugar en el que los estudiantes podrán examinarse». La primera vez será en el ámbito territorial donde se finalicen los estudios; las sucesivas, en la que resida el alumno.