Plátanos que no se ponen negros y trigo sin gluten: la Eurocámara respalda la edición genética en cultivos
La votación sale adelante con 307 votos a favor, 263 en contra y 41 abstenciones, pero los eurodiputados piden mantener su etiquetado obligatorio
Una treintena de premios Nobel y más de un millar de científicos piden a la UE agilizar la edición genética en cultivos
Madrid
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Iniciar sesiónEl resultado final son plátanos que no se ponen negros, trigo que no tiene gluten o brócoli que resiste mejor al calor, entre muchos otros ejemplos. Las nuevas técnicas de edición genética aplicadas a cultivos son la vanguardia en el sector agroalimentario, pero ... prácticamente imposibles de comercializar en Europa. Ahora, el pleno del Parlamento Europeo ha respaldado la propuesta de la Comisión para facilitar su uso en el sistema alimentario.
La votación ha salido adelante con 307 votos a favor, 263 en contra y 41 abstenciones, y marca la posición de la Eurocámara de cara a las negociaciones con los Veintisiete. «Las Nuevas Técnicas Genómicas son esenciales para reforzar la seguridad alimentaria de Europa y ecologizar nuestra producción agrícola», ha valorado tras la votación la ponente Jessica Polfjärd (PPE, Suecia). «Espero que los Estados miembros adopten pronto su posición para que podamos aprobar la nueva normativa antes de las elecciones europeas y dar a los agricultores las herramientas necesarias para la transición ecológica».
La idea es facilitar la introducción de estas nuevas técnicas de edición genética en el mercado europeo, que permitan crear variedades resistentes al clima o requieran menos fertilizantes y plaguicidas. La técnica más popular es el CRISPR (léase 'crísper'), unas tijeras genéticas que pueden cortar, insertar o sustituir el ADN que el investigador quiera y que sea el propio organismo el que lo repare. Es el mismo sistema que utiliza la naturaleza, el mismo que lleva utilizando el ser humano cruzando diferentes variedades para conseguir nuevas con propiedades 'al gusto', pero con una precisión tal que permite acortar en años los plazos.
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Su introducción en la Unión Europea era muy complicada, ya que habían quedado bajo el paraguas de las regulaciones de los organismos genéticamente modificados o transgénicos, una de las más restrictiva del mundo.
Ahora, los eurodiputados han respaldado la propuesta de la Comisión Europea para incluir dos categorías diferentes y dos conjuntos de normas para las plantas obtenidas a partir de nuevas técnicas genómicas (NGT, en inglés). En la primera categoría, las plantas incluidas se considerarían equivalentes a las plantas convencionales y quedarían exentas de la mayoría de los requisitos de la legislación de la UE sobre organismos genéticamente modificados (OGM). La segunda categoría, en cambio, afectará a aquellas plantas que hayan necesitado más cambios y se les adaptará la normativa de los organismos genéticamente modificados. Esos sí, los eurodiputados piden mantener el etiquetado obligatorio para todos los productos creados con estas técnicas.
Modificaciones
No obstante, el Parlamento Europeo pide hacer cambios en la propuesta de la Comisión. Para la primera categoría de vegetales, la Eurocámra quiere cambiar el tamaño y el número de modificaciones genéticas necesarios para determinar si un vegetal es equivalente a los convencionales. También propone etiquetar los envases de semillas modificadas genéticamente y crear una lista pública de todos los vegetales afectados.
Para los vegetales de la segunda categoría, los eurodiputados convienen en mantener la mayoría de los requisitos de la legislación sobre organismos genéticamente modificados.
Además, el Parlamento quiere que se prohíban las patentes de este tipo de vegetales, el material vegetal, sus partes, la información genética y las características del proceso que contienen, para así evitar inseguridades jurídicas, costes mayores y nuevas dependencias para agricultores
Polémica
Desde hace años, la comunidad científica y agraria piden la modificación de esta normativa. Sin embargo, la propuesta de Bruselas ha revivido el fantasma de los transgénicos, con países y grupos a favor de nuevas normas -como España, científicos y empresas- y en contra -como Alemania o Austria, además de los grupos ecologistas-.
«La mayoría de los eurodiputados han votado a favor de eliminar cualquier medida de seguridad sobre los nuevos OGM, lo que supone un verdadero revés para un mejor sistema alimentario», ha asegurado Nina Holland, del Observatorio Europeo de Corporaciones. «Los pocos aspectos positivos son que el PE votó a favor del etiquetado obligatorio de los productos NGT, una forma básica de trazabilidad y una cláusula de salvaguardia para cuando surjan problemas de seguridad. El etiquetado y la trazabilidad son exigencias clave de los agricultores, consumidores y grupos ambientalistas libres de transgénicos».
En cambio, a mediados de enero, un grupo de 35 premios Nobel y más de un millar de científicos enviaron una carta abierta a los miembros del Parlamento Europeo para pedirles que «rechacen la oscuridad del alarmismo anticientífico» y votaran a favor de facilitar el uso de nuevas técnicas genómicas en los cultivos. Los firmantes argumentaban que el uso de CRISPR tiene el potencial de reducir drásticamente el uso de pesticidas y fertilizantes en la agricultura, y facilita la creación de variedades de plantas más resistentes al clima extremo.
Los agricultores, a través de la organización Copa-Cogeca, han mostrado su apoyo a la legislación. «La comunidad agrícola de la UE considera que esta votación es un nuevo paso en la dirección correcta. Las nuevas técnicas genómicas se encuentran entre las soluciones prácticas que pueden ayudar a nuestra agricultura a conciliar la producción y la adaptación al cambio climático manteniendo al mismo tiempo la investigación de vanguardia en la UE».
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