¿Puede ocurrir en España un terremoto tan devastador como en Turquía?
La actividad sísmica en sureste de la Península es elevada
Terremoto en Turquía y Siria: número de muertos, zonas afectadas y últimas noticias en directo
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEspaña no está libre de sufrir un terremoto severo. La actividad sísmica es intensa, especialmente en el sureste de la Península. Pero, ¿podría ocurrir una tragedia similar causada por un terremoto como el de Turquía?
El terremoto del lunes en Turquía, cerca de ... la frontera con Siria, ha dejado miles de muertos. Los edificios colapsaron por las sacudidas de un seísmo de magnitud 7,8 a 18 kilómetros de la superficie. La intensidad alcanzó el nivel IX, según el registro del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGC). El nivel IX indica destrucción de edificaciones.
España no ha sufrido en su historia un terremoto de una magnitud e intensidad equiparable al del lunes en Turquía, es decir, de una magnitud de 7,8 o mayor combinada con una intensidad de IX o superior. Sí ha padecido terremotos de esa magnitud o mayor, y de esa intensidad o superior, pero nunca de forma combinada, según el catálogo de terremotos del Instituto Geográfico Nacional (IGN), con registros desde el siglo XIV.
El peligro sísmico es un cálculo de probabilidad de que ocurra un evento en función de acontecimientos anteriores. Si un evento nunca ha ocurrido, es improbable que suceda, aunque siempre se puede salir de la norma. Aunque la actividad sísmica en España es notable, como ocurre en todo el sur de Europa, no es tan severa como en Italia o Grecia, y mucho menos Turquía, uno de los centros más activos del mundo.
En España, las sacudidas principales, con sismos destructivos, ocurren en el sur por el movimiento de las placas tectónicas Euroasiática y Africana. La segunda zona de riesgo está en los Pirineos, por la colisión de las placas Ibérica y Europea. El arco Mediterráneo y parte de Galicia están recorridas por fallas, pero sin riesgo de terremotos catastróficos, según la clasificación de peligrosidad sísmica en España del IGN.
Peligrosidad sísmica en España
MENOR
MAYOR
La Coruña
Bilbao
Pamplona
Zaragoza
Barcelona
Tarragona
Madrid
Castellón
Valencia
Alicante
Murcia
Huelva
Granada
Sevilla
Almería
Málaga
ABC
Fuente: IGN. Versión 2015
Peligrosidad sísmica en España
MENOR
MAYOR
Bilbao
La Coruña
Pamplona
Zaragoza
Barcelona
Madrid
Castellón
Valencia
Murcia
Alicante
Huelva
Granada
Sevilla
Almería
Málaga
ABC
Fuente: IGN. Versión 2015
En España, terremotos de magnitud 7,8 o superior ha habido cuatro en los últimos cien años; todos ellos con epicentro lejano y sin víctimas mortales, a excepción de uno en el Atlántico, al suroeste del portugués cabo San Vicente (en 1969), con una veintena de fallecidos en la provincia de Huelva. Terremotos de intensidad IX o superior en España se han sentido 11 en el último siglo, también con epicentro lejano y sin consecuencias letales en la Península.
De esa intensidad, IX, fueron los devastadores terremotos que en el siglo XIX asolaron Torrevieja (389 muertos en la provincia de Alicante) y Arenas del Rey (839 fallecidos en la provincia de Granada). Torrevieja y Guardamar tuvieron que ser reedificadas, y en la localidad granadina 4.400 edificios quedaron destruidos y 13.000 dañados. El país no estaba preparado para los seísmos.
Minimizar los efectos destructivos
Los terremotos no se pueden evitar y ni siquiera predecir, pero sí se pueden contener sus efectos destructivos. Todo depende del grado de vulnerabilidad de las construcciones. Desde finales de los años sesenta del siglo XX, España regula la construcción con normas sismorresistentes. La actual, vigente desde 2002, está en revisión. Entre otros puntos, la nueva norma recogerá el nuevo mapa de peligrosidad, elaborado por el IGN, que amplía las zonas de riesgo por las evidencias recogidas en los sucesivos estudios sísmicos. Es el mapa que ilustra esta noticia, con áreas marcadas en función del valor máximo de aceleración que sufriría el terreno por un terremoto.
La elevada construcción en las últimas décadas, con la norma de construcción sismorresistente de obligado cumplimiento en las zonas de peligrosidad sísmica, ha reducido el riesgo, especialmente en el sur y sureste de la Península. La próxima inclusión del nuevo mapa de peligrosidad, según está previsto en el proyecto de real decreto, supondrá la ampliación de zonas que deberán cumplir la norma sismorresistente en sus nuevas construcciones y reformas estructurales.
Aunque el año de construcción es un buen indicador para evaluar el riesgo, por las técnicas empleadas y la ausencia de normativa vigente en la época, no es el único factor a tener en cuenta. El material de construcción, el tipo de suelo, el número de alturas, además de la peligrosidad de la zona, determinan la vulnerabilidad de la construcción. La combinación fatal es una estructura deficiente y un suelo blando. Estructuras de adobe o ladrillo de tierra están en el nivel más alto de vulnerabilidad, seguido de la mampostería de ladrillo no reforzado. La estructura de hormigón armado reduce la vulnerabilidad, más aún cuando cuentan con un diseño de alto nivel sismorresistente. Las estructuras de acero también reducen la vulnerabilidad.
El objetivo principal de la legislación es evitar el colapso de las estructuras de los edificios. La norma es estatal, pero con un cálculo por zonas de riesgo sísmico que obliga, por ejemplo, a las estructuras de los edificios a elevarse con más hierro para absorber el movimiento de la tierra. Se trata de que la estructura soporte el movimiento ocasionado por el terremoto, y minimizar los daños materiales en el resto de elementos secundarios (instalaciones, tabiques, fachadas, cornisas, revestimientos, etc).
La intensidad destructiva del seísmo afecta a los edificios según su vulnerabilidad. Así, por ejemplo, con una intensidad IX como el ocurrido en Turquía, según la clasificación del daño que rige en España (Escala Macrosísmica Europea, EMS-98), supondría: la destrucción de construcciones de adobe o ladrillo de tierra; daños estructurales severos en edificaciones de ladrillo no reforzado; daños severos o moderados en estructuras de hormigón armado sin diseño sismorresistente, y ligeros o moderados cuando sí cuentan con ello.
Los edificios antiguos no son necesariamente peores. Entre los años cincuenta y ochenta del siglo XX, con la implementación del uso del hormigón armado, las construcciones se sobredimensionaron, así que su estructura está más reforzada. Edificios antiguos de Granada, por ejemplo, que vivió el último gran episodio en España, un enjambre sísmico en 2021, han resistido bien porque desde el siglo XV se intenta regular el urbanismo de la zona sísmica, con construcciones no muy altas y sin excesiva decoración exterior, con ensanchamiento de calles. Aunque haya habido daños materiales, aguantaron sin colapsar.
El terremoto de Lorca, Murcia, en 2011, no fue de magnitud devastadora (5,1), pero ocurrió justo debajo de la ciudad a poca profundidad, con una intensidad VII. Dejó nueve muertos. El 80% de los edificios quedaron dañados, aunque solo uno colapsó durante el seísmo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete