¿Por qué son peligrosos los caracoles gigantes hallados en Bilbao?

La Guardia Civil interceptó a principios de mes en el aeropuerto a 38 ejemplares de una de las especies consideradas más peligrosas del mundo

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Detalle de uno de los ejemplares localizados Guardia Civil

El hallazgo a principios de marzo de 38 caracoles gigantes africanos vivos en el interior de una maleta que llegó al aeropuerto de Bilbao, que fueron intervenidos, ha abierto un mar de dudas, sobre todo relacionados con los peligros que su presencia pueden ... comportar, que fueron las razones que la Guardia Civil argumentó durante la incautación.

Los moluscos estaban en un equipaje facturado de una pasajera que voló desde Nigeria y que hizo escala en París (Francia), tal y como informó la Subdelegación del Gobierno en Vizcaya. Los ejemplares encontrados, que pertenecen a la especie «Achatina Fulica», tenían un tamaño medio de 10 centímetros y, en total, pesaban 5,3 kilos.

El riesgo de estos caracoles es que llegaron a España vivos, con lo cual podrían reproducirse, y que pertenecen a una especie invasora altamente peligrosa, considerada una de las peores plagas actualmente a nivel mundial, según el propio Gobierno, que avisa de su doble riesgo por «su efecto devastador sobre cultivos de gran variedad de especies por su voracidad destructora» y por «ser transmisor de parásitos peligrosos para la salud humana».

Afectación en humanos

A nivel de riesgos humanos, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente alerta, en su Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, de que este caracol «es hospedador intermediario de parásitos que pueden provocar meningoencefalitis eosinofílica y angiostrongiliasis abdominal«.

En concreto, este parásito puede ser transmitido al hombre ya sea por el consumo directo de estos caracoles, algo improbable, pero también al haber contaminado verduras con la sustancia mucosa del caracol. Así, ingerir verduras mal lavadas o consumir carne de otros animales que puedan haber sido infectados, como el cerdo o el pollo, puede desencadenar estas enfermedades.

Estos caracoles, por otra parte, son vectores de aeromonas hydrophila, la bacteria responsable de sintomatología en personas con el sistema inmunológico deprimido, según añade el Ministerio.

Además, por su alta voracidad y rápida tasa reproductiva, producen un desequilibrio ecológico en los ecosistemas donde son introducidos, tanto por su capacidad destructora en los cultivos, como por la transmisión de patógenos vegetales a las plantas. Por todo ello, las zonas en los que aparecen acaban contaminadas y gravemente afectadas a nivel económico.

Estos caracoles gigantescos suelen competir en el territorio con otros moluscos autóctonos, que acaban siendo desplazados o directamente depredados. Por si esto fuera poco, las enfermedades que pueden acabar provocando en humanos pueden aparecer también en otros animales, que pueden acabar muriendo.

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