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Cuando la pesadilla no termina con el crimen: la condena permanente de los Picazo Moratalla

El marido de Andrea la estranguló en 2013. En noviembre se instaló a 15 km de la familia a la que destrozó la vida

Familias de las víctimas piden extender las órdenes de alejamiento en espacio, tiempo y a más miembros

Lucy Rodríguez, hermana de Guacy, asesinada en 2013: «La pierdes a ella y te rompen la vida. Ese día a toda la familia nos cayó la cadena perpetua»

José Antonio, en la casa de su madre Juliana, en Villanueva de la Jara, donde la memoria de Andrea está muy presente ABC
Érika Montañés

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Ana Redondo, ministra de Igualdad, dijo el pasado 29 de febrero en el Congreso de los Diputados que hay que trabajar con «mayor insistencia e intensidad» con el entorno de las víctimas de violencia de género en el medio rural. Que en ese ... entorno se enfrentan unas «dificultades añadidas» a la hora de denunciar, encubrir o silenciar un maltrato. El matiz que le hacen algunas familias de las víctimas es que no solo hay que trabajar con el entorno, sino en el entorno. Y es que un elemento adicional de la vivencia del maltrato en pequeños pueblos es que la pesadilla para ese círculo íntimo de las mujeres no termina con su asesinato, por muy duro que resulte leer o escuchar esto. Antes, durante y después de la violencia machista que sufría Andrea Picazo Moratalla –estrangulada por su marido, que se abalanzó sobre ella y apretó su cuello hasta matarla–, su familia ha enfrentado el terror puro y duro.

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