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Ruta Quetzal

El oboe de Gabriel

La Ruta Quetzal vive una fiesta musical en Ibagué y guarda un silencio de duelo en Armero

JONÁS SAINZ

Desde que oímos tocar la flauta a Tonet, el titiritero, hace unos días en un cafetal del triángulo cafetero colombiano, algunos soñábamos con que interpretase una pieza en concreto. Lo imaginábamos como a Jeremy Irons en ‘La misión’, en el momento cumbre de encontrarse con ... los indígenas en medio de la selva amazónica y establecer a través de la música un vínculo que permitiera su aceptación. Tonet decidió que ese momento fuera el amanecer del lunes, la hora de levantar el campamento de Rancho California, convertido por cuatro jornadas en hogar de la Ruta Quetzal BBVA. ‘El oboe de Gabriel’ sonó todavía en la oscura madrugada del valle como el canto mágico de la bruma y los expedicionarios fueron despertando dulcemente a una jornada en la que iban a viajar a través de la música.

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