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Un 'príncipe negro' ¿y envenenado? junto al sepulcro del Papa Francisco

El héroe fascista italiano que murió en Cádiz, con la sospecha de haber sido envenenado con arsénico mediando una mujer espía 'vaticana', comparte ahora basílica y 'santo sepulcro' en territorio romano, capilla con capilla, con Bergoglio

El testamento del Papa Francisco

El último cardenal que fue vetado en un cónclave para ser Papa

El Papa que esperó 20 años a ser enterrado en su tumba

Imagen de Junio Valerio Scipione Ghezzo Marcantonio Maria Borghese fotos: abc

Ildefonso Olmedo / Teresa Rosario

Desde que lo vistieron con tres ataúdes en Cádiz, todos los caminos de Junio Valerio Scipione Ghezzo Marcantonio Maria Borghese le conducían a Roma, a uno de los lugares más sagrados de la Ciudad Eterna sobre el que estos días recaen las miradas del ... mundo entero. No lo eligió. Le vino dado por ser quien era, tras petición de sus descendientes a la Curia pontificia amiga. Porque su alta cuna terminó marcando la cripta subterránea de su descanso tras una repentina y sospechosa muerte en España, donde se ocultaba con nombre falso. Todo lo contrario que el Papa Francisco. El argentino eligió adrede como sepultura un hueco en una capilla en Santa María La Mayor, en la colina romana del Esquilino donde la Virgen habría obrado un milagro en el siglo IV y que desde el XVI muestra en su artesonado el primer oro español llegado del Nuevo Mundo, regalo de la Reina Isabel la Católica.

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