POLÉMICA POR LOS CÁNTICOS DEL ELÍAS AHUJA

Los otros perjudicados: «Nos quitan el derecho a decidir dónde vivir»

La enmienda de la ley educativa que impide a los colegios mayores masculinos y femeninos renovar sus convenios con la universidad pública fue impulsada por los cánticos

El cambio afectará a más de 60 colegios mayores y a aproximadamente 17.000 estudiantes que optan por este modelo de residencia cada año

El joven señalado por el caso Ahuja: «Le acosaron, le quitaron la beca y se tuvo que volver a Mallorca»

Lola e Isabel, alumnas del colegio mayor La Luz de Sevilla J. M. Serrano

Los estudiantes que escogieron un colegio mayor masculino o femenino para vivir parte de su época universitaria coinciden. Ninguno entiende el cambio en la ley de Universidades,  por el que los colegios mayores no mixtos no podrán renovar sus convenios con ... universidades públicas.

La motivación no es otra que la polémica surgida en torno al vídeo sobre los alumnos del colegio mayor Elías Ahuja, en el que dedican insultos y vejaciones a las colegiales del femenino Santa Mónica. Un suceso que provocó la expulsión de uno de los alumnos y la denuncia por parte del Movimiento contra la Intolerancia, archivada esta semana por la Fiscalía Provincial de Madrid

Una desagradable experiencia que en ningún caso justifica la marginación de los colegios mayores masculinos y femeninos de cara a la universidad pública, según las declaraciones de los alumnos a este diario.

«Ahora que se habla tanto de libertad, se está quitando el derecho a decidir dónde vivir y cómo desarrollarnos. No perjudica a nadie y tenemos todo el derecho del mundo a escoger», afirma Isabel, del colegio mayor La Luz de Sevilla. En la misma línea se pronuncia Raúl, que vive por quinto año consecutivo en el colegio Mayor Aquinas de Madrid: «Es simplemente una decisión que tomas, yo lo recomiendo. Aunque sea un colegio masculino salimos con gente de femeninos y mixtos por ahí y no pasa nada».

Una decisión propia, como recalcan en todos casos, por distintos motivos. En el caso de Álvaro, estudiante de Ingeniería residente en el colegio mayor Jaime del Amo de Madrid, responde a los estudios. Como él, la mayoría de sus compañeros del centro estudian grados universitarios en ingeniería, lo que se traduce en un ambiente más tranquilo y orientado al estudio según Álvaro. «No he vivido en un colegio mayor mixto, así que no puedo comparar, pero aquí hay un ambiente de fraternidad y respeto que no he visto en ningún otro sitio», señala.

En el caso de Álvaro, como en el de Lola -del colegio mayor La Luz de Sevilla-, el factor religioso también resultó determinante para escoger el centro, ya que valoran más tener actividades centradas en la fe y una comunidad comprometida en este aspecto. «Es como una gran familia, puedes contar con todo el mundo y comparten tu punto de vista y te apoyan», afirma la joven.

Vivir en comunidad

Aunque los colegios mayores suelen acaparar el foco mediático en situaciones concretas, como es el caso de las novatadas o la polémica generada por los cánticos del colegio mayor Elías Ahuja, el día a día de los colegiales muestra la otra cara de la moneda. Fernando Costa, subdirector y colegial por quinto año consecutivo del colegio mayor Pío XII de Madrid, destaca las actividades que se realizan en el centro.

El subdirector y colegial por quinto año consecutivo del colegio mayor Pío XII, Fernando Costa Tania Sieira

«El deporte es fundamental, una manera de integrarse para los que llegan y no conocen a nadie», destaca. También precisa como realizan actividades de voluntariado, repartiendo alimentos o acompañando a personas mayores que sufren la soledad, y acogen charlas de políticos de todo signo.

Pero, ante todo, los colegiales destacan la fraternidad que surge de la convivencia, una experiencia especialmente valiosa para aquellos que no han tenido suerte en el pasado en lo que respecta a las amistades. «Aquí todos partimos de cero y, cuando eres nuevo, tienes que hacerte un hueco. Te toca organizarse, gestionar tus responsabilidades y, a nivel social, son muchos los casos de gente muy tímida que ha tenido problemas para relacionarse en el pasado. Pero una vez aquí se desarrollan y forjan relaciones auténticas», afirma Costa.

«Con el dinero de todos»

«Lo conseguimos: no habrá colegios mayores adscritos a la universidad pública que separen por género. Se acabaron los Elías Ahuja con el dinero de todos. Así será en la nueva ley de Universidades a propuesta nuestra», tuiteaba Errejón desde su perfil oficial el pasado 12 de diciembre.

Una afirmación falsa, ya que los colegios mayores masculinos y femeninos no perciben dinero ni subvenciones de la universidad pública a la que están adscritos ni de comunidades autónomas o del Gobierno. Tal y como señalan desde la Fundación Pablo VI, estas instituciones se autofinancian con las cuotas de los alumnos que residen en las mismas y la aportación de los patronatos y fundaciones propietarias de los colegios mayores.

Además, en el caso de que el colegio mayor se encuentre en terrenos propiedad de una universidad pública, abonan un canon por el uso del mismo. Respecto a las becas, aquellas de las que disfrutan algunos colegiales para ayudar en los estudios o subsanar parte de los costes de la habitación son independientes de las ofertadas por las universidades públicas y financiadas por los colegios mayores.

Menos colegios mayores

La enmienda presentada por la formación que lidera Íñigo Errejón a ley de Universidades señala que «aquellos convenios que se encuentren vigentes a la entrada en vigor de esta ley podrán mantenerse hasta su vencimiento, pero no renovarse». «Desde las universidades públicas se debe garantizar un modelo de residencias de estudiantes que se rija por los principios de igualdad», apunta el documento.

Un aspecto que también esgrimió la diputada de Más País Inés Sabanés en redes sociales para justificar la supuesta relación de estos centros con el machismo. «Los comportamientos machistas no deben tener cabida en la universidad pública», afirmó en su cuenta de Twitter.

Ya que la gran mayoría de los colegios mayores han renovado sus adscripciones en los últimos meses, habrá que esperar entre cuatro y cinco años para que estos venzan. Una situación que en algunos casos se solucionará incluyendo alumnos de ambos sexos, o bien convirtiendo el colegio mayor en residencia o cambiar la adscripción a una universidad privada.

Desde el Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España, que aglutina a la gran mayoría, no se han posicionado unilateralmente de cara a esta medida. La decisión corresponderá a cada centro que, en función de sus circunstancias, optará por una u otra vía.

La decisión de cambiar la tipología a residencia tendrá consecuencias en los alumnos, ya que limitará el catálogo de actividades ofertadas e impedirá la participación en torneos deportivos intercolegiales, uno de los principales pilares de la comunidad de colegios mayores universitarios.

El cambio afectará aproximadamente al 50% de los 120 colegios mayores que forman parte del Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España, una cifra que fluctúa cada año y que ofrece la experiencia de residir en este entorno a 17.000 estudiantes cada año. Una cifra que no pasará inadvertida una vez empiece a hacer efecto la ley de Universidades.

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