Vacunas con sello español contra la peste porcina: «La que se apruebe no será universal, se adaptará a zonas o regiones»

No hay vacuna ni se la espera en breve, coinciden inmunólogos y veterinarios consultados por ABC y recuerdan que en más de medio siglo de búsqueda, nadie ha logrado una inmunización eficaz y segura contra este virus de extrema mortalidad -en sus variantes moderadas el nivel de letalidad es del 60%-. Con unos síntomas parecidos a los del ébola al tratarse de un virus hemorrágico (causa en los animales graves hemorragias internas que conducen a la muerte), al virus de la peste porcina no le tiembla el pulso a la hora de eliminar al huésped. Si entra en una granja, en solo días puede matar a todos los cerdos. «La vacuna no es la panacea, aunque es un instrumento importante para combatir el virus», señalan los especialistas.

Algunos de ellos llevan años investigando posibles prototipos capaces de «parar los pies» a este «endemoniado» virus capaz de eludir los bloqueos del sistema inmunológico.

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Científicos españoles lideran dos de las iniciativas más prometedoras a nivel europeo para avanzar hacia la esperada vacuna. Uno de los proyectos de mayor trayectoria, liderado por la Universidad Complutense de Madrid, es el proyecto Vacdiva. Se inició en 2019 y obtuvo 10 millones de euros de la UE. Pese a lo ambicioso del proyecto -participaron 20 instituciones, incluyendo dos empresas multinacionales líderes en el sector-, finalizó en diciembre de 2024 sin una vacuna registrada.

No obstante, de él se obtuvieron dos prototipos vacunales muy prometedores. «Con estos protipos, no hay prácticamente transmisión a otros animales y su eficacia frente al virus circulante europeo de genotipo II es de al menos el 80 %», señala Marisa Arias profesora del Centro de Investigación en Sanidad Animal CISA-INIA del CSIC. «Ahora el reto es completar los últimos estudios siguiendo los requerimientos de la Agencia Europea del Medicamento, para que puedan llegar finalmente a registro, y de ahí a su comercialización, que no será a corto plazo», avanza Arias en declaraciones a ABC.

José Ángel Barasona, responsable de uno de los proyectos de vacuna (WildASF-VAX), explica a este diario por qué es tan complicado combatir este virus. «El principal obstáculo es el equilibrio entre eficacia y seguridad. Si queremos una seguridad muy elevada, vamos a tener una eficacia relativamente reducida», apunta Barasona. Añade, además, que en su investigación se enfrentan problemas adicionales, que «hay que usar vacunas vivas atenuadas, lo que supone un riesgo añadido de seguridad», ya que pueden provocar efectos colaterales o incluso una vuelta a su estado virulento. «Es necesario vacunar con organismos vivos que produzcan viremia (virus en sangre), aunque sea de forma transitoria», precisa el investigador.

«Algunos prototipos parten de un virus virulento al que le han eliminado varios genes, nosotros partimos de un virus atenuado de forma natural. Ya era un virus atenuado y lo hemos modificado aún más eliminado cinco genes de diferentes regiones». Arias recuerda además que, a diferencia de otros virus como el del Covid, el virus de la peste porcina es de gran tamaño y, además, no genera anticuerpos neutralizantes de forma sencilla. «Nos enfrentamos a un virus rápido y listo que tiene claros los mecanismos de escape para expandirse», coinciden Barasona y Arias. Ambos tienen la certeza de que la vacuna que finalmente salga adelante «no será universal, sino que se adaptará a las zonas o regiones».

Otro de los proyectos liderado por científicos españoles es el de la farmacéutica catalana Hipra, la primera que logró una vacuna contra el Covid con sello español. Desde 2019, la compañía está trabajando junto al Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid en el desarrollo de una vacuna propia y, desde 2024, coordinan y lideran 'Vax4ASF', un consorcio europeo con 17 socios con el mismo objetivo.

Tras dos años de trabajo en el marco del consorcio, Hipra tiene preparados unos primeros prototipos, listos para testarse en animales en 2026. «Nuestro objetivo es desarrollar una vacuna que pueda adaptarse a la demanda del contexto europeo», señala en declaraciones a ABC Marta Sitjà, directora de I+D de Salud Animal de la compañía, que solo avanza que «su prototipo de vacuna» tiene rasgos diferenciales a las otras que se están ensayando«.

«Nuestro objetivo es que la vacuna sea segura y eficaz y se pueda administrar en un entorno europeo»

Marta Sitjà

Directora de I+D de Salud Animal de Hipra

Una vez validados los resultados del prototipo se iniciará la fase de desarrollo «tan deprisa como sea posible», lo que incluirá entrar en contacto con las autoridades reguladoras y la Comisión Europea (CE) y empezar todo el proceso de fabricación, si bien Sitjà ha aclarado que no sería en 2026 ni 2027.

Por último, hay un tercer proyecto europeo, que no está liderado por España sino por Alemania, aunque en él participa el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, en Ciudad Real, dirigido a optimizar las vacunas de Vietnam.

Por otro lado, un equipo del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona trabaja con otros grupos europeos en averiguar por qué algunas especies africanas como el jabalí verrugoso, el potamocero de río y el potamocero rojo, pueden resistir la peste porcina africana, mientras que los cerdos domésticos sucumben en cuestión de días. Comprender esta resistencia natural abriría la puerta al desarrollo de «mejores herramientas» para proteger a los cerdos domésticos, cuya vulnerabilidad ya ha provocado pérdidas económicas devastadoras en todo el mundo, señalan desde el CRG.