Comienzan a llegar las primeras incapacitaciones laborales a víctimas de la pandemia de coronavirus. Casi dos años y medio después, las voces de los enfermos por Covid persistente parecen encontrar consuelo. La pionera en esta conquista se llama Idoya Otegui: a principios de verano ... la Seguridad Social le concedió la incapacidad absoluta por vía administrativa, convirtiéndose ahora en un referente para tantos otros enfermos de la pandemia.
Tal y como avanza 'El Diario Vasco', Otegui, de 60 años, era «feliz» dirigiendo el Museo y Centro Internacional de la Marioneta de Tolosa (Topic), y jamás pensó que se viera incapacitada para trabajar. «Muchos días me levanto, desayuno y me vuelvo a acostar porque me quedo sin energías en un momento», señaló a la publicación vasca. Contagiada en 2020, confiesa que «nunca» ha llegado a superar el cansancio extremo que se instaló en su cuerpo tras el contagio de coronavirus. [Lee más sobre el caso de Idoya Otegui aquí]
Al menos 17 millones de europeos sufrieron trastornos debidos a 'long' Covid en 2020 y 2021, según una estimación publicada el martes de esta misma semana por la oficina de Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pide una mejor atención a los enfermos. Esto representa más del 16% de los 102,4 millones de personas infectadas por el virus durante los dos primeros años de la pandemia en los 53 países del continente.
El Covid persistente se manifiesta por uno o más síntomas -fatiga, tos, falta de aliento, fiebre intermitente, pérdida del gusto o del olfato, depresión- generalmente dentro de los tres meses después de la infección y se prolonga por lo menos durante dos meses más, aunque esto ha variado en función del momento de contagio.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete