Polémica por una pregunta del examen MIR que culpa al médico de familia de la presión que sufre la Atención Primaria

«Médico de 50 años que con frecuencia acumula retraso de 2 horas en la consulta, creando algún conflicto, aunque es el que tiene el menor cupo de pacientes«, comienza la pregunta, que sigue: »Empieza su jornada laboral antes de la hora para planificar y adelantar su trabajo, pero siempre es el último en salir. Explica: 'no soporto dejar algo a medias, soy muy perfeccionista, tengo muchas cosas que hacer además de las visitas (burocracia, papeleos) y no tengo tiempo para nada más. No sé cómo lo hacen mis compañeros que tienen familia, aficiones... Yo no tengo tiempo ni para ir al gimnasio. Los fines de semana me quedo en casa, descansando. No tengo vida social'.

A la exploración se aprecia una preocupación por los detalles, el orden y las normas, una incapacidad para discernir lo que es urgente y prioritario de lo que no lo es, una conducta inflexible y una incapacidad para delegar. ¿Cuál de las siguientes sería la orientación diagnóstica?», finaliza el enunciado, que da 4 posibles soluciones: trastorno esquizoide de la personalidad; trastorno narcisista de la personalidad; trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad o trastorno de la personalidad no especificado.

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Los profesionales han criticado que el enunciado dé a entender que la responsabilidad de los retrasos que se dan en las consultas de Atención Primaria la tengan los médicos. La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) ha manifestado su malestar y considera la cuestión «una lamentable falta de respeto hacia los profesionales».

La pregunta, que Semergen considera «desafortunada», supone «un desprecio absoluto a las reivindicaciones de los profesionales para mejorar su situación laboral y, por ende, la calidad del sistema sanitario», han denunciado los médicos de familia mediante un comunicado. En ella, han puntualizado, se culpa al médico de la carga de trabajo «y se intenta patologizar esta situación».

«Desde Semergen consideramos que esta situación es muy desafortunada y es intolerable responsabilizar al médico de la gran carga que sufre tanto a nivel burocrático como en la consulta», continúa el comunicado, que además lamenta que preguntas como esta en el MIR «desincentivan que las nuevas generaciones quieran dedicarse a la medicina familiar y lo que consiguen es generar un gran malestar en la profesión».

Otras de las sociedades de médicos de familia, la SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia) considera que la cuestión «parece más una broma pesada que una pregunta digna de ser incluida en un examen MIR», por lo que reclama explicaciones al Ministerio de Sanidad, al que exige además «que pida disculpas de forma inmediata» a todos los profesionales.

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, a través de unos mensajes publicados en su cuenta de la red social X (antiguo Twitter), ha tachado la pregunta de «lamentable» y ha asegurado que es una falta de respeto a los profesionales de Atención Primaria, que tienen «consultas infinitas y un compromiso más infinito aún con sus pacientes».

El número dos de Mónica García ha explicado que las preguntas que aparecen en el examen MIR las elabora un comité de expertos en el que el Ministerio de Sanidad no tiene ninguna participación. Según Padilla, ese comité, compuesto por profesionales de diversa trayectoria, selecciona las cuestiones «con unas indicaciones sobre las proporciones en relación al grado de dificultad y materias».

Una vez entregadas estas cuestiones, continúa Padilla, van directamente a la empresa adjudicataria de la impresión y la comisión calificadora conoce el examen a la vez que las personas que se examinan ese día. «La independencia de los exámenes de Formación Sanitaria Especializada radica, entre otras cosas, en separar la función de elaboración del examen de la calificación/organización».

Aun así, ha remarcado el número dos de Sanidad, «lo último que necesita la situación de la Atención Primaria es una caricatura en forma de pregunta que obvie que lo que se dibuja como caso clínico es la realidad forzada cotidiana de miles de profesionales tan comprometidos como maltratados».