Rafael Matesanz: «La 'resucitación' de órganos cambiará la definición de muerte»
El ex director de la Organización Nacional de Trasplantes considera un paso de gigante el experimento que devolvió la vida a los tejidos de cerdos muertos
'Resucitan' los órganos de un cerdo una hora después de su muerte
Madrid
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Iniciar sesiónSus corazones habían dejado de funcionar, no circulaba sangre por su organismo y los encefalogramas estaban completamente planos. Una treintena de cerdos yacían muertos desde hace una hora, sin ningún signo de vida hasta que un grupo de científicos de la Universidad de Yale, en ... Estados Unidos, les inyectaron una sangre artificial, con la ayuda de un dispositivo que recuerda a una máquina de circulación extracorpórea. Entonces ocurrió el 'milagro'. Aunque los cerdos no recuperaron la consciencia, sus células y tejidos sí revivieron. El corazón, los riñones, el hígado, el páncreas... volvieron a funcionar.
Este experimento, que publica la revista Nature, diluye las fronteras entre la vida y la muerte. Si los resultados se confirman en humanos, el tratamiento utilizado revolucionará el mundo de los trasplantes, pero también abre un nuevo debate bióetico que «podría obligar a cambiar la definición de muerte tal y como la conocemos», advierte Rafael Matesanz a ABC, director de la Organización Nacional de Trasplantes durante tres décadas.
-¿Este experimento abriría la puerta a una posible resurrección de seres vivos?
-No, no, eso es inviable. No creo en la hibernación de cuerpos y cabezas de personas fallecidas, pensando en que algún día podrán resucitar. La muerte no tiene marcha atrás. El mismo grupo de la Universidad de Yale demostró hace unos años que se podía recuperar parte de la actividad cerebral también en cerdos muertos. Pero es diferente revivir una zona cerebral muy concreta y otra revivir el cerebro en su conjunto o lograr que se recupere la consciencia.
-La muerte celular era hasta ahora un proceso irreversible, pero ya no lo es.
-Es cierto que es un avance revolucionario. De momento, lo han conseguido en cerdos, pero si funcionara en la especie humana se daría un paso de gigante en los procesos de trasplante. Si nos creemos lo publicado por los investigadores en el artículo de Nature y se logra trasladar a la práctica clínica se podrán utilizar órganos que antes no se podían utilizar. Los trasplantes a corazón parado, de un donante fallecido, son más complicados porque apenas hay tiempo para implantar el órgano antes de que se deterioren. Cuando se interrumpe el flujo sanguíneo, los tejidos dejan de recibir oxígeno y se dañan en un proceso irreversible. O, al menos, lo era hasta ahora. Gran parte de la investigación en trasplantes está centrada en conseguir alargar el tiempo de isquemia para no dañar las células de los tejidos.
-¿Todos los órganos se deterioran al mismo tiempo?
-No, hay alguna diferencia. Hay células más sensibles que otras. Cuando hay privación de oxígeno y de suministro sanguíneo, el cerebro es el que más rápido se deteriora, lo hace en unos minutos. Sin oxígeno, las células de los tejidos se hinchan, se necrosan... Pero la tecnología desarrollada por la Universidad de Yale es capaz de revertirlo....¡una hora después! Realmente lo que han logrado es bastante impresionante. El tratamiento ofrece una ventana impresionante para trasplantes y también para reducir secuelas en personas que han sufrido un infarto o un ictus. Todo es muy esperanzador, aún hay que esperar. Queda tiempo para su utilización en la práctica clínica.
-Abre también un debate bioético sobre lo que se considera muerte
-Sin duda. Los criterios de muerte, tal y como están determinados, deberían revisarse. Estos avances podrían obligar a cambiar la definición de muerte. Ahora se certifica la muerte de una persona cuando no se consigue reanimar media hora después de insistir en maniobras de reanimación cardiopulmonar. Pero si en el futuro se aplicara este tratamiento que revive órganos, al menos una hora después de estar muerto, ¿se le podría considerar fallecido?, ¿cuándo podremos considerar a un fallecido posible donante? Se plantean muchas dudas y un gran debate bioético.
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