En peregrinación a la sotana de Benedicto XVI expuesta cerca del Vaticano
El 'Museo de los Papas' expone en su escaparate uno de los recuerdos del difunto Papa emérito, llamando la atención de los peregrinos que acuden a su despedida
Corresponsal en el Vaticano
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Iniciar sesiónEl Borgo vaticano es el barrio donde vivía y por el que callejeaba el cardenal Joseph Ratzinger desde que llegó a Roma en 1982 hasta que fue elegido Papa en 2005. Sus callejuelas, alrededor de la basílica de San Pedro, pululan estas horas de ... miles de peregrinos.
En una de ellas hay un 'Museo de los Papas', abierto por Ivan Marsura, un italiano apasionado de la historia de los pontífices. Allí reúne objetos personales de sucesores de San Pedro. El 31 de diciembre, nada más enterarse del fallecimiento de Benedicto XVI, llevó al escaparate una de las joyas de la corona, una de las sotanas blancas que usaba el Papa emérito antes de presentar la renuncia.
«La sotana llegó aproximadamente un mes después de la renuncia. Nos la donó Benedicto al Museo de los Papas», explica Ivan Marsura. «Realmente yo había solicitado sencillamente un solideo, pero él envió la sotana y otras cosas», asegura.
Efectivamente, en sus vitrinas se exponen otros objetos litúrgicos del Papa emérito, como dos casullas y una mitra. También tiene el cáliz con el que celebró misa el día del primer aniversario de la renuncia.
Dice que estos días están entrando en el museo gratuito muchas personas para ver recuerdos de Benedicto XVI. «Ayer entró una señora con un niño en silla de ruedas y me pidió permiso para tocar la sotana. Me conmovió que dio un beso a la manga», recuerda.
«Mostrar su sotana es una forma de dar testimonio. Lo hago para recordar al hombre que fue Benedicto XVI, con la H mayúscula», explica. «Cuando pienso en él recuerdo que cuando lo eligieron pontífice no me gustaba. Pero me convenció su coherencia y su santidad. Me ayudó mucho en mi vida», reconoce Marsura.
Está preparando una pancarta para el día del funeral, en la que solicita al Papa Francisco que declare a Benedicto XVI como «Doctor de la Iglesia». «Me gustaría que tenga el debido reconocimiento de la Iglesia», explica. «Doctor de la Iglesia es más que pedir que lo haga santo inmediatamente, porque la canonización es el primer paso. Hará falta tiempo, pero espero que Benedicto sea reconocido doctor de la Iglesia».
Precisamente los cardenales Angelo Bagnasco y Gerhard Müller han pedido lo mismo. «Doctor de la Iglesia» es un título que se otorga a santos que aúnan «santidad declarada, ortodoxia en la fe, eminencia en la doctrina e influjo benéfico en las almas». Oficialmente sólo hay 36, entre ellos Isidoro de Sevilla, Teresa de Jesús y Juan de Ávila.
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El tiempo dirá si Benedicto XVI se unirá a esa lista. Pero en los corazones de muchos católicos, el Papa teólogo, ya es un doctor de la Iglesia.
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