«Las ratas van a odiar a Kathy»: Nueva York tendrá por primera vez una «zarina» para luchar contra su peor plaga
El gobierno de la ciudad pedía «instinto asesino» para acabar con su población, que supone un riesgo para la salud pública
¿Una rata en la sopa? Una pareja de Nueva York denuncia la presencia de un roedor en su plato
A. Cabeza
Barcelona
Haya visitado o no Nueva York, todo el mundo sabe que la ciudad norteamericana tiene un gran problema con las ratas. Se dice que hay tantos roedores como ciudadanos. Aunque no tiene las peores cifras de Estados Unidos, son consideradas una plaga, que ... sorprende, indigna y preocupa a la vez por suponer un problema de salud pública. Y por eso, las autoridades locales han decidido dar un paso más para combatir su presencia.
Y es que son, como ratifican desde el gobierno local, «el enemigo público número uno» de la ciudad. Por eso, y tras varios programas fallidos, Nueva York ha designado por primera vez a una «zarina», un nuevo cargo con más rango para luchar contra la plaga de ratas que campa por sus calles. Entre los requisitos que pedía la municipalidad era que la persona elegida como «zar antirratas» debía tener un «instinto asesino» para acabar con esta «implacable población».
La elegida para ser la jefa de Mitigación de Roedores es Kathleen Corradi, que hasta ahora ya trabajaba en la lucha contra las ratas a nivel escolar y que «tiene los conocimientos, el empuje, la experiencia y la energía necesarios para acabar con las ratas y crear una ciudad más limpia y acogedora para todos los neoyorquinos», destacó Eric Adams, el alcalde demócrata este miércoles tras desvelar su elección para este nuevo puesto.
Trabajo coordinado
«Las ratas van a odiar a Kathy, pero estamos encantados de tenerla al frente de este importante esfuerzo», agregó Adams. Ahora Corradi pondrá en marcha un proyecto que está dotado con 3,5 millones de dólares y que se centra en la presencia de los roedores en Harlem, uno de los barrios de Manhattan.
Allí coordinará los esfuerzos de las diferentes agencias, las organizaciones comunitarias y el sector privado para reducir la población de estos animales. «La desratización es mucho más que un problema de calidad de vida para los neoyorquinos», reconoció Corradi. Se trata, dijo, de un «síntoma de problemas sistémicos como el saneamiento, la salud, la vivienda y la justicia económica».
«Las ratas y las condiciones que las ayudan a prosperar no se tolerarán: se acabaron la suciedad en las aceras, los espacios sin gestionar y las madrigueras a plena vista», avisó la elegida para dirigir esta misión. Así, por ejemplo, se restringirán los horarios para sacar la basura y aumentarán las multas a infractores. Según la prensa, Corradi tendrá un salario de 155.000 dólares anuales.
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