Las posturas de los partidos ante la gestación subrogada, en lo que coinciden Vox y Podemos

El Partido Popular se abre a regular la gestación subrogada si no hay pagos de por medio. Fuentes de la dirección nacional recuerdan que esta práctica es ilegal en España. A partir de ahí, han rechazado de plano la mercantilización pero se han mostrado abiertas al debate «sosegado» siempre que no se produzcan pagos.

La posición del PP, que fue debatida de forma interna en el congreso nacional de 2017 y cerrada en falso ante la falta de consenso en el partido, se ha matizado ahora de forma mucho más clara por la nueva dirección nacional, encabezada por Alberto Núñez Feijóo. La número dos del PP, Cuca Gamarra, en una intervención este miércoles ante los medios de comunicación en el Congreso de los Diputados, ha afirmado que se trata de un «aspecto complejo» y que merece «un debate profundo».

Otra prueba de las diferencias irreconciliables entre distintos partidos, incluso entre sus propias filas, es lo que ocurrió en el año 2016, cuando Pedro Sánchez y Albert Rivera firmaron un acuerdo de gobierno entre el PSOE y Ciudadanos (CS) que no logró los apoyos suficientes para la investidura del hoy presidente del Gobierno. En el que se llamó 'Pacto del Abrazo', los socialistas y el partido liberal pudieron solventar muchas de sus diferencias, llegando a síntesis en los asuntos donde estaban más distantes, pero no en la gestión subrogada, que el PSOE rechaza tajantemente y cuya regulación siempre ha defendido el partido naranja, que llegó a llevar al Parlamento una propuesta de ley que se quedó muy lejos de tener los apoyos necesarios para ver la luz verde.

Por eso, CS se reservó la eventual potestad, en un apartado del texto del acuerdo firmado hace siete años, de impulsar la regulación de la «maternidad subrogada», la forma con la que siempre se ha referido el partido naranja a esta práctica. Rivera fue muy activo en su defensa, tanto a nivel legislativo, como en actos que compartió con personas que han sido padres por ese procedimiento, entre ellos el empresario Enrique Sarasola, quien publicamente había apoyado a CS y narró su experiencia bajo el amparo de esa formación.

Inés Arrimadas y ahora la cabeza bicéfala del partido, Patricia Guasp y Adrián Vázquez, han mantenido esa defensa de la gestación o maternidad subrogada como una de las banderas más singulares de su proyecto político e ideario. Aunque con su propuesta Ana Obregón no habría podido recurrir a ella, ya que se limita a personas de hasta 45 años.

Porque lo cierto es que en el resto de formaciones hay bastante consenso en el rechazo a la gestación subrogada, con distintos matices según el partido de que se trate. Los partidos de izquierdas y sus portavoces más próximos al nuevo movimiento feminista lo rechazan de plano e incluso lo consideran un acto de «violencia contra las mujeres». Un término que Podemos ha logrado introducir en el Boletín Oficial del Estado (BOE) este mismo año, en la ley de interrupción voluntaria del embarazo modificada recientemente. El PSOE la rechaza igualmente y de manera beligerante.

En cuanto a las formaciones de la derecha, la posición es igualmente de rechazo, aunque con más matices y más debate interno. El Partido Popular (PP) la rechaza, pero en su 18 congreso, celebrado en 2017, bajo el mandato de Mariano Rajoy, llegó a abrir el debate, ante la emergencia de un sector de la formación que sí apoya la gestación subrogada, que en aquel momento encabezó el hoy portavoz en el Senado, Javier Maroto, quien afirmó entonces que el partido había «dado un paso adelante sobre la gestación subrogada», aunque eso no tuvo ninguna consencuencia programática concreta.

En aquel cónclave le replicó Lourdes Méndez Monasterio, hoy diputada de Vox pero entonces aún con los populares, quien aseguró que se trata de «un atentado contra la dignidad de la mujer». Precisamente la formación de Santiago Abascal se posiciona en contra de la gestación subrogada. En su 'Agenda España', hoja de ruta ideológica del partido, se propone la «prohibición de los vientres de alquiler y toda actividad que cosifique y utilice como producto de compraventa a los seres humanos».

En España tanto el movimiento feminista como otros sectores, singularmente la Conferencia Episcopal, se han manifestado reiteradamente en contra de la gestación subrogada, un procedicimiento para engendrar hijos que es ilegal en nuestro país desde el año 2006.