Ayer fue un día tranquilizador para los estudiantes de segundo de Bachillerato, así como delicado para el Partido Popular, pues ya se empieza a evidenciar que su modelo de Selectividad común en doce autonomías es difícil de lograr, al menos en este curso académico. ... Los modelos de examen para la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad) llegarán a las aulas – y como tarde– el día 26 de octubre. Lo anunció ayer la ministra de Educación, Pilar Alegría, después de que centenares de preuniversitarios de más de 50 ciudades se echaran a la calle el viernes pasado pidiendo su dimisión si no llegaban los modelos cuanto antes. «Hemos desconvocado la huelga, puesto que creemos que ha sido un gran triunfo para el movimiento estudiantil», se felicitó ayer Coral Latorre, al frente del Sindicato de Estudiantes, y que hizo estas declaraciones a ABC al salir de la reunión con Alegría.
De hecho, ayer mismo aparecieron publicados los ejemplos de examen a los que se tendrán que enfrentar los alumnos de Andalucía, que se convirtió en la tercera comunidad autónoma en acabar con la incertidumbre de sus alumnos, después de Galicia y Castilla-La Mancha. Sin embargo, que se publicaran estos modelos sirvió para constatar que la propuesta de una PAU común que habían promocionado los populares para las asignaturas obligatorias se enfrenta a algunos obstáculos. Si se comparan los ejemplos de examen gallegos y andaluces (ambas autonomías gobernadas por el PP) en una materia como Historia, se observa que la estructura no es la misma: mientras en Galicia se plantean cuatro preguntas que puntúan igual, en Andalucía la prueba se divide en tres bloques, uno de dos puntos, y los restantes de cuatro cada uno. La forma de preguntar, además, no es la misma.
Fuentes del PP aseguran a este diario que «es imposible homogeneizar todo sin estar en el Gobierno» y que el grado de implantación de esta PAU común se hará «por fases». Una de las principales complicaciones con la que se han topado los populares tiene que ver con los contenidos curriculares de Bachillerato. Es decir: a pesar de que en su documento de mínimos (lo que llamaban matriz de especificaciones) se explicitaba que los alumnos se examinarían de la prehistoria a la actualidad en Historia de España, si hay comunidades que sólo estudian durante el curso el siglo XIX, no se puede llevar a cabo dicha homogeneización.
Pero los populares sacan pecho de haber logrado un calendario único, de unificar criterios de corrección y de «estar dando pasos importantes en la uniformidad de contenidos». En cualquier caso, no se han puesto de acuerdo ni el momento en que las comunidades en las que gobiernan harán públicos sus modelos.
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